Monday, 29 de April de 2024

Viernes, 21 Octubre 2016 03:34

Sí al boicot del Segundo Piso: el caso de los acapulqueños vs el Maxitunel




Written by  Arturo Rueda

En estos primeros días, los poblanos hemos ejercido un boicot de facto contra el Segundo Piso, pero en conjunto con el gobierno federal, OHL-Pinfra han desarrollado incentivos perversos para obligarnos utilizarlo. El primero es que el propio diseño de la obra acorta los carriles de la autopista original, que además quedó en un estado desastroso, como si hubiera sido bombardeada por la Luftwaffe


La voracidad sin límites del consorcio OHL-Pinfra ha empañado el arranque del Segundo Piso de la Autopista México-Puebla. El costo de la tarifa de 55 pesos ha sido considerado muy alto para los poblanos, y en el sector de autotransportes tampoco están muy conformes con los 221 y hasta 249 pesos que hay que pagar dependiendo de si tiene uno o dos ejes. Es un abuso y ya está documentado que se trata de la quinta autovía más cara del país.

 

En estos primeros días, los poblanos hemos ejercido un boicot de facto contra el Segundo Piso, pero en conjunto con el gobierno federal, OHL-Pinfra han desarrollado incentivos perversos para obligarnos a utilizarlo. El primero es que el propio diseño de la obra acorta los carriles de la autopista original, que además quedó en estado desastroso, como si hubiera sido bombardeada por la Luftwaffe, por lo que el tramo que se recorría en 30 minutos en horario pico ahora se fue a 50 minutos.

 

No es el único incentivo perverso que se avecina, pues la intención es convertir esos 15 kilómetros en un bulevar estatal en el que, seguramente, habrá semáforos y fotomultas, más parecido a la Recta a Cholula que a una autopista. Por supuesto, eso hará más lento el tránsito y esos 15 kilómetros serán un martirio extra.

 

La única ventaja de convertir la vieja autopista en un bulevar estatal, según adelantó Moreno Valle, es que se prohibirá el tránsito al transporte de carga, pero al mismo tiempo eso asegura el negociazo para el consorcio constructor y operador.

 

Los poblanos tenemos que reaccionar con el abuso de OHL-Pinfra, pues las cifras indican que en aproximadamente 7 años recuperarán su inversión y tendrán 23 años de ganancias, específicamente gracias al transporte de carga y no a los automóviles, de acuerdo con la corrida financiera que este día presenta CAMBIO como reportaje principal.

 

¿Debemos los poblanos resignarnos los poblanos al abuso de este consorcio que recibió un subsidio federal de 5 mil millones de pesos para la obra?

 

Yo creo que no, y deberíamos aprender de la lucha de los acapulqueños contra el Maxitunel Interurbano del puerto. Esa vía, que conecta la autopista del Sol con el área urbana de la costera y en un principio fue concesionada a ICA, abrió operaciones en 1996 con tarifa única carísima, prácticamente incosteable para los residentes locales que se vieron condenados a sufrir la entrada vieja de Las Cruces.

 

¿Se resignaron los acapulqueños a sufrir los abusos de ICA? No. Promovieron un boicot activo en contra del Maxitunel de Acapulco que duró por lo menos unos cinco años con el objetivo de que su aforo descendiera. Es decir, no cayeron en el abuso de pagar una tarifa de más de 80 pesos.

 

El boicot fue exitoso. A mediados de la década de los 2000, ICA dobló las manos ante el riesgo de no recuperar la inversión en los 25 años que tenía de concesión. Entonces decidió crear una tarifa para residentes y otra para turistas. Los acapulqueños ganaron la batalla.

 

Incluso ahora el Maxitúnel, a cinco años de se venza la concesión, tiene un déficit del 40 por ciento con 5 mil vehículos diarios de aforo, la mayor parte para residentes quienes pagan 37 pesos frente a los 101 que pagan los foráneos o turistas. Además, los camiones locales pagan 94 pesos contra 180 de los foráneos. El transporte de carga local para 157 pesos y los foráneos 300. El único requisito para acceder a la tarifa de los residentes es comprobar el domicilio y solicitar una tarjeta.

 

¿Debe OHL-Pinfra ofrecer una tarifa para residentes más acorde con la realidad? Por supuesto, si comparamos con la Autopista a Tlaxala que cobra 41 pesos o la caseta de San Martin que cuesta 30 pesos. Y de esta membresía local también deben beneficiarse los transportistas locales.

 

Por supuesto, los voraces directivos de OHL, enfrentados a todo tipo de escándalos en los dos últimos años no van a ceder fácilmente, pues si el gobierno estatal cumple la prohibición al transporte de carga de circular por la antigua autopista, el consorcio tendrá el negocio asegurado y brutales ganancias por 23 de los 30 años que dura la concesión.

 

 

Así pues, el boicot al Segundo Piso es una obligación de todos los poblanos. Sólo así el consorcio OHL-Pinfra aceptará establecer una tarifa para residentes locales. La batalla apenas empieza.

 

 

 

 

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