La convocatoria de la CNTE de no iniciar clases en las escuelas públicas, sólo fue atendida en Oaxaca; en el 50 por ciento de los planteles de Chiapas y en una mínima parte en Guerrero y Michoacán.

 

 El gobierno de la República señaló que el diálogo que sostiene con la organización magisterial CNTE, a través de la Secretaría de Gobernación, quedará suspendido hasta que los maestros pertenecientes a dicha organización, inicien los trabajos del nuevo ciclo escolar: “Los niños y jóvenes mexicanos, no pueden ser rehenes ni del gobierno ni de organizaciones sindicales o de cualquier tipo, para solucionar ningún problema”.

 

 Se hizo un nuevo llamado a los maestros disidentes para restablecer el diálogo, previó regreso al trabajo en las entidades donde suspendieron actividades.

 

 La actitud cerrada de los dirigentes de la CNTE, ha sido reprobada por padres de familia y por el público en general, que consideran que ningún interés de personas o de grupos, puede estar por encima de los intereses generales de la nación.

 

 La actitud asumida por la CNTE deriva en perjuicios a la educación básica y a la economía popular, de las entidades donde esa organización tiene presencia.

 

 Todos sabemos que en Oaxaca se ha visto afectada fuertemente la economía popular, por los cierres de carreteras, los plantones en el centro de la capital de ese estado y en Chiapas ha ocurrido lo mismo aunque en menor escala.

 

 El cierre de las vías del tren en Michoacán ha tenido graves repercusiones en la economía nacional, pues ha frenado el comercio nacional e internacional.

 

 El turismo y consecuentemente los negocios relacionados con esa actividad, como hoteles, restaurantes, tiendas de artesanías, y empresas de transporte, han visto desplomarse sus ingresos al grado de que muchas han tenido que cerrar, provocando además, desempleo.

 

 Las agrupaciones empresariales están exigiendo al gobierno federal, frene los abusos de la CNTE y agrupaciones que la apoyan, por las pérdidas económicas que han provocado y que afectan a todas las clases sociales.

 

 El dirigente estatal del partido Morena, Gabriel Biestro Medinilla, señaló en conferencia de prensa que su partido no será una agencia de colocaciones, refiriéndose a quienes quieren ser postulados para algún cargo de elección popular para el 2018.

 

 El partido, señaló, tiene sus reglas y quien aspire a alguna postulación, deberá cumplir con los requisitos que para ello se exigen.

 

 “No somos partido satélite de nadie. Los militantes de Morena tienen principios, tienen ideología y si aspiran a alguna candidatura, tendrán que solicitar el apoyo de la militancia y competir para obtener dicho apoyo”, señaló.

 

 Por otra parte, en el mercado político de valores, han saltado a la palestra dos jóvenes en busca de la postulación de sus respectivos partidos: Juan Pablo Piña, diputado federal, por el PAN y Guillermo Deloya Cobián, director del Instituto de Capacitación Política del PRI.

 

 Ambos son jóvenes, se han iniciado con gran entusiasmo en la actividad política y han dado buenos resultados en los puestos políticos y administrativos que han desempeñado.

 

 Creemos que para una gubernatura como la poblana, les faltaría un poco de fogueo, pero aspirar, sería parte de ese fogueo.

 

 Por lo demás, el tiempo para que los partidos empiecen a buscar a sus candidatos al mayor puesto político de la entidad, está todavía lejano. El gobernador electo Antonio Gali Fayad, que estará al frente de la gubernatura 20 meses, tomará posesión el primero de febrero del 2017.

 

 Es más, Gali está ocupado en estos momentos, en organizar a su gabinete, que como lo ofreció en su campaña, será integrado por poblanos capaces para el desempeño de los puestos a los que sean asignados.

 

 Él tiene el compromiso de dar los mejores resultados, cumpliendo con los 22 compromisos adquiridos durante su campaña; dar prioridad a los problemas del campo y atender por igual a los 217 municipios de la entidad y no concentrar su actividad ni en una ciudad, ni en un municipio, por importante que sea.

 

 Los problemas de inseguridad que confronta Puebla se deben en gran parte a la situación general del país, que ha alcanzado a la entidad poblana.

 

 Ya hay acciones, aunque al parecer en pequeña escala, del llamado “crimen organizado”, pero la delincuencia común se ha visto más activa que en otros años, sobre todo en zonas como la de Tehuacán y las del sur de Puebla, donde los hechos delictivos siempre han sido en mayor número que en otras partes, pero que han sufrido un incremento en los últimos meses.

 

 La difícil situación económica; el regreso por deportación, de muchos de los habitantes de la mixteca, de los Estados Unidos y la vecindad de los estados de Veracruz, Guerrero y Morelos, que sufren un elevado índice de criminalidad, han contribuido a ello.

 

 Es claro que las policías municipales no podrán frenar este problema, pues además de su deficiente capacitación, sus bajos salarios y su deficiente equipamiento, ninguno de los cuerpos de seguridad de los municipios, tiene el número de efectivos que se requiere para hacer un trabajo eficiente. Forzosamente se necesita el apoyo del Estado y de la Federación y un sistema de justicia más ágil y eficaz.