Pepe Centeno ayer nos ofreció en este espacio un análisis objetivo sobre el curso de las campañas de los candidatos.

Y luego de platicar y platicar con muchos analistas, llego a la conclusión de que lo que está en juego en esta minigubernatura es algo así como la rifa del tigre, una administración de 18 meses, un manoseo político brutal en todos los partidos, un suspiro para gobernar sin posibilidades de dejar huella, una administración altamente comprometida financieramente hablando y poderes judicial y legislativo pintados de azul, orientados en una misma dirección con los que no se podrá contar si ese fuera el caso.

Hay que reconocer el esfuerzo que los candidatos hacen, sus inquietudes, anhelos y propósitos. Pero también hay que estar concientes de los obstáculos, paso a paso, para quienes abanderan a la oposición.

Desde luego que no hay que rendirse, hay una fuerte corriente que lucha y trabaja por un cambio, por una “sana alternancia” en el poder, pero quienes ya gobernaron una alcaldía tienen muy claro que en un lapso de 3 años cuesta mucho trabajo aterrizar planes y proyectos, por lo que plantean que en un plazo de 18 meses costará mucho trabajo hacer algo trascendente no sólo para dejar huella, sino para satisfacer a los exigentes electores que demandan desde un nuevo orden político y social hasta mejores oportunidades y cambios que rompan con un pasado inmediato.

De tal forma, que ante tanta expectativa, hay que tener claro que las oportunidades son mínimas para satisfacer a tantos y con tan variadas demandas y reclamos. Estos mismos demandantes de no ver resueltas sus inquietudes en un máximo de 60 días, volverán a sentirse defraudados y a desconfiar de partidos y de los políticos.

En una posición de desgaste, el poco o mucho capital político de quien gane se pulverizará como para ponerle el punto final a una carrera política.

¡Claro! Cada contendiente tiene tradicionalmente una carta pactada y escondida bajo la manga, para cada uno de los escenarios a los que se deberá enfrentar desde las primeras horas del lunes 6 de junio.

Y como el proceso apasiona, cabe reconocer que hay muchos sentados desde una butaca, siguiendo el curso de cada candidato, de cada partido que por momentos pareciera que van por diferente rumbo.

En el ambiente hay coincidencia sobre este proceso, las pasiones apenas comienzan a marcar rutas. Todavía nos falta mucho por ver y escuchar, aunque lo que viene no enriquece ningún proyecto político ni a ningún político en campaña.