Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda
@Nigromanterueda
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22/03/2012


El paradigma del nuevo empresario poblano


Una nueva generación de empresarios ha tomado por asalto los viejos organismos y cámaras que por décadas se convirtieron en comparsas del gobierno en turno. Su posición es más independiente, y en su léxico dominan palabras como competitividad y productividad. No le temen al mercado global pero tampoco descuidan sus responsabilidades públicas. En suma, su perfil es más parecido al de los grandes capitanes de la iniciativa privada regia. Entre ellos destaca por su carisma y autonomía Francisco Rodríguez Álvarez, quien hoy toma protesta como presidente del Consejo Coordinador Empresarial y en entrevista a profundidad para CAMBIO toca todos los temas espinosos que involucran a la cúpula de la distante IP. No tiene pierde por la calidad de definiciones que hace sobre el pasado, presente y futuro de los hombres responsables de generar riqueza y empleo en Puebla, pero también de su compleja relación con los gobernadores.


Las respuestas de Franco, como lo conoce la sociedad poblana, poseen una dosis profunda de autocrítica con el pasado reciente. Hace corte de caja con un episodio que los empresarios poblanos quisieran borrar y los coloca en el rango de complicidad con el viejo régimen. Se trata de un mea culpa en toda la extensión de la palabra sobre el Consejo para el Desarrollo que manejó de forma opaca e improductiva los recursos del Impuesto Sobre la Nómina.


Con franqueza confiesa “en la teoría sonaba atractivo, incluso ante la critica había una oportunidad de proponer. La realidad es que en los hechos estuvo muy lejos de esta promesa inicial y creo que sí cometimos el error de no señalarlo a tiempo, de no criticarlo, de no retirarnos a tiempo de este consejo. La crítica en los últimos meses era que si no había audiencias del consejo, no había mecanismo de transparencia”.


Franco Rodríguez también habla de aquellos que en el sexenio marinista se hicieron pasar por grandes constructores o empresarios, que en realidad eran prestanombres de altos funcionarios: “hemos insistido ante la Contraloría que se haga esa distinción, de quién a fin de cuentas sacó el trabajo, con precios reducidos, porque quien se llevó la parte jugosa no fueron ellos. Creo que se está haciendo un esfuerzo de verificar, quien pese a ello cumplió como subcontratista, pero lo hizo. Hoy vemos que se está dando espacio a estos empresarios, con trayectorias reconocidas”.


Las reflexiones del nuevo presidente del CCE subrayan que no pueden cometer el mismo error del pasado, y por ello plantea una hoja de ruta para su nueva relación con el gobierno morenovallista. Y el paradigma de esa relación tiene que ver con la Transparencia y la molestia de empresarios y académicos por el retraso de la nueva ley en la materia: “ese es un ejemplo de lo que el sector empresarial ha buscado desde hace muchos años, que es consolidar la transparencia, la democracia, y que no habíamos tenido la oportunidad de consolidar, pero ésta debe pasar por estos instrumentos, que garanticen que pase lo que pase sigamos teniendo buenas prácticas y no veamos los abusos del pasado”.


En términos prácticos, Rodríguez Álvarez define el nuevo modelo de entendimiento entre la Iniciativa Privada y el gobierno estatal: “se requiere ser crítico, ser propositivos, reconocer los avances que allá. Pero también se tiene que diverger y ser claro en ciertos señalamientos, y nada le hace más daño a la entidad y al país que omitir cuando algo no está bien y también ser mezquinos con lo que consideramos aplaudir”.


En el caso de la inversión millonaria para los festejos del 5 de mayo, el líder de los empresarios la avala: “todo lo que sea promoción para Puebla es bueno, pero no en caer en los excesos de la promoción personal”. Respecto de la ola de inseguridad que campea en Puebla, no deja títere con cabeza y lo mismo le tunde al gobierno estatal que al municipal: “escuchamos que hay una serie de coordinación, pero en los hechos por lo menos hasta hoy, no se ha visto reflejado en la eficacia de esta coordinación”.


Franco Rodríguez retoma la autocrítica sobre la poca influencia del empresariado nacional y su retraso con el de otras entidades federativas: “ha sido una discusión que al interior del sector empresarial hemos tenido en diferentes ocasiones y ha sido interminables en torno a si en esto fue culpa o influyó en esto la autoridad no generando las condiciones de competitividad en la entidad para que el empresario se pudiera desarrollar o una falta de visión y de ánimo del propio empresariado. Ambos tuvimos culpa en ello”.

 

La entrevista, pues, no tiene pierde. Las palabras de Franco Rodríguez demuestran la visión del nuevo empresariado que, ojalá, haya llegado para quedarse.

 



 
 

 

 
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