Tuvo a su disposición la tribuna más importante del país y la dejó pasar.

Calló frente a la Ley Bala; fue sólo una más de la bancada priista para expresarse frente al tema Chalchihuapan; jamás emitió una postura frente a los PPS “Proyectos para la Prestación de Servicios”; fue una fría lápida frente a la injerencia de Facundo Rosas Rosas en actividades irregulares y hasta donde se sabe jamás se ha subido a un camión urbano.

Pese a todo esto a Blanca Alcalá Ruíz ahora le sale la faceta “crítica”, igual que Eric Cotoñeto. Durante años fueron mudos testigos de todos los excesos morenovallistas. Callaron ante todos los argumentos y acusaciones. Durante años no se atrevieron a tocar al mandatario poblano ni con el pétalo de una rosa. El caso de Cotoñeto fue -sin duda-,el más dramático, en su momento y en su oportunidad, el sedicente perredista que votó a favor de todas las medidas morenovallistas y jamás se atrevió a contrariarlas.

Pero ahora de cara al proceso electoral surge su espíritu “crítico”. Si durante los últimos cinco años hubieran sostenido un discurso combativo su oferta política sería creíble y socialmente respetable. Lejos de obtener eco en los grandes sectores del electorado los tibios tuits de Blanca se perciben como una expresión oportunista y precipitada de la aspirante a minigobernadora.

Su responsable de la cuenta de twitter sólo escribe lo que sus asesores le aconsejan: comenzar a golpear, a señalar al gobierno morenovallista, a crear una gran ola de indignación social; a enardecer a la base social.

Tuvieron cinco años para hacerlo y jamás levantaron la voz. Hoy simplemente no tienen credibilidad.

Pero el tema de fondo es que con sus tristemente célebres tuits Blanca Alcalá, la “Barbie tlaxcalteca”, se puso los guantes rosas y salió a aporrear al gobernador Moreno Valle y a su candidato Tony Gali Fayad. Con esto abrió la puerta a la guerra de lodo. Ahora saldrán a la luz sus excesos y anomalías financieras en el Charlie Hall; los negocios que su familia hizo al amparo de la administración municipal; el brutal lucro que su parentela imprimió al ejercicio del poder.

Todos esos gruesos y documentados expedientes siempre estuvieron en poder del gobierno morenovallista y la intención era precisamente la de procesar (administrativamente) a la señora Alcalá por todos sus excesos. Pero en esas semanas llegó la nominación al Senado de la República y la candidatura la protegió.

Pero en las semanas y meses siguientes veremos la catarata de pruebas, documentos, hechos que ratificarán que el Ayuntamiento de Blanca Alcalá Ruíz fue uno de los más voraces en la historia reciente de Puebla.

La candidata de Rosario Robles Berlanga y de Juan Carlos Lastiri no se da cuenta de que arrancó de manera fatídica: comenzando una guerra de lodo que de ninguna manera está preparada para soportar.

Cuando venga la respuesta fría, seca, inmisericorde del régimen poblano el argumento será: “Conste, que ella comenzó”.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.