Buen discurso del secretario general de gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano, quien afirmó que la guerra de 1847 de Estados Unidos contra México, fue propiciada por las ambiciones del vecino país del norte de ampliar sus territorios y que los Niños Héroes dieron una lección de dignidad y decoro a todas las generaciones de mexicanos, al defender heroicamente nuestro territorio y nuestra soberanía.

  Ahora, señaló, cientos de miles de mexicanos viven y trabajan en esos territorios, (los que se agandallaron los gringos) hablan nuestro idioma y con su trabajo, que ha contribuido a la grandeza de los Estados Unidos, han recuperado la dignidad nacional.

  “No habrá muros que impidan la buena relación que hemos construido durante tantos años”, señaló, refiriéndose a la obsesión que parece tener el candidato republicano a la presidencia del vecino país de construir un enorme muro entre ambas naciones.

  México está llamado a ser un país grande y generoso, en el que todos los mexicanos podamos desarrollarnos y contribuir a esa grandeza.

  Carrasco Altamirano fue el orador oficial en el acto efectuado en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, donde también hizo uso de la palabra la directora del plantel Irene Aguilar López, quien manifestó que a diferencia de lo que ocurría en 1847, nuestro país no tiene en puerta ningún conflicto bélico y si en aquélla época fue necesario que los jóvenes mexicanos empuñaran las armas en defensa de nuestra patria, ahora es el estudio, la preparación, las armas con las que los jóvenes mexicanos lucharán para hacer de México un país grande y próspero.

  Los días jueves y viernes, serán los más importantes del mes patrio, al recordarse el Grito de Independencia, dado por el cura de Dolores Hidalgo, Gto., y el estallido de la rebelión del pueblo de México contra 300 años de dominio español.

  Las condiciones en que la sociedad mexicana se encontraba en ese entonces, son parecidas a las que hoy vivimos: una pobreza generalizada, gran desigualdad social y autoridades que no entendían o no querían entender las necesidades de la población.

  Curiosamente todos los grandes movimientos sociales de nuestra patria han tenido como origen la desigualdad social, la pobreza de muchos y la riqueza concentrada en pocas manos. Y parece que no entendemos o quienes nos han gobernado no entienden que el descontento social tiene como origen, eso precisamente, la pobreza, la desigualdad, las injusticias.

  Nuestro país está inmerso ahora en graves problemas empezando por la inseguridad, la criminalidad que parece que no ceden; la pobreza y la desigualdad social que propicia una política económica equivocada, el neoliberalismo, que ha fracasado en todo el mundo, y la corrupción y la impunidad.

  Mientras eso no se corrija, nuestros problemas tenderán a incrementarse y no a aminorarse.

  A raíz de la neumonía que ha puesto fuera de combate temporalmente a la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Hillary Clinton, en su columna del diario “El Financiero”, Raymundo Riva Palacio, comenta que en México, dos de los principales aspirantes a la candidatura presidencial de partidos de izquierda, han sido operados del corazón.

  Eso no los descarta para que lleguen a la candidatura, pero se hace necesario que se conozca su estado de salud, para que los votantes sepan a qué le tiran. Riva Palacio tiene razón. Quien o quienes aspiren a ocupar el puesto político de mayor envergadura en nuestro país, deben informar de su real estado de salud para luego no tener una desagradable sorpresa que pudiera afectar al país en su conjunto.

  En nuestra columna de ayer hubo una leve alteración cuando hablo de la creación del partido Acción Nacional en Puebla, que hace que no haya suficiente claridad sobre los hechos que se narran.

  En 1944, el PAN surgió en Puebla, gracias al trabajo que personajes como el ingeniero Marcos Mastretta y un estudiante de Derecho de la Universidad de Puebla, don Miguel López y González Pacheco, realizaron previamente a la elección de su primer comité directivo estatal.

  Varios años más tarde, cuando se creó la figura de los diputados de partido, el licenciado López y González Pacheco, fue el primer diputado federal panista que Puebla tuvo y llegó al Congreso, como diputado de partido.

  Los primeros diputados federales de mayoría, fueron los contadores Alejandro Cañedo y Miguel Fernández del Campo.