Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda

23/07/2009

Las hermanas Mastretta abandonan a Prida


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La Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex) regentada por el impresor Armando Prida tiene previsto un acto solemne para impresionar a incautos: la presentación de sus “19 Compromisos con la Libertad de Expresión”. Pero el dueño de Síntesis tendrá un grave problema. Deberá explicar a todos sus asociados por qué la escritora Ángeles Mastretta Guzmán, integrante de su Consejo Directivo, decidió en marzo pasado abandonar de tajo el organismo patito. Y por qué también su hermana  Verónica, ecologista de gran renombre e integrante del Consejo Consultivo, decidió seguir el mismo camino: evitar que su nombre sea relacionado con los negocios del diario, de Rostros y de Magno Graft y por ello también renunció sin cortapisas. Ambas se lo comunicaron en su momento al ex poeta Mariano Morales, Vicepresidente de Relaciones Políticas de Síntesis y a María del Pilar Cano de Becerra, directora General de la Fundación. Y a pesar de la renuncia, Prida sigue utilizando el nombre de ambas en el portal de internet de su bodrio. ¿Por qué si ambas renunciaron su nombre sigue ahí? La historia no tiene pierde.

 

Tratemos de resumir. Armando Prida, deseoso de extender su imperio de impresiones por todo el país y América Latina -a pesar de que su negocio Magno Graft ya es uno de los más importantes de la región- decidió asociarse con el seudo luchador por la información pública Ernesto Villanueva luego de que su organización, Limac A.C., fuese desconocida por varios intelectuales y periodistas que integraban su Consejo Consultivo mediante un desplegado publicado en varios diarios. Una auténtica vergüenza. Pero esa es otra historia que luego contaremos.

 

Asesorado por Villanueva, Prida concibió la Fundación para la Libertad de Expresión como un reciclado de Limac. Y además, gracias a su emporio, con mayores posibilidad de abrir nuevos mercados. Pero para integrar a la Fundalex necesitaba adornarla con apellidos pomposos y personajes con credibilidad, una vez que Villanueva y el propio Prida no tenía ni media onza de ella. Así que comenzaron a buscar incautos que se sumaran a un aparente esfuerzo ciudadano, pero que en realidad no era más que un vehículo para satisfacer las necesidades empresariales de los socios.

 

Por ejemplo, Villanueva reclutó a Josefina Buxadé, entonces comisionada de la CAIP poblana y académica de la UDLA. Pero ella no les interesaba, sino atraer a su suegra Elena Poniatowska.  Y así lo hizo. Por medio de Mariano Morales invitaron a Verónica Mastretta Guzmán, directora de Puebla Verde, para poder atraer a su hermana, la talentosa y prestigiada Ángeles.

 

Armando Prida realizó un acto de gala en el Palacio de Minería para presentar su Fundación en octubre de 2008. Ángeles Mastretta se integró al Consejo Directivo y Verónica al Consultivo. Pronto empezaron los problemas porque la Directora General, María del Pilar Cano de Becerra, solamente los convocaba a los eventos de relumbrón pero nunca informaba de las gestiones, acuerdos y contratos que empezaban a firmarse.

 

Y luego llegó la ofensiva del gobierno marinista en contra de Verónica Mastretta y Puebla Verde A.C. luego de que sus gestiones impidieran el cambio de uso de suelo en los terrenos restantes de la Reserva Atlixcáyotl, impidiendo un negocio inmobiliario multimillonario detrás del que estaban importantes personajes de la administración. En venganza le quitaron el Parque del Arte. Pero lo peor fue el diario del campeón de la libertad de expresión, Síntesis, no publicó una sola línea respecto al tema. Sergio Mastretta reclamó a Mariano Morales la actitud vergonzante. Y este le respondió que no podían publicar nada por sus compromisos publicitarios con el gobierno estatal. Que el convenio se los impedía. Y que en esos casos, la libertad de expresión podía irse a tomar por culo incluida la Fundación. Sorry, vaya.

 

Desde ese momento los Mastretta Guzmán rompieron con la Fundación y así se lo comunicaron en sendas cartas a Mariano Morales y a la directora General del organismo, María del Pilar Cano de Becerra, pidiendo que retiraran sus nombres y fotografías de invitaciones y del portal de internet. Pero a Prida no le importó la ruptura: nombres y fotos siguen ahí. Como puede verse en la imagen captada ayer en http://www.fundacionparalalibertaddeexpresion.org/ en el apartado Quiénes Somos.

 

Y ya que renunciaron, las hermanas Mastretta Guzmán recibieron toda la información de los negocios que andan haciendo Armando Prida y Ernesto Villanueva a través de la Fundación para la Libertad de Expresión. Pero esto es otra historia que contaremos más adelante.

 

Por cierto, Armando: nos vemos el 17 de agosto en la presentación de tus 19 Compromisos por la Libertad de Expresión. Tenemos sorpresas.

 



 
 

 

 
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