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 Tiempos de Nigromante 
 Arturo Ruedaartrueda@diariocambio.com.mx
 artrueda@yahoo.com
 
 16/02/2010 
 Tecnócratas contra Populistas 
 Por lo mostrado  en las dos primeras semanas de precampaña, el esperado enfrentamiento entre  Javier López Zavala y Rafael Moreno Valle parece reflejar el choque entre dos concepciones centrales de la política: Populismo contra Tecnocracia, una dialéctica fundamental que no  tiene ganador claro en la historia del  poder, y que en realidad tienden a sucederse de acuerdo a movimientos  coyunturales. A un agotamiento de los modelos populistas de poder sigue el ascenso de los tecnócratas que, después  de imponer un ciclo de reformas  impopulares, son desplazados por nuevos  populistas que quiebran las estructuras generadas por la tecnocracia. Tales  enfrentamientos no surgen en los años recientes, sino provienen desde la antigua Grecia en el conocido choque de  los platónicos contra los demagogos.  No es difícil reconocer en Javier López Zavala es rostro del Populismo y en  Moreno Valle el eje tecnócrata. ¿Cuál postura resultará más efectiva de cara a  la elección de gobernador?   La disputa en la  agenda de campaña, con apenas dos semanas para evaluar, muestra los rostros  contrapuestos de cada candidato. Mientras Zavala es presentado ante sus  auditorios como un émulo del Charro  Cantor, redivivo Pedro Infante que seduce  a abuelitas y niños por igual mientras interpreta melodías populares, el  fuerte del senador con licencia son los diagnósticos  y propuestas de gobierno. Mientras el candidato priísta presenta  frenéticamente sus propuestas a la velocidad  de la luz, Moreno Valle muestra una estrategia de reservar sus mejores balas para los momentos culminantes de mayo y junio.   De fondo, el  choque populismo contra tecnocracia se mueve en dos ejes diferentes. Los populistas  buscan congraciarse con “el pueblo” de  cualquier forma posible: haciendo promesas disparatadas, dilapidando los  recursos públicos y comportándose como “uno más”. La suprema dirección es “lo que quiera el pueblo”. En ese  sentido son líderes de discurso y sus votaciones preferidas son las de la muchedumbre de asamblea. Candidatos de aclamación.   La concepción de  gobierno tecnocrática, del otro lado, desprecia  la participación del “pueblo” y privilegia el conocimiento sobre la voluntad popular. No en balde Platón es el  primer gran tecnócrata de la historia: el gobierno es cuestión de los “filósofos-reyes” y no de los “reyes  filósofos”. Técnica y reflexión antes que sentimiento  e improvisación. No a las muchedumbres y ni pensar en la aprobación del  pueblo porque “de política nada entiende, ni quiere entender”.   Los perfiles profesionales de ambos equipos de  campaña muestran también el choque de Tecnocracia contra Populismo.  Mientras el equipo estratégico de comunicación del panista encabezado por  Marcelo García Almaguer se caracteriza por su preparación en universidades extranjeras y posgrados de alta  especialización, lo que les da amplias relaciones nacionales e  internacionales, el cuarto de guerra zavalista parece moverse más por la inspiración. Su preparación es  eminentemente local y sus tácticas proactivas/reactivas responden más a la dirección del viento que sople en el momento. La  incorporación de Ismael Ríos y Arturo González Orduño aparentemente se dirigía  a subsanar la falta de profesionalismo,  pero hasta el momento el único saldo es un candidato desaparecido de la agenda mediática, por lo menos en la última  semana. Se afirma que un grupo nutrido de consultores, entre los que encuentran  Roberto Mandujano de Cuarto de Guerra y Zoé Robledo de Gerencia del Poder ya  controlan la campaña zavalista, pero hasta ahora su mano no se nota. Como tampoco la de González Orduño y Rios, un  dúo capaz que ya desplazó al ex hombre de confianza, Óscar de la Vega.   El choque  Populismo contra Tecnocracia se ejemplificó claramente en el primer debate trascendental sobre la  derogación de la tenencia. Moreno Valle, gracias a la traición de una  quintacolumna, se adelantó por minutos a  proponer la eliminación de la tenencia lo que le permitió arrebatar al  equipo zavalista la primera bandera de campaña. Ya instalado el debate, Zavala no pudo incidir en la parte técnica de  la derogación del impuesto y la responsabilidad fue traslada a Jorge Estefan Chidiac. Y en la polémica  improvisada en Stereo Luz de Tehuacán, mientras el panista ofrecía datos  técnicos, Zavala repetía lugares comunes de “apoyar iniciativas que beneficien al pueblo”.   Luego del debate  improvisado, el equipo de comunicación del panista reaccionó rápidamente. Se  apropió del audio de la estación, lo  difundió entre medios selectos y luego lo subió a You Tube con la leyenda “Moreno Valle gana el primer debate”.  Por el contrario, el equipo zavalista pensó que nadie iba a enterarse, y cuando  quiso reaccionar, ya fue demasiado tarde: no importa si en verdad el panista  ganó, sino la percepción mediática ex post.    La conclusión es  que Moreno Valle encarna la Tecnocracia y Zavala al Populismo, pero no tenemos  datos para saber todavía cuál es más  certero para la presente elección. A un sector puede parecerle bochornoso que el priísta se presente  como un cantante de vodevil en sus  concentraciones, pero sí a amplias mayorías les parece atractivo y les da una razón de voto, qué mejor. A otro puede  gustarle el discurso técnico del panista, pero si las mayorías no lo entienden  o no les genera interés, toda la tekné del mundo no valdrá para ganar la  elección.    |