Sunday, 05 de May de 2024

Martes, 18 Octubre 2016 03:17

¡Bienvenido partido indígena!




Written by  Irma Sánchez

El pasado viernes el Ejército Zapatista de Liberación Nacional volvió a la escena política y reforzado por grupos de varias regiones del país anunció que elegirá a una mujer indígena para que participe en las elecciones del 2018 como su candidata propia a la Presidencia de la República.


La noticia sorprendió a propios y extraños tras una larga ausencia llena de especulaciones del movimiento y su líder. Es conveniente analizar el tema y sopesar su impacto.

 

Veamos, en México viven y sobreviven casi 17 millones de indígenas. En nuestro estado tenemos comunidades de nahuas, totonacas, otomíes, popolocas, mixtecas, tepehuas y mazatecos.

 

De acuerdo con el Inegi, suman una población de 250 mil personas, aunque no logra ponerse de acuerdo con el Instituto Nacional Indigenista y algunas instituciones de Educación Superior. Algunos aseguran que son muchos más.

 

En lo que sí coinciden sus investigaciones es en que acorde con la constitución política de México “todos” están protegidos, al menos en el papel. Pero hay que reconocer que “todos” viven rezagados del desarrollo y sobreviven en la extrema pobreza.

 

El fenómeno indígena en México se puede juzgar bajo diferentes ópticas.

 

Una de ellas, la de los grupos y personas que realmente están preocupados por este olvidado e importantísimo núcleo de población que penosamente comúnmente ha sido “utilizado” como bandera en todas las campañas políticas, y después abandonados a su suerte.

 

Uno de sus más fehacientes defensores ha sido el sabio don Miguel León Portilla que está convencido de que es la hora de voltear los ojos y la atención a ellos, no sólo en las campañas, con discursos ramplones.

 

Lamentablemente, nuestros indígenas son el recurso obligado para los partidos políticos que “los utilizan” para luego olvidarlo e incluso, “algunos” les dan trato de ciudadanos de tercera, los presentan con un enfoque folklórico y hasta los llegan a presumir en festivales como la Guelaguetza y el Atlixcayotl, después son olvidados y hasta sepultados más de 11 meses.

 

 

Hoy que “alguien” se ocupa de ellos y les hace descubrir su valor real como personas, sólo nos queda pedir que su movimiento sea real y respetado por quienes los están organizando, y que no vuelvan a ser utilizados por personajes que se han promovido a sus costillas como Rosario Robles, Beatriz Paredes, entre muchos otros. 

 

 

 

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