“No se ha logrado la unidad, por el contrario, parece que todos los grupos están en guerra y que el priismo está pasando por una situación sumamente difícil y conflictiva”.

 

Platicamos con un grupo de militantes de los diversos sectores del Revolucionario Institucional, muchos de ellos amigos nuestros y los notamos desconfiados, carentes de entusiasmo, como que se están dando por derrotados de antemano. Y es que parece que la “guerra sucia” les pegó feo.

 

Sienten que su partido no tuvo capacidad de respuesta y que los golpes pusieron nerviosos a los integrantes de la cúpula.

 

En estados como el de Puebla, los priistas son los que hacen triunfar a un candidato o lo hacen perder, según sea el ánimo con el que se enfrenten a los adversarios.

 

Si las bases del priismo entran en depresión, ya se los llevó… Por el contrario, si hay entusiasmo y buen ánimo, ningún partido los puede derrotar, pues el PRI es el mejor estructurado y organizado de todos los que existen en la entidad.

 

El problema se inició en el 2010, cuando perdió la gubernatura. En la mayor parte de los estados donde el PRI ha perdido una elección local, casi llega a la desintegración, pues sus dirigencias no tienen la capacidad ni el entusiasmo ni la decisión de aprovechar los años que estarán fuera del poder para reorganizarse.

 

A veces, los gobiernos panistas o perredistas que los sustituyen hacen tan mal su trabajo, que por inercia el PRI vuelve al poder.

 

En el caso de Puebla ni el PAN, ni el PRD ni tampoco el partido Morena (este está empezando apenas) representarían un peligro para el priismo, pues son partidos que pese a que conforman la alianza que llegó al poder, no han mejorado su estructura, ni su organización y siguen siendo los partidos debiluchos que siempre han sido (repetimos que Morena está iniciándose en las lides electorales)

 

Lo que representa un peligro para el Revolucionario Institucional es la fuerza política del “morenovallismo” que está en todas partes y que maneja con mucha habilidad los mismos sistemas que durante mucho tiempo utilizó el PRI en las campañas electorales y que ahora parece que ese partido ha olvidado.

 

Hemos dicho aquí que la “guerra sucia” haría de Puebla, como ocurre en todas las guerras, un desastre.

 

Las dos fuerzas políticas más importantes del estado podrían llegar a una confrontación que sólo reportaría saldos malos para esos partidos y para todos los que vivimos en esta entidad.

 

Ojalá y como esperan los priistas de la base, Charbel Chidiac, logre mejorar las cosas.

 

Por otra parte, los “Amigos de Gali” se apuntan un éxito en el cierre de la precampaña del aspirante a la candidatura del PAN, Antonio Gali Fayad.

 

El Contry Club, de San Manuel, estuvo lleno a toda su capacidad.

 

Entre ellos, aunque el partido blanquiazul también confronta profundas diferencias entre sus grupos, éstas parecieron no existir durante el festejo.

 

Parece que los grupos opositores a la candidatura de Gali, se abstuvieron de ir.

 

El candidato ofreció una campaña incluyente y cercana a la gente.

 

Habrá transparencia, dijo, y diálogo con la gente. Durante la campaña, hará compromisos con presidentes municipales y grupos sociales y esos compromisos se harán ante notario, igual que como ocurrió en su campaña a presidente municipal.

 

Dijo que ya que sea candidato, presentará su programa de trabajo ante los ciudadanos y se harán los cambios que la ciudadanía pida que se hagan.

 

Hubo otros oradores, principalmente diputados y miembros del PAN.

 

El Tribunal Electoral allanó el camino de los aspirantes a candidatos independientes, quitando escollos que les ponía la ley, y de esto Ana Teresa Aranda se asume como la responsable de esa decisión que los beneficia.

 

Con mayor ánimo los aspirantes trabajarán para recabar las firmas necesarias para obtener su registro.

 

Por lo que se ve, no llegarán a la unificación en torno a un solo candidato y posiblemente salten tres a la palestra: doña Ana Teresa, don Ricardo Jiménez Hernández y don Andrés Hernández Toriz.