Las desgracias que sufre un líder de seccional priísta a manos de los gobierno priístas magnifica la pequeñez de nuestra clase política, centrada en disputarse la gubernatura.

 

Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda


La pequeñez de nuestros políticos

 

Carlos Tabales es un priísta de hueso colorado. Desde hace años dirige al seccional priísta en la zona de Los Sapos, y lo mismo se ha puesto la camiseta de Rafael Cañedo Benítez, Manuel Bartlett, Melquíades Morales, hasta la de Enrique Doger, Mario Marín y Blanca Alcalá. Nunca falta a los mítines y tampoco falla en acarrear a los comerciantes que cada sábado y domingo utilizan la plazuela para vender antigüedades y muebles rústicos. Todo le ha dado a su partido, y sin embargo, gobierno irresponsables emanados del PRI le han traído grandes desgracias. Ayer en la madrugada, sus dos hijos fueron asesinados a navajazos por pandilleros alcoholizados en los antros que nadie ha podido regular. Hace un año su esposa murió cuando el techo de una vecindad que Protección Civil no clausuró a tiempo se derrumbó en tiempos de lluvias. Son las desgracias “menores” que nuestros grandes políticos no ven y tampoco les interesan mientras los “Plan A”, “Plan B” y “Z” se disputan la gubernatura y satisfacen sus intereses. Carlos Tabales, la muerte de sus hijos y esposa, son muestra de esa microfísica del poder que no le interesa a los poderosos.

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La zona de Los Sapos se ha vuelto incontrolable. Desde hace años, cuando la administración de Gabriel Hinojosa autorizó la instalación de tugurios de mediano y bajo nivel, una de las atracciones turísticas más importantes de la capital se convirtió en una boca de lobo intransitable por las noches. Drogas, prostitución, pandilleros y borrachos, la fauna oscura, se apodera de la plazuela y sus alrededores. Mario Marín –en su versión alcalde—, Luis Paredes y Enrique Doger no pudieron o no quisieron reordenar la zona. Fuertes intereses se cruzaron. Blanca Alcalá tiene la oportunidad de hacerlo y regresarle un poco a dignidad a Carlos Tabales, aunque ya de poco le sirve.

 

Se trata de las ironías macabras: los gobiernos municipales surgidos del PRI, y también los estatales, le han fallado no solo a los poblanos apartidistas, sino a los priístas confesos. Tabales es una muestra. Hace un año, con diagnóstico en mano de las vecindades en el Centro Histórico que debían ser vaciadas por el riesgo de derrumbes, Ramón Balderas se cruzó de brazos y no hizo nada. Semanas después, en plena temporada de lluvias, se derrumbó el techo de una vivienda en la cinco oriente y mató a la esposa de Carlos Tabales. El PRI no se acordó de un priísta de la “base”.

 

Un año después el clima de inseguridad que priva en Puebla, a pesar de aquel discurso marinista de que “somos la entidad más segura del país”, cobró más víctimas en el seno de la familia Tabales. No hablamos de Los Zetas, ni de ejecutados, ni del narcoalcalde y mucho menos de La Federación. Hablamos de la delincuencia común, de todos los días propiciada por la falta de control en la zona roja en que convirtieron a Los Sapos. Un grupo de vándalos que a navajazos asesinan a dos jóvenes de 18 y 19 años. ¿Y Alberto Hidalgo Vigueras? ¿Y Mario Ayón? ¿Y la super magnifica y de primer mundo Policía Metropolitana? ¿Dónde está el gobierno priísta para responderle a Carlos Tabales? ¿Podrá por lo menos Igor Archundia detener a los asesinos?

 

Las desgracias que sufre un líder de seccional priísta a manos de los gobierno priístas magnifica la pequeñez de nuestra clase política, centrada en disputarse la gubernatura mientras los ciudadanos de a pie sufren el acoso diario del hampa, la carestía y la falta de oportunidades. ¿Qué puede hacer por ellos un gobernador que tolera la corrupción como un estilo de vida? ¿Funcionarios con relojes de lujo, casas de ensueños, que sientan a comer viandas y vinos de postín en los mejores restaurantes de la ciudad? ¿Aquellos que hace años no se suben a un transporte público porque utilizan choferes y camionetas pagados por el erario?

 

Nuestros políticos son pequeños. Insignificantes. Nos lo demuestran todos los días.

 

Desde aquí, un abrazo en su dolor a Carlitos el de Los Sapos. Ese que nunca le ha fallado al PRI.

 

*** Y a propósito, qué pensará de la reforma energética. Ayer Marín asistió al cónclave priísta en Metepec, Estado de México, para acordar la contrapropuesta de reforma energética que presentará hoy Beatriz Paredes a nombre de todo el priísmo nacional. Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón y los gobernadores tricolores, específicamente los de estados petroleros, tratan de consensar una posición común.

 

Nuestro gobernador, tan reservado, hasta el momento no ha expresado si está a favor o en contra de la propuesta presentada por Calderón. Pero a lo mejor la propuesta es ociosa: ya se sabe que el agradecimiento de Marín por el apoyo en la Suprema Corte de Justicia es eterno.

 

*** La oposición que nos merecemos. Tonto del culo es una expresión común en España para designar a las personas muy pero muy tontas. Rafael Micalco es un tonto de culo. Mira que exonerar a Zavala y exhortarlo a usar el nombre completo en sus camisas. Más allá: el PAN no denunciará. Es la oposición que nos merecemos.

 



 
 

 

 
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