Friday, 26 de April de 2024

Viernes, 29 Julio 2016 02:21

La violencia aumenta en la entidad




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

En Tehuacán se ha conformado un organismo civil llamado la “Mesa de Seguridad y Justicia de Tehuacán” de la que forman parte empresarios, líderes sociales, periodistas y políticos de diversos partidos, cuyo objetivo es frenar la inseguridad que ahora existe en el que ya es considerado el segundo municipio del estado.


Esta organización demanda a los gobiernos de la República, del estado y del municipio que se tomen medidas para frenar la invasión de delincuentes procedentes del “Triángulo rojo” (zona de Tecamachalco, Tlacotepec de Juárez, así como de los municipios veracruzanos de Orizaba y Córdova), porque de un tiempo para acá han venido llegando a Tehuacán y han aumentado los crímenes, las extorsiones, los secuestros y los robos a mano armada a negocios y casas particulares.

 

Afirman que todavía es tiempo que los ciudadanos organizados con el apoyo de los tres niveles de gobierno puedan parar la ola de violencia, el clima de inseguridad que ya se vive en la que se conoce como “Ciudad de las Granadas”.

 

Otras ciudades del estado, ubicadas en distintas regiones, como el sur, el centro, la sierra norte y la zona oriental empiezan a sentir el acoso de los delincuentes y han provocado nerviosismo entre los habitantes de esas regiones.

 

Como bien lo dijo el gobernador Rafael Moreno Valle el pasado 7 de junio, la vecindad de los estados de México, Veracruz, Guerrero y Morelos, influye bastante en el incremento de la delincuencia.

 

Las autoridades deberán intensificar sus trabajos de vigilancia, coordinarse mejor para combatir este problema, pero también deberá haber colaboración de los ciudadanos.

 

En el caso de Tehuacán, esto ya se está dando con la conformación de este organismo que está integrado exclusivamente por la población civil, ya que aun cuando en él participan políticos de diversas corrientes, lo hacen como parte de la ciudadanía y no como funcionarios públicos.

 

Los lugares que están siendo mayormente afectados por la delincuencia organizada y desorganizada son San Martín Texmelucan, Huauchinango, Xicotepec de Juárez, Zacapoaxtla, Tepeaca, Tecamachalco, Amozoc, Acatlán de Osorio, Chiautla de Tapia, Izúcar de Matamoros y algunos más.

 

El problema es que los cuerpos de seguridad municipales no son muy confiables, ya que ni están bien preparados ni están bien pagados.

 

Además, la gente tiene desconfianza de todos.

 

En Guerrero por ejemplo, donde hay un programa denominado “Guerrero Seguro” sigue existiendo un elevado número de asesinatos que por tres años consecutivos le han dado el primer lugar en ese renglón entre todos los estados del país.

 

El problema es que la inmensa mayoría de los crímenes quedan impunes y sólo se actúa con rapidez en casos especiales, como la muerte de tres agentes de la policía federal en Chilapa el pasado 25 de junio. Al día siguiente de ocurridos los hechos, los responsables fueron aprehendidos en una población cercana.

 

O como el caso de la señora que se hincó ante el secretario de Gobernación para pedir ayuda a fin de encontrar a su hija secuestrada unos días antes: en 48 horas, la policía logró rescatarla y dos de los miembros de la banda de secuestradores que operaba en Hidalgo y Edo. De México fueron aprehendidos.

 

Pero esos son casos aislados que sirven sólo para aumentar la desconfianza de los ciudadanos en los cuerpos de seguridad y en las autoridades en general.

 

Las legislaturas de los últimos trienios en Puebla no han tenido en cuenta las sabias palabras de don Jesús Reyes Heroles, ex dirigente nacional del PRI, quien dijo que en política la forma es fondo.

 

Los diputados locales de ésta y de la anterior legislatura se han olvidado de las formas y han acumulado un desprestigio que no tuvieron legislaturas de otros tiempos, aun cuando a todas se les decía, desde arriba, que debían aprobar.

 

Pocos, muy pocos diputados realmente independientes han tenido el Congreso local. Recordamos a Liborio Hernández Xochitiotzin, panista, que incluso presentaba iniciativas con las que su partido no estaba de acuerdo como la que proponía, por inconstitucional, la desaparición de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, algo que se logró años más tarde.

 

A dicha Junta le tenían miedo panistas y priistas, dado que era un organismo del sector privado que manejaba dinero público sin rendir cuentas a nadie, realizaba obra pública, la cobraba al precio que quería y estaba incluso, en algunas cosas sobre la misma autoridad municipal; otros diputados de oposición que se mostraron en su actuar, independientes, fueron el también panista en ese entonces Teodoro Ortega y los pepinosocialistas Jesús Antonio Carlos Hernández, Miguel Guerra Castillo y Rubén Gallardo Mejía, cuyas actuaciones hicieron que las sesiones del Congreso resultaran interesantes y creíbles.

 

Pero ahora cuando hay una uniformidad escalofriante en la que incluso los diputados de un partido votan contra presidentes municipales de su propio partido, sin siquiera intentar una defensa, provocan enojo, desconfianza.

 

Los priistas en la campaña pasada criticaban la privatización del agua que ellos alegremente aprobaron; criticaron la llamada “ley bala” que no sólo aprobaron, sino que al día siguiente de su aprobación, elogiaron.

 

Las formas son y seguirán siendo siempre importantes, ya que mediante éstas podrá lograrse que la gente, el ciudadano común cree que nuestro país es democrático o intenta serlo. De lo contrario ocurrirá lo que está ocurriendo: que los diputados sean tachados de vendidos, traidores y levanta-dedos.

 

Aunque ya casi tocaba los 90 años de edad, se veía bastante bien, caminaba con paso firme, vestía elegantemente y siempre era amable y cordial con sus amigos, entre ellos el que esto escribe.

 

Gabriel Guarneros fue un miembro de la policía política de la Secretaría de Gobernación, perteneció al CISEN y a la Dirección Federal de Seguridad y estuvo asignado a Puebla.

 

Fue un elemento ejemplar de esas corporaciones, cuyo desempeño no ha sido superado hasta la fecha.

 

Mantenía buenas relaciones con diversos actores políticos incluso de oposición. Fue asignado para seguir la campaña de José González Torres, candidato presidencial del PAN contra Gustavo Díaz Ordaz del PRI y llegó a ser un gran amigo del aspirante panista quien fue dirigente nacional de su partido y un personaje de la derecha mexicana de gran prestigio.

 

Eran los tiempos en que los panistas sólo tenían amigos entre sus correligionarios, ya que desconfiaban de todos aquellos que no compartieran su ideología. Sigue habiendo panistas de esa especie pero ya están en extinción.

 

Le tocó cubrir el problema universitario de Puebla, iniciado en 1961 y concluido en su primera etapa, en 1971; también fue eficaz informador del gobierno federal, del movimiento popular-estudiantil contra el gobierno del general Antonio Nava Castillo.

 

Vivió los movimientos políticos y sociales de Puebla desde el centro de los acontecimientos. Fue amigo de gobernadores y de altos funcionarios del Estado y colaborador cercano de don Fernando Gutiérrez Barrios, legendario Secretario de Gobernación en tiempos de Salinas de Gortari.

 

Gabriel Guarneros falleció esta semana ya retirado de toda actividad, aun cuando regularmente desayunaba con amigos en restaurantes del centro histórico y daba algunos paseos con su perro por la 18 Sur, por el rumbo de San Manuel. Descanse en paz.

 

 

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