Tiempos de Nigromante 
         
        Arturo Rueda 
        15/05/2009 
        Se tambalea la destitución 
		 
		 No es anormal que las democracias  contemporáneas los partidos políticos se hagan concesiones mutuas en el ámbito parlamentario. Quid pro quo. Lo verdaderamente extraño es la realización de pactos contra  natura: el apoyo de un partido a una iniciativa que transgrede sus principios fundamentales,  ideología o doctrina. El escándalo de la “Contrarreforma Bailleres” no fue precisamente la aprobación de una  reforma constitucional que prohíbe la despenalización del aborto, las sociedades  de convivencia y eutanasia, sino que tal aprobación se logró con el voto de la  fracción tricolor –o la mayor parte de ella- en contrario sensu al Estado  Laico, uno de sus principios políticos fundamentales. A nadie sorprendió el beneplácito de Acción Nacional:  su doctrina y su ideología, así como sus orígenes católicos, lo hacen defensor  del concepto de “familia tradicional” y “vida desde la concepción”. El escándalo fue que dos priístas, Bailleres y  Fernández del Campo, se mostraran como diputados  conservadores desde un partido liberal. 
		  
		Tampoco provoca  escándalo que los diputados priístas quieran brindarle a su jefe Mario Marín un final de sexenio sin sobresaltos. Y  que para ello estén dispuestos a una modificación a modo del apartado de la fiscalización en la Constitución local para  que la última cuenta pública, el ejercicio fiscal 2010, esté finiquitado en los primeros días del 2011. Es decir, días antes de que la nueva  legislatura, la LVIII,  entre en funciones. Vaya, que la misma mayoría de 26 diputados que tiene hoy en  la LVII le  regalará pasaporte al paraíso al gobernador y todos sus funcionarios, incluido  el corruptísimo García Ramírez. 
		  
		En algunos  círculos políticos se ha manejado la versión de que la iniciativa presentada  por Rocío García Olmedo es una muestra  de miedo del marinismo ante lo que pudiera ocurrir en noviembre del 2010, una eventual  derrota del tricolor, un desastre  electoral que les haga perder la gubernatura y la mayoría en el Congreso  local. De acuerdo con las leyes actuales, correspondería a esa nueva  legislatura la aprobación de la cuenta 2010. Dicen que hombre prevenido vale por dos: el gobernador se estaría vacunando contra cualquier eventualidad  en la renovación de la gubernatura. Tanto que ganara Rafael Moreno Valle y el PAN, tanto por una traición de su sucesor y beneficiario del dedazo, sea Zavala,  Alcalá, Doger o Agüera. Piensa mal y acertarás. 
		  
		En cualquier  caso, se sabe como parte de la cultura  política que a las administraciones sexenales lo que más les interesa es el séptimo año de gobierno: que nadie  descubra los cadáveres en el closet ni  los negocios familiares. Y que si algún indiscreto llega a filtrarlos, los  asuntos estén jurídicamente cerrados para que no haya lugar a procedimientos administrativos y/o penales. 
		  
		Pues bien, a  nadie sorprende que los priístas busquen agradar a su Gran Elector y Gran Legislador. Sorprende, sí, que la  fracción panista, con el negociador  Eduardo Rivera a la cabeza, se sume  al despropósito y avalen un golpe al contrapeso  entre Poderes del Estado. Porque eso es lo que subyace en el fondo: un problema de contrapesos. La norma  diseñada para que sea la nueva legislatura del Congreso local la que revise la  última cuenta pública del gobernador que abandona el poder es una forma de contrapeso al interior del mismo  Congreso. El PAN validando un golpe  a la división de poderes y a la fiscalización. ¡Bonito escenario! 
		  
		En el fondo  subyace la salvación de varias almas.  Con el trueque legislativo, el PAN logró colar  sus preceptos católicos en la   Constitución local gracias al apoyo de un PRI dividido, y  así cumplió con su religión. A su vez, el marinismo salvará su alma y enterrará en montones de auditorías y en cajas de  expedientes todos los posibles escándalos sexenales. Y si algún día, por  accidente llegaren a brotar, no podrá fincarse ninguna responsabilidad. 
		  
		Al final todos  quedan felices y contentos. Aunque  en campañas se pegan y critican, e incluso recurren a la guerra sucia, en el fondo PAN, PRD y PRI son iguales: la misma clase política podrida. Sus  objetivos son los mismos: medrar con el  país y que ninguna cuenta pública se interponga. Por ello nadie escandaliza  con el pacto legislativo contra natura PAN-PRI. Los hacen todos los días. 
		  
		***  Sobre los Chelis Boys. “Hola Arturo, yo no sé mucho de fútbol, es más ni me  interesa, pero al igual que todos los poblanos me gustaría que les fuera bien a los del Puebla. 
		  
		“Hay dos cosas en las que no creo que tengas razón: 
		  
		1. No se ha  ganado nada y no creo que sea aplaudible el que el equipo haya dejado de ser  súper mediocre y ahora sea mediocre a secas: "...Nadie apuesta hoy porque logren eliminar a un Monterrey con un técnico experimentado y con varias  estrellas de sueldo millonario como Humberto Suazo. Pero vale la pena apoyar  hoy al equipo, tan sólo para agradecerle al Chelis y sus muchachos el ejemplo  de cómo salir del pozo y brillar con luz propia..." ¿Cuál brillo? ¿No descender? 
		  
		2. Londres y Manchester están a poco más de dos  horas de distancia en tren, y aunque los jugadores del ManU ni en sueños  se subirían a un tren, el trayecto en coche (aunque sea un Ferrari típico de  "footballer") es más largo por que el "bloody"   tráfico a las afueras de Londres es impresionante, y supongo que los jugadores  han de entrenar todo el día y no les daría tiempo  de "...andar en malos pasos...." en Londres y regresar a  Manchester”. 
		  
		Servido.  
		  
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