Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda
artrueda@diariocambio.com.mx
artrueda@yahoo.com


23/07/2010


La nueva realidad electoral y una defensa de Blancarte


El debate se mueve en todas las direcciones y hasta hoy nadie tiene un análisis claro de la nueva realidad electoral que vive la entidad. Culpa de ello es la victoria de una alianza de partidos que a través de un convenio repartió posiciones y porcentajes de votación, pero a cada dirigente le urge presumir a su aparato partidario la cuantificación de sus nuevos logros traducidos en diputaciones, gobiernos municipales y regidurías. Del lado del PRI, aunque hay mayor urgencia, también hay mayor necesidad de enfriar el debate que no se puede eludir: la culpa de la derrota la tiene la candidatura de Javier López Zavala, el voto de castigo al marinismo o la nominación de candidaturas sin vida propia. Pero también puede haber razones de fondo, pues el rechazo del electorado preponderantemente urbano puede ser una mala noticia de cara al 2012 y las pretensiones restauradoras de Enrique Peña Nieto.


A continuación, presento un acucioso análisis, probablemente de un experto anónimo, que se da a la tarea de defender la inocencia de Omar Blancarte ante las acusaciones de traición. Los argumentos, a pesar de sus denuestos, son de primera línea, pues se le escapan datos valiosísimos de la nueva cartografía electoral. Al final, el lector informado podrá suponer de dónde viene el análisis, lo cual no le resta ni un pelo de valor.


“Su columna de ayer es un monumento a la ignominia periodística, pues resulta increíble que un periodista sólo repita como perico lo que le dictan ‘los jerarcas del tricolor’, sin siquiera realizar la más mínima investigación o verificar los datos con los que armaste la noticia... Y la de hoy… pues entiendo su enorme pesar por la derrota del marinismo, pero eso no descalifica los ejercicios estadísticos ni los hace más o menos ‘canallas’, toda vez que como Ud. mismo dice sólo reflejan la ‘fotografía’ (sic) del día en que fueron realizados. Los sondeos no pueden prever el desarrollo de las campañas, ni los errores de los candidatos, tal y como pasó con ‘El Peje’ en la contienda electoral del 2006…


”Pero vayamos por partes, mi estimado. Sobre su columna de ayer, me gustaría que contestara algunas preguntas que su nota genera: ¿qué pruebas tienes de que el tal Omar Blancarte recibió en verdad el soborno de los 30 millones que dices que te dijeron que le ofrecieron? ¿Hablaste ya con él para verificar el dicho o lo diste por bueno, viniendo de una fuente poco más que siniestra o dudosa? ¿Por qué deberíamos creerle a ‘los jerarcas del tricolor’? Y ¿cómo es posible que un periodista sea usado por el poder para esparcir como hechos verdaderos lo que a todas luces no es más que una vulgar justificación de la derrota? El argumento que ‘los jerarcas del tricolor’ (¿acaso tu patrón?) te mandaron a publicar no es nuevo. Fue usado por los ‘estrategas’ del ‘Peje’ para explicar su derrota en el 2006: no hubo representantes en el 100% de las casillas, cuando hubo representantes éstos se vendieron, hubo operación hormiga de relleno de urnas y no sé cuántas tonterías más. Si de lo que se trata es de construir una mentira para explicar la ‘inexplicable’ derrota del ‘Góber Precioso’, cumples bien tu cometido. Pero es obvio que tu credibilidad es la que sufrirá las consecuencias, y pasarás a la historia como uno más de los periodistas flojos, pusilánimes o vendidos que prefirieron transmitir o publicar la verdad oficial antes que la periodística...


”Dirás ahora: ¿y cuál es esa verdad periodística? Pues la de investigar las razones, la de contrastar los argumentos, la de verificar las declaraciones y los resultados, la de cuestionar las fuentes de información. Y para ello no hubieras tenido que ir a las oficinas del PRI a que te dieran el boletín (que publicas como tuyo), sino tan sólo revisar concienzudamente los resultados finales del PREP (¡!¡!¡!). Si te concentras en los resultados de los 8 distritos de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla (I, II, III, IV, V, VI, VIII y IX, que incluyen Cholula y Atlixco), más el de Tehuacán (XIV), es decir la ‘Puebla urbana’ y, por tanto, mejor informada y más receptiva a los medios de comunicación nacionales, con mejores niveles educativos y mayores ingresos en general, verás que la diferencia de votos entre Compromiso por Puebla (CP) y Puebla Avanza (PA) no es de 2 a 1, como dices que te dijeron, ni hay tal diferencia de 20 puntos... Simplemente el PRI obtuvo en esos 8 distritos el 35.57% del total de los votos emitidos, es decir el 64.43% del rechazo de los votantes efectivos (sólo votó el 51.30% de los votantes potenciales).


