Saturday, 27 de April de 2024

Jueves, 05 Enero 2017 02:20

La fidelidad a los cuates




Written by  Irma Sánchez

Y cuando más encendidos están los ánimos de los mexicanos el presidente Enrique Peña Nieto, ampliamente asesorado por “los genios” de sus equipos de imagen y comunicación, sale a dar la cara fundamentalmente para informarnos del regreso con gloria a su gabinetazo “de su brother” Luis Videgaray a quien insertó en la Secretaría de Relaciones Exteriores, en donde confía en que por su amistad con “los Trump”, haciendo gala de su impecable inglés, pondrá a comer en la palma de su mano al futuro presidente de los Estados Unidos.


Y ya en un segundo capítulo se refirió a “la dolorosa pero responsable” necesidad de aumentar de golpe los precios de la gasolina. Con esta afirmación nos quedó a deber la explicación técnica del porqué.

 

¿Acaso no se la han explicado?

 

Una medida que “dicen” los especialistas que tuvo que haberse aplicado desde hace más de 15 años, antes que la paraestatal comenzara un proceso de deterioro en sus instalaciones hoy convertidas en chatarra y que obligan a pasar a un proceso de privatización.

 

El siguiente capítulo de esta columna lo escribí antes de la reaparición del presidente.

 

El México que hoy es noticia en el mundo

 

El año arranca en condiciones totalmente diferentes a todo lo que hemos vivido.

 

Pareciera una pesadilla, pero es la realidad.

 

A esta crisis nadie se escapa.

 

Bueno sí, quienes viven en un planeta distante con el presidente Enrique Peña Nieto, a quien no le llegan las noticias de lo que está ocurriendo no ahora con su famoso gasolinazo, ya desde antes.

 

El pueblo mexicano se empobrece a pasos agigantados en medio de una avalancha que pareciera que nadie puede detener.

 

Los más pobres hoy ya comienzan a padecer de hambre.

 

Los pobres a secas, hoy ya se la ven bien difícil.

 

La clase media hoy vive al día, sin privilegios.

 

Y los que más tienen, están tan asustados que están cambiando su residencia a ciudades de los Estados Unidos, lejos de riesgos.

 

Éstos se enteran de lo que pasa en México a través de los medios electrónicos.

 

Analice usted:

 

A las escuelas de las colonias han dejado de asistir niños porque se van a trabajar con sus padres, en unos casos y en otros porque no alcanza para cubrir el costo del transporte, y eso que todavía no se encarece.

 

Este miércoles como reacción al encarecimiento de la gasolina hay cierres y plantones en las casetas de las carreteras a Querétaro, Metepec, Chilpancingo, Culiacán, Zacatecas, Lechería, Cacahuamilpa y Apizaco.

 

En los puntos más álgidos, los dueños de las gasolineras de plano pactaron paralizar, no por desabasto del combustible, sino para frenar el vandalismo que se está dando y que amenaza con riesgos en la integridad de las personas que laboran en las mismas.

 

Los noticias de partos atendidos en las banquetas a las afueras de las clínicas, es consecuencia de la saturación de los hospitales.

 

Los pacientes del IMSS van y vienen con sus recetas y es más fácil que les llegue la muerte que el medicamento que ordenan los especialistas, que en algunos casos los familiares los consiguen en dispensarios, y en farmacias de genéricos intercambiables o similares.

 

La realidad económica lleva a los especialistas a prever una inflación cercana al cinco por ciento apenas en el primer mes del año.

 

En materia de seguridad pareciera que las autoridades levantaron las manos para dejar a la delincuencia que tome la plaza.

 

En cualquier centro de trabajo, de diversión, en cualquier parte surgen las encuestas informales y tres de cada cinco personas ya fueron víctimas de asalto, robo en su domicilio, en la calle, a piezas de sus autos, de autos completos, en camiones de transporte federales, urbanos, en combis; en cajeros, en el interior de restaurantes, en tiendas, en cualquier parte.

 

Y lo que más me indigna es que ahora los delincuentes cuando asaltan a las mujeres de a pie o en transporte, si a la primera no encuentran dinero, celular y objetos de valor, entonces proceden a buscarles en senos y en entrepiernas.

 

¡Qué escándalo!

 

¡Qué bajeza!

 

Pero sobre todo, ¡qué impotencia!

 

Y lo peor del caso es que todo apunta a que nuestras autoridades ni por enterados.

 

Ya es hora que “de Marte” regresen el presidente y su caterva de delincuentes y que se enteren las que está pasando la sociedad que se moviliza sin guaruras armados, sin autos blindados, sin carros con tanques llenos de gasolina adquirida con vales que pagan las instituciones de los gobiernos federal, estatal y municipal.

 

 

Este es nuestro México de hoy, pródigo por su naturaleza, pero saqueado por quienes hemos elegido para que nos sirvan y sólo han llegado a servirse de nosotros.

 

 

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