El caso detona un conflicto de interés único en la administración, y casi más grave que la corrupción e ineficiencia de García Ramírez. Y es que Pérez Solazaren enviar el dinero de los poblanos a su casa de bolsa Vector.


Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda


Los negocios de Pérez Salazar


Si Javier García Ramírez es el icono de la corrupción marinista, Gerardo Pérez Salazar es el ejemplo perfecto del enloquecimiento que provoca el poder absoluto. Una de las mayores promesas del gabinete al inicio de la administración se convirtió en la peor de las realidades, al grado de imaginarse como un posible aspirante a Casa Puebla en 2010, cuando en realidad debería ser procesado penalmente por poner en riesgo el dinero público en casas de bolsa. Y, casualmente, en su casa de bolsa, Vector, de la que era (¿es?) propietario, y única experiencia financiera que lo hizo merecedor de la Secretaría de Finanzas y Administración.

 

El caso detona un conflicto de interés único en la administración, y casi más grave que la corrupción e ineficiencia de García Ramírez. Y es que Pérez Salazar, dueño y señor de los 44 mil millones que Puebla recibió el año pasado, no tiene empacho en enviarlos a su casa de bolsa Vector, poner en riesgo los recursos públicos –porque ya se sabe que la Bolsa es un mercado donde se puede ganar y perder-, tomar las ganancias, que Puebla asuma las pérdidas, y hacer un negocio redondo de especulación financiera con los recursos de todos los poblanos.

 

Lo más increíble es que Pérez Salazar confesó, ante todos los diputados, la ilegalidad que realiza con los fondos públicos. En su comparecencia ante el Congreso del Estado, y a pregunta directa del diputado Manuel Janeiro, el secretario Botonazo aceptó que el gobierno estatal invierte los recursos públicos en la Bolsa. El hecho, jurídicamente es altamente riesgoso para el secretario de Finanzas, porque con un solo peso que perdiera al mover los recursos, constituiría un daño patrimonial al estado y lo haría encuadrarse en el tipo penal de peculado. Y si, atendiendo a lo que dijo Marín hace dos años –en Puebla el que comete un delito se llama delincuente-, Gerardo Pérez Salazar no es más que un vulgar delincuente.

 

En la administración melquiadista también tuvieron la tentación de arriesgar el dinero público en Casas de Bolsa como una forma rápida y cómoda de hacer crecer los recursos estatales. Después de dos intentos, Moreno Valle frenó cualquier intento de especulación, pues desde la Contraloría un análisis jurídico dejo en claro que la pérdida de un solo centavo constituiría daño patrimonial. Y así, en la Tesorería, dejó de jugar a la Bolsa.

 

El problema de Pérez Salazar es todavía mayor: al enviar los recursos a su empresa, la Casa de Bolsa Vector, tiene un claro conflicto de interés y viola directamente la Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos en su articulo 50, fracción XIII que prescribe a los burócratas: “Excusarse de intervenir en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios, incluyendo aquéllos de los que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, por afinidad o civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte”.

 

Y por supuesto, es de su propio interés que Casa de Bolsa Vector –su propio negocio, al grado de ser administrado por su esposa Maggie- tenga ganancias. Y por que más que Pérez Salazar justifique los negocios que hace en su propio negocio con los recursos poblanos al afirmar que le dio la tasa de interés más alta del mercado, eso no rompe el conflicto de interés, y mucho menos el daño al erario público con las subidas y bajadas que tiene la Bolsa

 

¿El Botonazo nos va  a decir que es un genio de las finanzas y nunca ha perdido un peso?

 

*** ¿La traición de Armenta? Para quienes trabajamos en Sedeso no fue sorpresiva su columna de hoy precisamente por su absoluta veracidad. Pero algo que usted no contempla y me permitiré informarle confiando en que mantendrá en discreción mi identidad por obvias razones es que más allá del límite que ejercerá Montero sobre las pretensiones de Zavala, este tendrá que afrontar otra piedra en el zapato que constituye una traición de quien menos se lo esperaba. Y es que Alejandro
Armenta es el menos interesado en ir al PRI a operar las estructuras en favor de su supuesto líder, el licenciado Zavala.

 

“Armenta está desde hace mucho tiempo trabajando para su proyecto "A" y ya no para el "Z".  Por eso no quiere ir al PRI, porque sabe que la elección federal del 2009 será de gran dificultad y los resultados no se asemejaran en lo más mínimo a los del 2007. Entonces la pretensión de Armenta es que el licenciado Zavala vaya al PRI para que sea él quien quede mal y ahí acabe con su carrera política, mientras Armenta sigue operando en su propio favor los proyectos sociales del gobierno y en beneficio y crecimiento de su personalísimo proyecto.

 

“Por eso ayer martes en la noche citó a sus aliados a un cónclave para preparar los últimos detalles de su comparecencia de hoy en el congreso, misma que viene preparando desde inicios de año. Ayer en el cónclave y con el estrés y nerviosismo que se ha apoderado de él desde que se le menciona para ir al PRI, repartió regaños y amenazas para que nada saliera del control.

 

“Que si fulano había mandado los regalos para los diputados para plancharlos, que si sutano había preparado a los acarreados para abarrotar el Congreso, que si las porras, que si los documentos de la presentación, que si las tarjetas para los de oposición, que si el dinero estaba listo para comprar los espacios de los diarios, que si los reporteros recibirían su correspondiente saludo, que si la borrachera con que festejaría al terminar el evento. En fin todo para que el gobernador se de cuenta de que es un magnifico secretario y no lo castigue mandándolo al PRI.

 

Mejor que el licenciado Zavala vaya al PRI y sea él el que se queme con los resultados del año próximo. Vaya lealtad de Armenta al Proyecto Z, al cual por supuesto su servidor pertenece. No, Armenta ya se olvidó de eso y está trabajando para sí mismo y lo logra paradójicamente tratando aparentar ante el gobernador ser un buen funcionario, pero comprando a sus secuaces mediante litros y litros de alcohol pagados por supuesto del erario público, de los impuestos de los mexicanos.

 

Si toma en cuenta este comentario y guarda mi identidad por obvias razones, mañana le relataré los pormenores de la borrachera de hoy”.

 



 
 

 

 
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