Sunday, 05 de May de 2024

Jueves, 09 Junio 2016 02:17

La derrota del PRI y el efecto Peña Nieto




Written by  Julian Germán Molina

Muchas han sido las lecturas que diversos analistas políticos y columnistas han dado a los pésimos resultados obtenidos por el PRI en las pasadas elecciones del domingo 5 de junio y que tuvieron como resultado el triunfo de los candidatos del PAN en algunas entidades, aliados con el PRD y partidos pequeños, obteniendo siete gubernaturas de las 12 en disputa: Puebla, Tamaulipas, Aguascalientes, Veracruz, Chihuahua, Durango y Quintana Roo.


Sólo cinco para los candidatos de la coalición PRI-PVEM, en coalición con el PANAL en los Estados de Hidalgo, Sinaloa, Oaxaca y Zacatecas aunque aún no se determina si en Tlaxcala, el candidato de dicha alianza se alzará con el triunfo, o bien, si la elección será impugnada y finalmente se decidirá ante el Tribunal Federal Electoral, ya que los contendientes del PAN y PRD han anunciado que impugnarán los resultados, dado el margen tan cerrado de la votación entre los candidatos.

 

Con los resultados anteriores, Acción Nacional queda como el gran ganador del proceso en forma sorpresiva, ya que de acuerdo a sus encuestas había Estados en los que iban muy arriba en las preferencias y en otros el panorama no era tan claro por lo cerrado de los números, de ahí que Ricardo Anaya se posiciona como uno de los candidatos virtuales a la Presidencia de la República para las elecciones del 2018 y Margarita Zavala, con el activismo de Felipe Calderón, quien se metió de lleno a las campañas en algunos Estados, demuestra que la apoyará con todo para que logre ser la candidata panista, por lo que se prevé que en lo que resta del año y todo 2016, tanto Anaya como Margarita, buscarán estar en el ánimo de los electores y encaminar sus esfuerzos a convertirse en una auténtica oposición al gobierno priista, por lo que el trabajo de los Gobernadores del blanquiazul estará encaminado a fortalecer la presencia del Partido entre los ciudadanos que manifestaron su abierto rechazo a las políticas del Presidente Peña Nieto, cuyo nivel de popularidad hoy está por los suelos, ya que las llamadas “Reformas Estructurales” implementadas por su gobierno y las cuales en su momento fueron apoyadas por el PAN y el PRD, se han convertido en su peor enemigo.

 

Hasta el momento, los beneficios de las Reformas sólo han sido para los grupos empresariales y trasnacionales, respondiendo más a los intereses de los organismos internacionales, que a la precaria situación en la que hoy viven más de 60 millones de mexicanos en la pobreza, con salarios raquíticos y siendo víctimas de la inseguridad, ante el embate de los grupos de la delincuencia organizada; pero además con un Gobierno que se niega a implementar un combate frontal a la corrupción e impunidad que sigue prevaleciendo entre  la clase política y los privilegios que les otorga el poder. De nada le valió al Presidente pronunciarse el pasado 17 de mayo en favor del matrimonio igualitario, abanderando la causa del movimiento LGBT, lo que originó una respuesta airada de la jerarquía católica y organizaciones afines como el “Consejo Mexicano de la Familia”, con una campaña en redes sociales calificando a la iniciativa de Peña como “un atentado a las familias y a la sociedad” por lo que tras los resultados del pasado domingo, han circulado la versión de que los resultados se debieron a un “voto de castigo” al Presidente por la molestia de la sociedad, ya que Peña atacó a la familia. Conforme a lo anterior, es previsible que en los Estados donde ganó el PAN en alianza con el PRD se impida la aprobación del matrimonio igualitario y los derechos reclamados por el movimiento LGBT. Sólo en los Estados de Colima, Morelos y Michoacán se aprobaron dichos matrimonios en respuesta al anuncio de Peña Nieto en forma rápida por las legislaturas locales. Pero el avance del panismo tradicional representa hoy un desafió para el movimiento LGBT que ha combatido tradicionalmente sus derechos.

  

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