Tiempos de Nigromante
Arturo Rueda
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24/10/2011
Un estilo: por las buenas, bueno; por las malas, mejor
La prensa marinista dio por buenos contratos apócrifos de comodato que no resistían el mínimo análisis y con ello festejó anticipadamente la derrota del morenovallismo en el arriesgado lance de deponer al auditor mayor del OFS. La realidad volvió a derrotarlos: Víctor Manuel Hernández Quintana se fue en silencio, como debió irse desde el principio, y la rebeldía del marinismo por mantenerlo en el cargo duró solamente una semana. El gobernador Moreno Valle impuso nuevamente su táctica de apretar al máximo y, además de hacerse del organismo encargado de la revisión de cuentas públicas —garrote por antonomasia— obtuvo nuevas ventajas competitivas: cajitas felices llenas de documentos del sexenio marinista que constituyen armas de grueso calibre en las guerras por venir: argumentos para desacreditar mediáticamente y pruebas para instaurar procesos judiciales. La victoria del Nuevo Régimen es absoluta y sólo unos pocos no se han enterado.
Tal como lo señalamos hace unas semanas, el estilo personal de Moreno Valle para gobernar es la efectividad: trasladar las intenciones y proyecciones al mundo fáctico, una transición que no todos los políticos son capaces de conseguir. El lema parece sencillo: si es por las buenas, qué bien, y si es por las malas, mejor. O una de las frases favoritas del mandatario: yo como quieran, quiero. Nueve meses después de su arribo al poder nadie le ha ganado en el juego de vencidas. Los primeros en derrotarse fueron los priistas que entendieron rápido que no había perspectiva de victoria, por lo menos hasta el 2012. Con más esfuerzo pero el final el morenovallismo y el Yunque entraron en una fórmula de composición para integrar el Consejo Estatal del PAN y sus comisiones: la votación fue unánimemente aprobatoria.
Cada vez que Moreno Valle pone su espada en prenda la prensa marinista se ilusiona con que el gobernador pierda el lance. Descargan su frustración en las redes sociales con lugares comunes tremendamente aburridores: “y lo mejor está por venir”; “el poder los iguala a todos”; “se los dije, era un montaje”; “no saben con quién se metieron”. Provocan bostezo de tanto repetir gastadas fórmulas.
Una de sus heroínas favoritas es Ana Teresa Aranda, punto arquimédico sobre el que idealmente podría construirse una resistencia. Unos meses después de sus insultos barriobajeros prácticamente ha sido expulsada del equipo de Ernesto Cordero, no tiene ninguna posibilidad de alcanzar la senaduría y hasta su secretario particular duerme tras las rejas por un peculado cometido en su época de alcalde Palmarito Tochapan. Un presidente municipal pillo con observaciones en todas sus cuentas públicas pero que Anatere quiere convertir en un mártir. Tan mal fario carga “La Doña” que en el Consejo Estatal de ayer muchos panistas se solidarizaron en lo bajito por la detención de su colaborador, pero inmediatamente se alejaban para no contagiarse del mal de ojo.
El tablero de control morenovallista indica un proceso de designación del nuevo auditor General del OFS sin mayores complicaciones. La reconstrucción de la credibilidad del organismo recaerá en el talentoso David Villanueva Lomelí quien ¿casualmente? tendrá hoy un foro de lucimiento con la celebración del Primer Congreso Internacional del Colegio de Licenciados en Administración Pública (Conla) en el Complejo Universitario. En sus años en la Conalitg construyó una amplia variedad de alianzas nacionales que ahora pondrá al servicio de Puebla. Tras el lanzamiento de la convocatoria, Villanueva asumirá el cargo y consolidará la posición del morenovallismo en el OFS que cambiará de nombre para llamarse Auditoría Superior de Puebla.
Las élites yunquistas entendieron finalmente que el PAN, como partido en el poder, necesita de la colaboración con Moreno Valle y que cualquier otra dirección es un absurdo: sería de locos que el PRI fuera un partido más colaboracionista —como es en los hechos— y cobrara mejores réditos. La unanimidad en la integración del Consejo Estatal es el primer paso de la unidad partidista en 2012 para asegurar las victorias en las diputaciones federales. A contracorriente de lo que muchos piensan, el morenovallismo no tiene la intención de comerse todo el pastel y está dispuesto a negociar con el Yunque la repartición de distritos. Si es por las buenas, bueno, y si es por las malas mejor.
La batalla por el OFS terminó sin que hubiera bajas. Moreno Valle ya encontró un punto de entendimiento con el Yunque y se prepara a negociar la repartición de candidaturas a diputados federales. La prensa marinista enfrenta su propia crisis de credibilidad producto del divorcio con la realidad. Sin embargo, el tablero del 2012 todavía no está configurado totalmente: faltan quizá un par de batallas por librar, menores por supuesto, al reto que representaba deponer a Hernández Quintana. Las cajitas felices todavía darán de qué hablar.
*** El escandalito que viene. Los empleados de Hernández Quintana, al momento de declarar, no dudaron un momento en hundir a su jefe y abrir la caja de Pandora. Resulta que no fueron 4 mil cajas las sustraídas, sino un total de 10 mil cajas con información que fueron diligentemente fotografiadas. Pero no todas eran relativas a las cuentas marinistas.
Resulta que también fueron robadas las cajas que contenían el soporte documental de las cuentas de Blanca Alcalá 2009 —ya solventada— y 2010 —que guarda el sueño de los justos—. Específicamente las cajas desaparecidas tienen que ver con cuestiones de obra pública realizada en el trienio.
La orden de sustraerlas provino directamente de Hernández Quintana, según obra en las declaraciones de los subalternos contenidas en la PGJ. ¿Quién le pidió el favor? Una línea de investigación lleva a Armando Garcés Cozar, tesorero municipal que forma parte de la mafia del Colegio de Contadores e incluso también fue Contador Mayor de Hacienda. La otra línea, menos probable, lleva a Víctor Giorgana. Mi apuesta es por Garcés.
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