El mensaje encierra una gran verdad y es aplicable a todos los terrenos de la vida, y recomendable desde el seno familiar, que es la célula básica de la sociedad para llegar a todos los ambientes de la sociedad y del mundo.

La recomendación debe ser impostergable para todos para contribuir a un nuevo orden entre los pueblos y en el mundo.

Si comenzamos desde el hogar, en la familia, a partir de los padres, se logrará dar un vuelco en las relaciones y la convivencia. A partir de ese momento, los padres dejarán de cumplir exclusivamente con el papel de proveedores, y asumirán su responsabilidad de formadores de una persona que además de resolver sus necesidades materiales requieren también de ser escuchados, tomados en cuenta y orientados.

Los empleadores asumirán que no basta con pagar un salario, tienen que comprometerse con quienes trabajan para ellos, deben interactuar mandos directivos y base, lo que permitirá ir por el mismo camino juntos y no a la defensiva como suele ocurrir en muchas unidades de trabajo.

A nivel de los gobernantes tienen que rescatar con hechos sus palabras y promesas de campaña, no temerle al contacto físico con sus gobernados, un acercamiento viéndose a los ojos librará el camino de muchos obstáculos para aterrizar hechos en favor de la comunidad.

Entre pueblos el hecho de compartir experiencias enriquece políticas y alcances.

Con éste ejercicio de darse, aun cuando no se pueda dar, enaltece al ser humano que paradójicamente se hunde cada vez más en el mar de las tecnologías, que si bien acercan a las personas de extremo a extremo, agudizan el abismo entre los que están próximos que deambulan en su soledad.

La propuesta del papa es profunda y hay que reflexionar ampliamente, porque así como somos afortunados de disfrutar los inventos del mundo que nos toca vivir, corremos muchos riesgos que contribuyen a que el individuo se pierda en el espacio en el que ya resulta invisible.

“Darse mas que dar”, cualquier ciudadano de a pie lo entiende, lo asimila y debe comprometerse para contribuir con su granito de arena a comenzar a construir el nuevo orden al que aspiramos todos en el mundo.

Y qué decir de quienes nos gobiernan y “luchan” por mejores condiciones de vida. Muchos de éstos ni idea tienen de las que viven y enfrentan quienes contribuyeron a empoderarlos. Lamentablemente éstos más que dar y darse, “se dan” pero con la cuchara grande a título personal y para su gloria familiar.