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El búnker marinista ya tiene una fecha precisa en la que el escándalo volverá a la escena pública.

 

Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda


El día D: 15 de octubre

 

La batalla por el futuro del marinismo se libre en tres frentes diferentes. Uno, en la capital del estado donde Blanca Alcalá, más por errores ajenos que por méritos propios, ha alcanzado a Antonio Sánchez Díaz de Rivera y promete disputar voto por voto la alcaldía y sus seis diputaciones en los próximos 46 días por venir. Dos, en el interior del estado, donde Javier López Zavala remolca 20 distritos locales y especialmente 10 de ellos en los que el tricolor muestra números críticos derivados de las pugnas internas. En su papel de Promotor del Voto, Zavala atrae lo mismo que a priístas resentidos, panistas que obtuvieron el segundo lugar en sus convenciones y ex priístas que terminaron refugiados en el Panal, en el PRD y hasta Convergencia. En todos los casos el mensaje de convencimiento es el mismo: el gobernador Marín te pide su apoyo y sabrá recompensarte.

 

El tercer frente, cerrado a los ojos profanos del público, es el más que esperado golpe de la Suprema Corte de Justicia en vísperas de las elecciones. El búnker marinista ya tiene una fecha precisa en la que el escándalo volverá a la escena pública: el lunes 15 de octubre es el día previsto para librar, probablemente, la batalla decisiva. El último golpe que puede dañar directamente a Marín al provocar la perdida de la mayoría en el Congreso local que al final, según los cálculos de algunos panistas incrustados en el gobierno federal, culminaría con la destitución del gobernador poblano.

 

El 15 de octubre está marcado en la mente de los marinistas. No antes, y no después. No antes porque el efecto del anuncio de la Suprema Corte tendría alrededor de un mes para diluirse antes de las elecciones datadas para el 11 de noviembre. No después porque sería demasiado evidente que el máximo tribunal de la Nación ha sido utilizado como un arma política por el gobierno federal. Y aunque los ministros no dejan de ser empleados del Presidente, hasta ellos se negarían prestarse a jugada tan evidente.

 

Y aunque el 15 de octubre está marcado en su calendario, el marinismo todavía no atina a dilucidar en qué sentido vendrá el golpe. Los operadores del gobernador poblano y sus servicios de inteligencia (¿?) trabajan a todo vapor para averiguarlo. Gracias a Fabián Aguinaco Bravo, saben, por ejemplo, que una vez que el plazo para que los acusados, así como las Cámaras de Diputados y Senadores, hicieran uso de su garantía de audiencia, Juan Silva Meza tendrá que integrar el dictamen final para someterlo a consideración del Pleno para su votación. Y tres semanas parece un lapso muy apresurado para que los ministros pudieran estudiarlo para votación. Además, el asunto tendría que listarse, y existen casos por delante de mucha importancia, como una controversia constitucional en materia de energía que lleva parada tres años.

 

Luego entonces, para el 15 de octubre es prácticamente imposible que Juan Silva Meza terminara la integración del nuevo dictamen, aunque el marinismo sabe de antemano que sostendrá su acusación contra las autoridades estatales. ¿Entonces qué ocurrirá en la fecha marcada?

 

El marinismo analiza dos vertientes: una, que el ministro Silva Meza introduzca en el Pleno una sesión para dar conocer la versión del marinismo sobre los hechos que lo inculpan y fueron detallados en el informe que al final tuvo carácter de preliminar. Sobre los ocursos de la Cámara de Diputados y Senadores no habría mucho que discutir, una vez que como lo detallamos el lunes pasado, Manlio Fabio Beltrones operó a favor del gobernador poblano para que nadie, lo que se dice nadie, emitiera opiniones y las Cámaras sólo se dieran por enteradas.

 

Jesús Aranda, brillante reportero de La Jornada y quien mejor ha seguido los avatares del escándalo en la prensa nacional, fue claramente mal informado por sus fuentes en su nota del lunes pasado. El Congreso de la Unión, y ninguna de sus Cámaras, avalaron el dictamen preliminar de Juan Silva Meza: la operación de Manlio Fabio fue efectivo y las Cámaras sólo se dieron por enteradas.

 

El segundo escenario que maneja el marinismo tiene que ver con que el escándalo Cacho reviva mediáticamente, sin la participación abierta de los ministros, pero sí encubierta al filtrar el dictamen en contra de las autoridades poblanas a algunos y muy selectos medios de comunicación.

 

La avalancha se avecina y tiene fecha precisa. Falta saber por qué lado vendrá el ataque.



 

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