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La presión ciudadana funciona. El descenso en el costo de la remodelación de la Atlixcáyotl es la prueba fidedigna. Hay otros poblanos que libran su batalla por detener la corrupción.
Tiempos de Nigromante
Arturo Rueda
Los bolsillos vacíos de Rata García
Cuando este diario publicó la investigación que detallaba el evidente sobrecosto de las obras de modernización de la Avenida Atlixcáyotl, no faltó quien afirmara que se trataba de un episodio más del acoso al honestísimo funcionario llamado Javier García Ramírez que CAMBIO ejecuta desde hace meses. La historia, sin embargo, nos dio la razón. La investigación y la denuncia, confundida con acoso, ganaron la batalla. Por una vez, el periodismo cumplió con su función de centinela de la sociedad. La presión constante provocó que, mágicamente, el costo de la obra descendiera un 25 por ciento: de 600 millones de pesos a tan solo 450. Un auténtico milagro. Los bolsillos del Secretario de Obras Públicas, de un día para otro, perdieron 150 millones de pesos. Nada mal el ahorro. Los poblanos ganamos. La corrupción, aunque sea solo por un día, perdió. El “Robo del Siglo” se frustró.
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La presión ciudadana funciona. El descenso en el costo de la remodelación de la Atlixcáyotl es la prueba fidedigna. Hay otros poblanos que libran su batalla por detener la corrupción. La propuesta priísta para reformar la Ley de Acceso a la Información Pública generó el rechazo unánime por disimular las conquistas del artículo sexto constitucional, y también por cerrar vías que ya estaban abiertas. Todos nos indignamos, pero como siempre sucede, parecía que hasta ahí quedaría todo. En la impotencia que nos ha dejado el régimen marinista. Con la complicidad hasta de los que deberían defender la Transparencia, los comisionados Juárez Acevedo y Samuel Rangel. Pocos alzamos la voz.
Un grupo de académicos y periodistas, sin embargo, decidió actuar. Entre Lilia Vélez Iglesias, José Ojeda y el reportero Jorge Machuca, entre otros, elaboraron una iniciativa digna, que recoge las mejores prácticas a nivel nacional. Buscaron el aval de los medios y citaron a una conferencia de prensa para anunciarla, y buscaron padrinazgos entre los diputados. Algunos aceptaron defender la causa común de la Transparencia. La presión ha ido creciendo, al grado de que Alejandro Armenta coscorroneó la iniciativa priísta, e instruyó a sus diputados a ampliar los sujetos obligados. La batalla empieza a ganarse por calidad, y no por calidad. Los medios siguen prisioneros de las complicidades. Los que estamos libres seguimos peleando.
Las lecciones están ahí para quien quiera leerlas. La maquinaria marinista no es invencible, y si lo parece, es porque los poblanos les hemos dejado la cancha abierta para su atroz gobierno. Rata Ramírez perdió 150 millones de pesos. El marinismo no tendrá la ley a modo que buscaba. Pero debemos seguir presionado, Así lo haremos. Con periodismo.
Y sólo para recordar, la historia del “Robo del Siglo”.
“Si al ciudadano común le parecía demasiado los sobrecostos en la construcción de hospitales, las carreteras destruidas a meses de su inauguración y los puentes al vacío, Rata García ya alcanzó la joya de la Corona con la remodelación de la vía Atlixcáyotl, presupuestada por el gobierno estatal en 600 millones de pesos, pero que cotizada por empresas de corte nacional le asignan un costo de 318 millones con los acabados más caros. Sí, el gobierno marinista se va a llevar 300 millones de pesos a sus bolsillos gracias a la duplicación de costos. El robo del siglo.
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“Sonaba sospechoso desde el principio. ¿600 millones para una vía de 5.3 kilómetros? Por una simple inferencia matemática que cada kilómetro costaría poco más 110 millones. Pues ni que estuviéramos en Alemania o en Suiza. García Ramírez ideó una justificación ingeniosa para su desfalco. A la Atlixcáyotl se le revestirá con concreto hidráulico para evitar su futuro deterioro; además, dijo, se aumentará a cinco cuerpos en cada dirección. Lo que Rata omitió decir fue que en realidad la vía ya está construida, es decir, los trazos y la pavimentación actual se utilizarán para cimentar la nueva Atlixcáyotl, con lo que los costos disminuyen.
“600 millones, además, es casi lo que costó el Hospital General de la Zona Norte, “el nosocomio de ricos para pobres”, como le gusta publicitar a Marín. Con 600 millones, incluso con sobrecostos, podrían edificarse cuatro hospitales regionales. También se podrían hacer seis carreteras en promedio de 40 kilómetros, según el catálogo de Obras Públicas. ¿Así que 600 para la modernización de una vía? Demasiado sospechoso.
“Para evitar controversias, en CAMBIO decidimos consultar a constructoras de corte nacional para que, con base a las especificaciones detalladas por García Ramírez en sus giras cómodas por los medios radiofónicos, cotizaran la remodelación de la Atlixcáyotl Además, recurrimos al catálogo de obras que maneja la Cámara de la Construcción a nivel nacional, y, por si fuera poco, revisamos licitaciones de obras semejantes en otros estados, para establecer un parámetro con el presupuesto que manejan otros gobiernos estatales en reconstrucciones viales semejantes.
“El excelente reportaje de Efraín Núñez es minucioso y evidencia el grado de quebranto que pretende ejecutar García Ramírez. Una de las cotizaciones, por ejemplo, establece que ““Longitud de la vialidad es de 5500 metros. Corona: 32 ml. (5 carriles ida-5 carriles vuelta, acotamientos). Espesor: 25 centímetros.
“Mejoramientos: 1.2 metros en todo lo ancho. Pavimentos: 205.040, mejoramientos: 56.655 (Ampliaciones al cuerpo existente y tratamientos de terreno). Obras adicionales: 53 410. Total: 315.105 (millones de pesos). Costo por kilómetro: 53.655 (millones de pesos)”. Así, multiplicando los costos por kilómetros, y sumando los mejoramientos, señalamientos, rehabilitación y construcción de puentes peatonales, cruceros, semaforización y alumbrado, se llega a la cifra mágica de 318 millones de pesos.
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“Pero comparando presupuestos, llega el mayor susto. El costo por kilómetro para la rehabilitación del Circuito Interior en el Distrito federal –de seis cuerpos y concreto hidraulico- alcanza los 16 millones de pesos. García Ramírez plantea que para Puebla, en la remodelación de la Atlixcayótl, el costo por kilómetro alcance los 113 millones de pesos. Entonces, o el gobierno marinista es muy generoso con las constructoras, o en el gobierno perredista del Distrito Federal sí cuidan el gasto público. Un ejemplo más lo representa la modernización de un tramo de la autopista Zitácuaro-Toluca, en el estado de Michoacán, en la que se construyeron 3.4 kilómetros de concreto hidráulico para cuatro carrilles, con un costo de 35.66 millones de pesos. En esta obra además se construyeron, camellón, puentes peatonales y alumbrado, según establece un boletín de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas —fechado en 2007, último año de Lázaro Cárdenas Batel—.
“Con tanta evidencia, es muy claro que García Ramírez infló el costo de la obra para poder llevarse a sus bolsillos, sin más trámite, 300 millones de pesos engañando a todo Puebla. Y eso dándole el beneficio de la duda al gobernador y a David Villa Issa, el todopoderoso subsecretario de Egresos. Quizá engañó a ambos, y lo más prudente sería que revisaran los costos de la obra. A la baja, por supuesto”.
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