Friday, 26 de April de 2024

Martes, 13 Diciembre 2016 02:31

Qué le vamos a hacer




Written by  Irma Sánchez

Estos días sumergidos en un mar de asuntos que usted juzgará si son trascendentales o mero tema jocoso, nos hemos concentrado en la que bien ha resultado la “telenovela” de la cándida Rubí y sus papás; en las preocupantes amenazas del señor Trump y otros temas como las violaciones a los derechos humanos, y si le importa la política, en la maraña de temas en torno al gobernador Rafael Moreno Valle, pasando inadvertido el centenario del natalicio de la escritora poblana Elena Garro, quien creció aún más tras su muerte.


Elena Garro nació el 11 de diciembre de 1916 en nuestra ciudad de Puebla, hija de padre español y de madre mexicana.

 

Su nombre cobró mayor trascendencia como escritora tras la publicación de su libro “Los recuerdos del porvenir” escrita por cierto en una estancia que tenía en Suiza en el año de 1953.

 

La obra se trata de una novela crítica y ácida sobre el movimiento que los mexicanos consideramos como el inicio de la revolución mexicana, tema analizado por parte de una pluma mexicana que además era la esposa del ilustre escritor Octavio Paz.

 

Es oportuno recordar que en aquellos días los políticos del PRI, del presidente hacia abajo “todos” los que tenían voz, consideraban a la revolución mexicana como el único camino de verdad con todo y su mito.

 

Y en este contexto la escritora poblana ponía el dedo en la llaga sobre lo que hasta la fecha perdura como la discriminación hacia los indígenas, así como también la discriminación hacia las mujeres y a todos aquellos que quieren hacer historia con falsedades.

 

Desde luego que Elena Garro fue autora de muchos ensayos más “pero” tuvo que enfrentar el mismo fenómeno de represión y menosprecio que enfrentó Frida Kahlo con su pareja Diego Rivera que no admitían tener a su lado una mujer lúcida, con convicciones y luz propia para brillar.

 

Elena Guerra brilló hasta la posteridad por su propia formación y preparación. Dominaba varios idiomas, cursó la licenciatura en letras españolas en la UNAM y murió en el año de 1998 tras una enfermedad de mielitis que fue deteriorando su calidad de vida y su figura.

 

Hoy desde este espacio la recordamos y nos referimos sin ahondar en su obra máxima “Los recuerdos del porvenir” que para los críticos literarios de todo el mundo forma parte del realismo mágico latinoamericano.

 

 

Sus poemas también para la crítica son de máxima calidad y muestran su independencia y autonomía ante lo que pensaba su marido y los políticos mexicanos.

 

 

 

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