La disputa entre López Zavala y Mario Montero, a partir de ese momento, será verificada directamente por Mario Marín para evitar que la sucesión se le salga de control. Será la primera vez ambos personajes convivan en el mismo espacio político.


Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda


Zavala regresa al gobierno


Las piezas en el tablero de ajedrez marinista se mueven sigilosamente, pero con firmeza. La siguiente jugada ya fue decidida en Casa Puebla y nada puede pararla: Javier López Zavala, sorpresivamente, regresa al gabinete para desplazar a Alejandro Armenta al frente de la Secretaría de Desarrollo Social y éste, a su vez, se mueve a la dirigencia estatal del tricolor en sustitución de Valentín Meneses a quien, por fin, se le cumplirá el deseo de insertarse en el gobierno estatal en un posición donde pueda hacer jugosos negocios, a costa de abrirle un flanco a su compadre Mario Montero. Los movimientos se harán efectivos al finalizar las comparecencias de los secretarios marinistas en el Congreso del Estado.

 

Abran las puertas señores, porque dos gallos de peso pesado deberán coexistir al interior del gobierno estatal. La disputa entre López Zavala y Mario Montero, a partir de ese momento, será verificada directamente por Mario Marín para evitar que la sucesión se le salga de control. Será la primera vez ambos personajes, cercanísimos en el ánimo del gobernador, convivan en el mismo espacio político. La pelea será de pronóstico reservado, una vez que el ex jefe del gabinete deba rendirle cuentas al hoy jefe del gabinete, Mario Montero.

 

Montero y Zavala no habían coincidido a lo largo del sexenio. Durante la batalla electoral del 2004, en las postrimerías del melquiadismo, Zavala fungió como coordinador de campaña del candidato a la gubernatura, mientras Montero fue ungido como dirigente estatal del PRI. Aunque su ámbito de acción chocaba frecuentemente, el hoy secretario de Gobernación era la voz cantante. Después de la victoria, se especulo que Montero aterrizaría en Gobernación, pero al final, ya en el inicio del sexenio, se quedó en el tricolor a la espera de los tiempos que le hicieran llegar al Senado de la República y lo convirtieran en un aspirante natural a la gubernatura, sin más trámites.

 

La mano misteriosa del destino se atravesó en el camino de Montero cuando el tricolor, por primera vez en su historia, perdió la elección al Senado y únicamente ingresó Melquíades Morales en su calidad de primera minoría. Parte de esa mano misteriosa, claro, fue la de López Zavala que desde Gobernación colaboró activamente con Rafael Moreno Valle –tránsfuga candidato panista- con el objetivo precisamente de descarrilar a Montero y bajarlo de la precandidatura natural. Y momentáneamente logró su objetivo.

 

Pero ya se sabe que la vida es una tómbola. Montero regresó a su notaría, pero nunca perdió ni el contacto ni el afecto con el gobernador. Y cuando Marín decidió que Zavala saliera de Gobernación para irse a operar la elección de noviembre de 2007, el primero en quien pensó para sustituirlo fue en su hermano político. A diferencia del poblano-chiapaneco, Montero apaciguó sus ansias de venganza y antepuso los intereses del gobernador –retener la mayoría en el Congreso-, esperando el momento justo. Y parece que ha llegado.

 

Durante su etapa en Gobernación López Zavala se cansó de gritar a los cuatro vientos que fungía como Coordinador del Gabinete, y todavía se recuerda el cónclave de secretarios antizavalistas del año pasado en El Chimichurri, cuando Gerardo Pérez Salazar, Javier Sánchez Galicia y Guillermo Deloya, entre otros, se reunieron para desafiarlo.

 

Pues bien, Zavala reingresará al gabinete, pero ahora será subordinado del nuevo Coordinador del Gabinete, Mario Montero. ¿Será institucional y disciplinado? ¿O se rebelará?

 

Y es que para nadie es un secreto que Zavala brincará a Sedeso como parte de su escalada a la gubernatura. El problema es que ahora tendrá ojos vigilantes en Mario Montero, pero también la animadversión de varios miembros del gabinete que le ajustarán cuentas por su etapa anterior de Jefe de Gabinete. ¿Fluirán con prontitud los recursos desde Finanzas? ¿Deloya le conseguirá acuerdos con el gobernador? ¿Subirá Sánchez Galicia sus acciones en los boletines y la página del gobierno? ¿Se brincará a Montero a la hora de promocionarse?

 

Dicen que el que las hace, no las permite: si Mario Montero en algún lugar quería a tener a Zavala, era precisamente en el gabinete marinista. Se viene tiempos emocionantes.

 



 
 

 

 
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