Monday, 29 de April de 2024

Martes, 19 Abril 2016 01:59

Todos tiznados




Written by  Irma Sánchez

Chicos y grandes, ayer todos comenzamos el día con comentarios en torno a las cenizas del “Popo”.


Todos subieron al Facebook una fotografía sobre el suelo cubierto de blanco.

 

Unos refirieron la postal con el calificativo de empolvado, otros de “pambaseado”, y otros de “tiznado”.

 

Y finalmente, en plena campaña política por la gubernatura de Puebla, la atención se distrajo y la acapararon las cenizas de don Goyo, con todo y que ya no son cinco, sino seis los candidatos en campaña tras nuestro voto.

 

Algunos priistas dijeron en redes que “no cabe duda que Puebla es blanca”.

 

Y de una blanqueada de cenizas resultó que los poblanos vimos y escuchamos los espacios saturados por el fenómeno que agotó los cubrebocas de la totalidad de farmacias, dejó cruzados de brazos a muchos lavacoches y volvió expertos a todos sobre el manejo cauteloso de las cenizas, mismas que con agua se convierten en una mezcla parecida al cemento. Y a los alérgicos y asmáticos obligan a protegerse para prevenir las crisis.

 

Si bien hemos seguido las recomendaciones del Cenapred de aprender a vivir con el volcán, hay que reconocer que el fenómeno en esta dimensión nos impacta, sobre todo porque ya nos tenía acostumbrados a vivirlo los fines de año y hoy nos sorprende en el cuarto mes.

 

Así pasamos inadvertidas ayer muchas noticias como las que se producen en la Cumbre Petrolera de Doha, que por lo pronto está decidida a congelar la producción para detener la crisis del mercado, con todo y el pataleo de Arabia Saudí e Irán que están dispuestos a ofrecer más descuentos.

 

Más cenizas también sepultan la alerta sobre el aprovechamiento del financiamiento del dinero en plástico, porque ahora el SAT va sobre quienes dan los tarjetazos, y con esto queda claro que las cenizas las barremos, y el SAT nos barre a todos y nadie se le escapa.

 

Reconocimiento

 

Por cierto, un reconocimiento a la delincuencia que no ha perdido el tiempo y se profesionaliza para trabajar con tal precisión que con todo y el dolor de ser su víctima, uno reconoce.

 

Paseando por las calles del Centro (seguramente bien estudiado por estos profesionales) en medio suspiro le arrancaron del cuello una discreta cadena a mi esposo Luis Cubillas, quien al momento quiso repeler el asalto y sólo alcanzó a ver cómo se perdía entre la gente el asaltante a una velocidad olímpica.

 

La cadena no la portaba a la vista, siempre la llevó discretamente bajo la ropa, pasando inadvertida. Pero el profesional la detectó y lo siguió hasta arrancarla desde su costado. La víctima quiso darle alcance pero resultó imposible por la rapidez que desapareció el asaltante, que según los comerciantes de la zona trabajan en equipo de 5 o 6 para irse pasando el producto del hurto por si logran interceptarlo.

 

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