Los encontramos en los cruceros de mayor tráfico, poniéndole empeño para encender el ambiente político, musicalizando los temas de promoción de campaña de los candidatos con mayores posibilidades.

Entre ellos se ponen de acuerdo para repartirse los cruceros.

Unos hacen su trabajo en el carril de ida y los otros en el de vuelta.

Unos dan regalos y otros con una sonrisa sólo entregan propaganda de trípticos.

Se trata de chavos que con “este trabajo” se ayudan para sus camiones.

En su mayoría, son estudiantes que dejan debajo de un árbol sus mochilas, mientras se dan a la tarea de promover al candidato para el que fueron contratados.

Pero también entre ellos hay muchos “ninis” que ya concluyeron sus estudios y sólo cuentan con esta opción laboral.

Los “viejos de la comarca” alertan que de éstos pueden surgir chavos dispuestos a armar en grande cualquier desaguisado desde algún crucero y alcanzar otras dimensiones según las necesidades del momento.

Y así se vio cuando un grupo de ellos se hizo pasar por estudiantes de la Universidad Popular y llegaron a armarle una manifestación a la candidata del PRI Blanca Alcalá, justo en los momentos en los que abandonaba el recinto universitario. Episodio que puede volver a repetirse para mover simpatías y antipatías hacia los contendientes de la campaña en la que pueden desparramarse las pasiones.

Algunos tienen dudas de estos equipos promotores.

Otros los consideran necesarios para encender el ambiente.

Y muchos mas proponen opciones para que después de la campaña cuenten con oportunidades para enfrentar los retos de la subsistencia, no forzosamente con la generación de un empleo seguro, sino más bien para crear oportunidades, a fin de que arranquen proyectos concebidos con la visión que trae esta nueva generación que ve el entorno en forma diferente y que aspira a innovarlo todo para dar respuesta a las necesidades de una sociedad cambiante.