El origen de esta celebración fue derechista, pues en los años treinta, todavía vivían las ideologías, no habían muerto, como se dice , desde que cayó el Muro de Berlín.

 

Los grupos empresariales y religiosos del país, consideraban al gobierno de Lázaro Cárdenas como un gobierno comunista, que estaba contra las tradiciones y el sentir católico del pueblo mexicano.

 

En esos años, la clase trabajadora reclamaba sus derechos y el cumplimiento de la nueva Ley Federal del Trabajo y su exigencia iba acompañada de la huelga y de la colocación de banderas rojinegras que eran el símbolo de su lucha.

 

El que los trabajadores en huelga izaran banderas rojinegras o las portaran en sus manifestaciones, fue considerado por la derecha nacional, como una suplantación del lienzo tricolor y entonces se pensó en un desagravio a ese símbolo de la nacionalidad mexicana, rindiendo un homenaje sin precedentes en esta capital, donde el número de trabajadores textiles era de decenas de miles.

 

Se formó un comité de la Bandera con ciudadanos de diversos sectores: profesionistas, obreros, artesanos, comerciantes, etc.

 

Formaron parte de ese comité el doctor Sergio B. Guzmán, un dentista muy afamado; don Enrique Romero Feytal, que era fotograbador; el doctor José Rivero Carvallo; unos señores de apellido Paz y Puente y otras personas más.

 

Con toda anticipación se iniciaron los preparativos del festejo y el mero día 24, la ciudad entera participó en la fiesta.

 

Una bandera tricolor de tamaño monumental, fue llevada extendida desde el Paseo Bravo al Zócalo en medio de una algarabía popular impresionante.

 

Las campanas de los templos por donde pasaba la multitud, eran echadas a vuelo. La gente que formaba una valla a lo largo de la Avenida Reforma y desde los balcones de los edificios y desde las azoteas, lanzaban flores, principalmente claveles, a la Enseña Nacional, que varias veces tuvo que detener su marcha para aligerar el peso que impedía avanzar a quienes la cargaban, pues la cantidad de flores era demasiada.

 

Cuando la columna llegó al Zócalo de esta capital, fue la locura. Las sonoras y alegres campanas de la Catedral de Puebla contribuyeron a que el final del recorrido fuera de antología. Gritos de, “¡Viva México!” y a la Bandera Nacional, condenas a quienes “pretendían sustituirla por el “trapo rojinegro” de los “comunistas”. Una auténtica algarabía popular que emocionó a quienes la vivieron, algunos de ellos ya de avanzada edad, contaron en varias ocasiones sus impresiones a este columnista, alentados por un viejo reportero del Sol de Puebla, Corona y Gastaca, “Coronita” y también el señor Feytal, el fotograbador que tenía su taller en 4 Norte y que hacía los grabados para el diario La Opinión, Diario de la Mañana, en el que este reportero se inició en el periodismo, nos contó emocionado sus vivencias.

 

Pasados algunos años, el gobierno de Manuel Ávila Camacho, oficializó el Día de la Bandera el 24 de febrero y se iniciaron los homenajes semanarios al lienzo tricolor en las escuelas del país, celebración que por cierto, ayer pasó casi desapercibida en esta ciudad donde se inició hace ocho décadas.

 

Un día antes, el 23 de febrero de 1936, en un sanatorio privado que estaba en la que hoy es Casa de la China Poblana, en la 4 Norte y la ahora Avenida Juan de Palafox y Mendoza, donde estaba el taller del señor Feytal, había nacido un niño, hijo del licenciado Manuel Bartlett Bautista, juez federal en Puebla y de la señora Isabel Díaz Castilla, tabasqueño el primero, veracruzana la mamá y el primogénito poblano.

 

Ese niño, a quien se puso el nombre del padre, Manuel Bartlett Díaz, fue gobernador de Puebla en los años noventa y actualmente es senador de la República por el Partido del Trabajo, cargo que antes desempeñó como priista.

 

Don Manuel Bartlett pues, acaba de cumplir 80 años y fue festejado en la ciudad de México por sus familiares y algunos amigos cercanos.

 

En dos ocasiones, fue precandidato a la Presidencia de la República, fue secretario de Gobernación, secretario de Educación y desde joven desempeñó cargos importantes en la administración federal. Su carrera de abogado la hizo en la UNAM y cursó postgrados en Ciencias Políticas, Administración, en universidades de Francia e Inglaterra.

 

En este trienio que acaba de pasar, tuvo importantes participaciones en el Senado de la República, como senador de oposición y seguramente las seguirá teniendo en lo que resta del periodo para el que fue electo.

 

La noticia de su nacimiento, fue dada el 25 de febrero de 1936 por el Diario de Puebla, dirigido por don Julián Cacho, viejo periodista ya fallecido.

 

Nos unimos sinceramente a las felicitaciones que con motivo de su cumpleaños, ha recibido.

 

El Partido de la Revolución Democrática, PRD, aún no ha decidido quién será su candidato o candidata a la gubernatura de Puebla.

 

Hasta donde se sabe, hay tres aspirantes con posibilidades: la dirigente estatal, licenciada Socorro Quezada Tiempo, Erik Cotoñeto y Andrés Hernández Toriz, dirigente de la Unión de la Fuerza Indígena Campesina.

 

El PRD decidió no ir en alianza con el PAN, pero trató de aliarse con Morena y este partido no aceptó, por lo que tendrá que ir solo en esta contienda electoral.

 

Los panistas andan agarrados de la greña. Generalmente, los partidos, todos, ocultan sus diferencias internas, pero éstas siempre salen a la luz y es lo que ha pasado con el PAN.

 

En conferencia de prensa, Hilario Gallegos Gómez, Miguel Ángel Mantilla y Juan Francisco Menéndez Priante, hablaron de la inconformidad que priva en muchos militantes de su partido, por la alianza que sin informar, sin que los panistas conozcan los términos de esa alianza, firmaron los dirigentes con los partidos PANAL, PT, PSI y Compromiso por Puebla.

 

Dijeron que de acuerdo con sus estatutos, se debe convocar a una elección interna del candidato, que deberá convencer a la militancia, con su proyecto de gobierno, con su trabajo en el partido, con su conducta social y política y no imponer un candidato que ni es panista.

 

Expresaron que el discurso democrático que su partido ha manejado desde su fundación, no es demagogia, que los panistas auténticos luchan de verdad por un país democrático y si no empezamos por nuestra casa, entonces sí todo se vuelve demagogia.

 

Es casi un hecho que el partido Morena tenga como su candidato a la gubernatura al psicólogo, catedrático de la BUAP, Abraham Quiroz.

 

Tiene todo el apoyo del fundador de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha placeado en las giras que el ex candidato presidencial, ha realizado en Puebla.

 

Seguramente, el mes próximo, el mismo López Obrador lo proponga en la tercera etapa de su gira por Puebla.

 

En Morena están plenamente conscientes de que difícilmente podrían ganar la elección, por lo que utilizarán el tiempo de campaña y la misma campaña, para promover afiliaciones y crear estructura y organización dentro de su partido, lo cual es absolutamente válido.