Pero si Pacheco tiene un rival de cuidado, no es otro que Alfredo Mendoza. Con 20 años como magistrado, por su Sala pasado jueces, secretarios, notificadores y un largo etcétera, conformando una estructura de poder sin igual


Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda


La sucesión de Pacheco Pulido


El Poder Judicial estatal vive una situación inédita: la sucesión de Guillermo Pacheco Pulido ha despertado el apetito político de jueces y magistrados que piensan, por primera vez, tienen posibilidad de influir en la designación del Presidente del Tribunal Superior de Justicia. Y es que muchos de ellos dan por sentado el retiro obligatorio del Maestro Pacheco al cumplir 75 años, edad marcada por la Ley Orgánica para proceder al retiro obligatoria de los magistrados. Por el contrario, Pacheco Pulido interpreta el artículo 224 de forma que para obligar al retiro, además de cumplir la edad señalada, además debe tener una incapacidad física o mental permanente. Y él, que presume de tener cabal salud, advierte a sus enemigos internos que se quedarán con las ganas de relevarlo.

 

Los magistrados son empleados del gobernador. Aunque la Constitución local prevé que su nombramiento lo realiza el Congreso del Estado a partir de ternas propuestas por el Ejecutivo, como el gobernador es dueño del Legislativo local, pues es al mismo tiempo dueño de todos los poderes. Autónomo por definición, el Poder Judicial es sumiso por decisión. Así, en las manos de Marín se encuentra la ratificación de Pacheco o la elección de un nuevo Presidente.

 

La ruptura de 12 juzgadores con el Colegio de Jueces de Primera Instancia es una prueba de cómo los ánimos se ha calentado. Los bandos se han definido entre los que quieren Pacheco respete la Ley Orgánica y se vaya a su casa, y aquellos que desean que se quede –a costo de reelegirse ilegalmente- porque cualquiera de los aspirantes al puesto metería en crisis al órgano. Los aspirantes a suceder a Pacheco, convenciendo a Marín de no ratificar al maestro, suenan entre los magistrados Alfredo Mendoza, Arturo Madrid, León Dumit Espinal, y el juez Helmo Mayoral que aspira a convertirse en magistrado si Pacheco se retira.

 

León Dumit Espinal, abogado de prestigio entre varias generaciones y el último de los sabios de la generación del insigne José María Cajica, a pesar de contar con el aprecio del gobernador, se ha descartado prácticamente por su avanzada edad. Arturo Madrid, magistrado recién nombrado en el inicio del sexenio, fue compañero de Mario Marín en las aulas de la Facultad de Derecho y ya por ese simple hecho cree tener los merecimientos suficientes.

 

Pero si Pacheco tiene un rival de cuidado, no es otro que Alfredo Mendoza. Con 20 años como magistrado, por su Sala han pasado jueces, secretarios, notificadores y un largo etcétera, conformando una estructura de poder sin igual. Helmo Mayoral, uno de sus hombres más cercanos, por si fuera poco, preside el Colegio de Jueces de Primera Instancia, una organización gremial que pretende defender los derechos de los juzgadores ante el Pleno de magistrados.

 

La ruptura de los 12 juzgadores con el Colegio que dirige Mayoral se explica con el poder que la organización presumió al organizar el brindis navideño con el gobernador en diciembre pasado. Marín, en varias ocasiones, elogió la labor de Mayoral y con ello muchos jueces comprendieron que en caso de llegar una magistratura vacante, sería ocupada por su líder. Y eso no les gustó.

 

Por ello aprovecharon un pretexto que sonó a berrinche. El Colegio decidió que cada juez donaría 300 pesos para apoyar a dos jueces suspendidos por el pleno, pero los togados Alberto Bagatella Bermúdez, Olga Margot Cortés León, Miguel Ángel Chávez Castañeda, Margarita Gayosso Ponce, Blanca Laura Olivier Palacios, María Alicia Ortiz Márquez, María Teresa Josefina Osorio Cuéllar, María Rosalía Pantoja Vázquez, María Emma Peralta Juárez, Rosa Celia Pérez González, Enrique Romero Razo y Ausencia Valencia Ortiz se inconformaron. El pleito casi llega a las manos, y entonces los 12 jueces, todos ellos de reconocida honestidad y capacidad profesional, rompieron con el Colegio.

 

Los magistrados tienen su corazoncito, y hace tiempo que se encuentran divididos en grupos, aunque esperan agazapados el retiro de Pacheco Pulido para ocupar su lugar. Toca entonces al Tlatoani sexenal designar al magistrado Presidente. Así se ha hecho siempre sin que el resto de los magistrados chistara. Todos, obedientes, recibieron en los últimos tiempos a José Ramón Palacios, Geudiel Jiménez Covarrubias, Fernando García Rosas y a Guillermo Pacheco Pulido.

 

El 14 de febrero es la fecha límite para decidir si Pacheco Pulido se queda o se va. Y aunque los pronósticos dicen Marín lo ratificará a pesar de su edad, las fuerzas oscuras siguen trabajando para impedirlo. ¿Lo lograrán?

 



 
 

 

 
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