Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda
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17/10/2011


La guerra del Antiguo contra el Nuevo Régimen


Destinos a elegir: Argentina, Venezuela, Filipinas y Grecia. Con esos países México no tiene firmados tratados de extradición. Otro posible es Canadá, pues a pesar de tener tratado, la diferencia de sistemas penales hace casi imposible traerlos de regreso a México. Cinco opciones para los exfuncionarios marinistas que ya piensan seriamente en abandonar el país luego del descubrimiento de las bodegas clandestinas en las que el titular del OFS, Víctor Manuel Hernández Quintana, ocultó toda la documentación que demuestra la trapacería sexenal. El gobierno morenovallista se frota las manos con el tesoro informativo que encontrarán, puesto que la discusión ya no versará sobre la reapertura de los cuentas públicas aprobadas por el Congreso, sino de delitos propiamente dichos que no han prescrito y por los que jueces pueden librar orden de aprehensión. También podrán encontrarse facturas de los contratos millonarios que Comunicación Social liberó a los periodistas y empresas de comunicación que encabezan la ofensiva contra Moreno Valle. Los constructores que incumplieron y empresarios que vendieron con sobreprecios. Y si ingenuos como Valentín Meneses, Javier García Ramírez, Darío Carmona, Juan Carlos Lastiri o Alfredo Arango soñaban con una diputación federal es mejor que vayan comprando su boleto de avión a uno de los destinos antes señalados.


En el delicado balance entre el Antiguo y el Nuevo Régimen el papel del Auditor General del OFS es central: cualquier procedimiento administrativo y/o denuncia penal que el morenovallismo quisiera instaurar en contra de los marinistas encontrarían un portero excepcional en Víctor Manuel Hernández Quintana para detenerlos. Sí, el guardián de los secretos, custodio de la cueva de Alí Marín y sus 40 ladrones. Removerlo es el nudo de la justicia que claman los poblanos, a excepción de algunos cuantos que extrañan a Mario Marín, como se lo reveló el periodista Rodolfo Ruiz a la revista Proceso.


La temperatura del sistema político local se encuentra en plena ebullición dado que el postergado enfrentamiento entre el Antiguo y el Nuevo Régimen comienza a desarrollarse. Los casos sucesivos de Mónica Arroyo, e-consulta, Víctor Manuel Hernández Quintana y las bodegas clandestinas del OFS deben leerse en una sola lógica: el enfrentamiento entre marinismo y morenovallismo por interpósitas personas. La guerra era previsible, pues solamente un ingenuo podría esperar que Rafael Moreno Valle defraudara a los poblanos en sus esperanzas de justicia contra el régimen injusto.


El periodista Ruiz, entre broma y broma, lo plantea correctamente en su entrevista para Proceso: hay poblanos que extrañan a Mario Marín. Y están dispuestos a defenderlo porque en sus seis años de gobierno enriqueció a unos cuantos para varias generaciones. Dado su desprestigio y riesgos penales, el gobernador no puede defenderse por sí mismo. Y sus funcionarios tampoco. Así que la columna que embiste al gobernador y sus funcionarios es la prensa que enriquecieron durante 6 años. A confesión de parte, relevo de pruebas.


Rafael Moreno Valle tiene todas las armas para ganar la batalla histórica e imponer la visión del Nuevo Régimen. Para él sería muy fácil mantener los acuerdos económicos con la prensa beligerante y los varios grupos que crecieron al amparo del marinismo. Unos cuantos billetes y entonces todos lo alabarían. La transformación de Puebla implica costos, y es en ese punto que el gobernador poblano parece distinguirse de Vicente Fox, quien eligió el camino fácil de contemporizar con el Viejo Régimen sin llamarlos a cuentas. Su fracaso histórico es evidente y no en balde se le denomina como un traidor a la transición democrática. Si el PRI de Enrique Peña Nieto se prepara a regresar al poder es porque el primer presidente del PAN se negó e enfrentar los costos del cambio.


Víctor Manuel Hernández Quintana perdió la batalla jurídica por sus propios errores. Ahora ya no enfrentará únicamente el caso de Porfirio Loeza en los tribunales, sino que sus subalternos despedidos en los operativos de viernes y sábado decidieron cantar como canarios y revelaron el caso de las bodegas clandestinas a donde el titular del OFS iba a enterrar los documentos comprometedores del marinismo. Esa y varias causas penales más esperan a quien se le ofreció salir sin escándalo del organismo pero eligió el camino difícil.

 

Los marinistas no morirán sin dar batalla y defenderán a Hernández Quintana con todos los recursos a su mano. Dinero no les falta y tampoco agraviados por el morenovallismo. La batalla se libra en varios frentes pero en todos la lógica es la misma: aquellos que apuestan por dar muerte a la cultura de la colusión y aquellos que quieren sus prebendas y privilegios de regreso. El veredicto de las urnas se traslada a la lucha de la real politik. La diferencia es que Moreno Valle dispone del monopolio legítimo de la coacción. Y una superioridad amplia en el ámbito de percepción ciudadana. El campo de batalla, como lo definió Manuel Castells, son los medios de comunicación.

 



 
 

 

 
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