Saturday, 27 de April de 2024

Lunes, 31 Octubre 2016 22:34

Osorio Chong: el Estado mermado por el crimen




Written by  Javier Arellano Ramírez

En esta Cúpula como en ningún otro espacio se ha insistido en el tema que representa el mayor peligro, el mayor riesgo para la seguridad de Puebla. El robo de hidrocarburos de Pemex; la extracción de miles de litros de gasolina que deriva en ganancias que oscilan en los 7 millones de pesos diarios.


El crimen organizado es como un holding, un corporativo de cien cabezas. Entran a una región operando con una empresa especializada en un rubro que puede ser la producción y cosecha de amapola como sucede en el “Triángulo Dorado” de Guerrero; o el tráfico de indocumentados que ocurre en Chiapas o también en el trasiego de drogas a los Estados Unidos que tiene su emporio en Tamaulipas.

Pero de ahí el holding crece a otras áreas. Comienzan con el cultivo de droga, pero luego teniendo las casas de seguridad, las armas de alto poder y las flotillas de vehículos pueden extenderse a todas las ramas criminales: trata de personas, tráfico de migrantes, cobro de “derecho de piso”, extorsión, secuestro…

Esta es la historia reciente de México. Es lo que sucede desde Ciudad Juárez hasta Cancún, ante la complacencia de la clase gobernante: la narco-política; gobernadores, procuradores, secretarios de seguridad pública y presidentes municipales que iniciaron un maridaje, una franca cohabitación con la delincuencia organizada.

La descomposición política del país es total, absoluta, completa. El sistema político mexicano esta podrido. La nación tardará décadas en recuperarse de los sexenios genocidas y fallidos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

La grandeza o la ruindad se manifiestan en generaciones, en épocas.

Juárez, el gran jurista y reformador fue el producto de una generación de hombres con una visión y congruencia de estaturas épicas: Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Sebastián Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo. Así como en otra época Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas del Río formaron una generación de caudillos que construyeron las instituciones del siglo XX.

Pero hoy estamos ante la generación de la ignominia, de la mezquindad y ruindad criminales. Hoy estamos ante la devastación provocada por la camada de Reyes Baeza, Ulises Ruíz, Eugenio Hernández, Fidel Herrera, Felipe Calderón, Humberto y Rubén Moreira, Javier Duarte, César Duarte, Graco Ramírez, Guillermo Padrés, todos con  mayores o menores complicidades con un enano de la política, un sujeto que pasará a la historia como el gran encubridor de una generación de genocidas: Enrique Peña Nieto.

Y hoy frente a las declaraciones de Miguel Ángel Osorio Chong queda claro que las cenizas de su partido no tienen futuro alguno.   

El tema del robo, saqueo, extracción de hidrocarburos de  ductos de Pemex es una maquinaria criminal que llega hasta los más altos niveles de la empresa paraestatal y de la Secretaría de Hacienda. En días recientes la periodista Denise Maerker abordó el tema en su programa radiofónico “Atando Cabos”. El tema de fondo es que muchos de los miles de litros que son robados en los ductos, terminan en estaciones gasolineras formalmente establecidas.

No existe una coordinación entre Pemex y las instituciones de Seguridad Nacional como la Procuraduría General de la República, la Sedena o la Marina Armada. La lucha contra la industria del huachicol es exactamente igual que la guerra contra las drogas: una auténtica farsa.

El pasado domingo 30 de octubre el diario El Universal publicó las conclusiones de un grupo de analistas expertos en seguridad: Patricia Bugarín, Alejandro Hope, Francisco Rivas, Orlando Camacho. La sentencia fue unánime: no hay voluntad política para enfrentar al crimen en cualquiera de sus facetas.

Ayer lunes 31 el gobernador Rafael Moreno Valle pidió el apoyo del Secretario de Gobernación para enfrentar el robo de hidrocarburos. El mensaje del ejecutivo estatal tiene una connotación mayúscula porque revela la dimensión de un problema que solo se puede enfrentar con el apoyo del gobierno federal.

“Necesariamente debemos mantener la seguridad y ahí le estaré pidiendo al señor secretario su apoyo. Particularmente hay dos rubros en donde sin duda necesitamos el respaldo del Gobierno de la República, concretamente el robo en carreteras federales y también el robo de combustible. Son dos temas sin duda muy complejos donde por supuesto el Gobierno del Estado estará siguiendo sus directrices y haciendo la parte que nos corresponda, sin embargo conocemos la necesidad, que se dirija desde la capital de la República con su capacidad probada creo que juntos podremos atender estos temas”.

Las palabras de Moreno Valle son el llamado a una urgente, impostergable directriz desde Bucareli; una estrategia que involucre a las Secretarías de Defensa y Marina. La respuesta de Osorio Chong fue tan frívola como desoladora; una invitación a la sociedad a “denunciar” y agregando que se están “profesionalizando las fuerzas de seguridad”.

Se trata de una respuesta banal frente al mayor problema de seguridad que ha enfrentado Puebla. Es el raquítico argumento de un gobierno mermado que muestra su incompetencia e incapacidad para enfrentar al monstruo del crimen organizado.

Ante las palabras de Osorio Chong queda claro que el régimen peñista hace mucho claudicó en sus funciones de estado rector. Hoy el país entero vive bajo una cohabitación con la delincuencia organizada.

Frente a los hechos queda claro que la industria criminal del huachicol no se detendrá, al contrario seguirá creciendo estrujando a las poblaciones que están dentro del llamado “Triángulo Rojo”, porque el gobierno peñista ya nada puede, ni quiere hacer.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

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