”Así, en las principales ciudades del estado CP obtuvo el 56% de los votos emitidos mientras que el PT, los votos nulos y los candidatos no registrados otro 8.40%. Me parece que este porcentaje altísimo de votos a favor de CP sentenció la elección para gobernador, pues la diferencia respecto a AP fue de 182,113 votos, es decir el 83% del total de los votos con que CP obtuvo el inobjetable triunfo... No hay manera lógica para explicar que esa cantidad salió de los representantes de casilla que dieron al candidato de CP dos votos por cada uno que recibía el de PA. ¡Por favor, Rueda, no asumas que tus lectores somos estúpidos para creer semejante cuento! Tendrás entonces que explicar por qué esos marrulleros de Elba Esther no actuaron de la misma manera con la elección para diputados ni para cabildos, donde la votación resultó más diferenciada, y en la que el PT y los votos nulos incrementaron porcentajes importantes. Obviamente no pudiste ver multitudes votando el 4 de julio porque en Puebla capital sólo votaron dos de cada cuatro electores empadronados. Al diablo, pues, con esa mentira, que recuerda los mismos argumentos pejistas del 2006 respecto al famoso algoritmo tramposo que nunca pudieron comprobar.


”Ahora bien, si contrastas los resultados de la ‘Puebla urbana’ con los distritos del interior donde votaron más de 80,000 almas (VII, X, XV, XVI, XVII, XIX, XXI, XXIV y XXVI), entonces verás que la tenebrosa mano de Doña Esther estuvo ausente (cosa curiosa, por cierto, que los jerarcas del PRI digan que la maestra metió mano con los responsables y representantes de casilla en Puebla capital y no en el interior del Estado…), pues ahí los votos por CP sumaron 47.06% respecto a los de PA, que alcanzaron 42.63%, o sea una diferencia de 4.43 puntos (37,144 votos), suficiente para que en caso de empate en la ‘Puebla urbana’ la coalición morenovallista hubiera triunfado de cualquier modo. En estos distritos PA sumó 57.34% de votos en contra, los que sumados al 64.40% en contra de la ‘Puebla urbana’ explican el desastre priista del 4 de julio. Entonces, Sr. Rueda, no vale la pena volver a mentir con esta sarta de tonterías que ‘los jerarcas del tricolor’ tienen que inventar para apaciguar el seguro mal genio por el que está pasando el ‘Góber Precioso’. Allá ellos y sus mentiras (precisamente por creerse sus mentiras les fue como les fue).


”Lo que habría que explicar, en todo caso, es la nueva cartografía electoral que está surgiendo en el Edo. de Puebla. Me parece que ahí está el punto de toda esta discusión. A simple vista, puede decirse que la estructura priista funcionó a la perfección, asegurando al malogrado candidato Zavala los ochocientos mil y tantos votos que el mismo Marín obtuvo hace seis años. ¿Entonces qué fue lo que pasó? ¿Acaso la estructura priista ha llegado a su tope, y no garantiza votos más allá del 45%, con los que se ganaría una elección tan cerrada como la pasada? Todo parece indicar que así es, y los ‘jerarcas tricolores’ deberían estar más atentos a estas preguntas que en quemar en leña verde a sus ineficientes operadores, en denunciar las canalladas de las encuestadoras o en mandar a sus publicistas publicar sus truculentas versiones.

 

”Finalmente, una última observación: lo más interesante de este asunto, Sr. Rueda, es que todo parece indicar, conforme a los resultados del PREP, que el PRI ha perdido el voto urbano en un estado de urbanización creciente. Malas noticias para su futuro inmediato, sin duda. Así le sucedió con el DF, donde desde 1997 no lo ha vuelto a recuperar. Me parece, sin ser un profeta ni mucho menos, que Puebla va en esa dirección (digamos la “chilanguización” del voto opositor). Si a esta tendencia sumamos el increíble descrédito (Bartlett dixit) que el gobernador acumuló a lo largo de su periodo, pues entonces tendremos gobiernos alternativos para rato. Y que bueno, porque Puebla no se merecía tener un gobernador tan corrupto y desprestigiado como el Sr. Marín. Si en verdad quieres buscar al traidor y al canalla del desastre del 4 de julio, entonces mira al inquilino de Casa Puebla. Pero para eso se requiere un periodismo valiente, honesto y objetivo, y no un periodismo visceral y de ‘a oídas’ como el que practicas”.

 



 
 

 

 
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