Friday, 26 de April de 2024

Miércoles, 13 Abril 2016 03:03

Se acabó la #BatallaBlanca: viene el baño de mierda




Written by  Arturo Rueda

La plataforma de gobierno diseñada por Óscar Gómez no tuvo recepción mediática. Quizá el documento amerite un premio en materia de políticas públicas, pero como discurso de campaña es intraducible el manejo de los 5 ejes, 10 principios, 30 propuestas. Sobre todo estas últimas, porque la candidata nunca priorizó en sus entrevistas con medios de comunicación.


Las tensiones en el war room de la campaña blanquista explotaron a finales de la primera semana de campaña. En el mundillo de los consultores electorales se esparce la versión de que Carlos Souto dio el portazo y abandonó la estrategia de aire. Al control de los fierros se encuentra ahora el inefable Hugo Pablo Scherer Castillo —el genio de A camotazo Limpio—, quien asumió todo el poder para dar un viraje de ataque al mensaje. Se acabó la #BatallaBlanca y se avecina la guerra de mierda.

 

La renuncia del argentino Souto malogró todo diseño trabajado en el periodo de intercampañas donde las competencias estaban bien delimitadas. El ex manzanillista Óscar Gómez al mando del proyecto de gobierno, Hugo Pablo Scherer Castillo en la guerra sucia y el director de La Ese en el mensaje de aire. Ahora, con el abrupto final de la #BatallaBlanca, también terminaron las esperanzas de la candidata de protagonizar una campaña, que si bien no fuera ganadora, la dejará con vida para volver a pelear en 2018. Se ve difícil por el baño de mierda que se avecina.

 

Como Blanca Alcalá no tiene el control de su campaña, sino sus promotores nacionales que pagan todo, no pudo impedir la renunciar de Souto —un fragmento de la historia lo contó ayer el periodista Alejandro Rodríguez, director de Campaign % Elections—, quien había diseñado un mensaje emocional, cuasi maternal, para conquistar la confianza de los poblanos. Ese mensaje emocional era el antónimo de la agresividad que pedía Hugo Pablo Scherer Castillo, para quien la rudeza absoluta es el único medio para ganarle al morenovallismo.

 

Las evaluaciones de la primera semana de campaña provocaron la salida de Souto y el empoderamiento de Scherer Castillo. El conjunto fue fatal. La plataforma de gobierno diseñada por Óscar Gómez no tuvo recepción mediática. Quizá el documento amerite un premio en materia de políticas públicas, pero como discurso de campaña es intraducible el manejo de los 5 ejes, 10 principios, 30 propuestas. Sobre todo estas últimas, porque la candidata nunca priorizó en sus entrevistas con medios de comunicación. La Alerta de Género, por ejemplo, está en manos de la Secretaría de Gobernación, no de un gobernador.

 

En el mismo mundillo de los Spin Doctors se dice que Souto en realidad dio el portazo porque no ve posibilidades de triunfo. Ya se sabe que los consultores electorales no tienen escrúpulos para cobrar pese a que su candidato salga derrotado, pero arrancando campañas en 13 estados quizá haya posibilidades de colarse en otra que no vaya rumbo al hundimiento.

 

En realidad, el argentino fracasó con su diseño de mensaje “emocional”, y claro, con su desafortunado eslogan de “pensando en todos”. Su peor error es sin duda la fotografía oficial de la candidata, ahora ampliamente repudiada pero que en su momento encontró el consenso de todos los involucrados en el war room. Pero es tarde para lamentar el exceso grosero de Photoshop, ya que esa imagen fue impresa en lonas y materiales que presiden todos los mítines de la senadora.

 

Con Hugo Scherer al mando, la campaña tomará otro tono peor al que ya tiene a Blanca contra las cuerdas por sus escándalos patrimoniales. La asesoría de Gómez para impulsarla a ser la primera en presentar la declaración “3de3” se volvió en su contra de una forma terrible. Ahora no parece adalid de la transparencia, sino que sus secretos patrimoniales bien guardados comienzan a salir de los drenajes. Primero, el tráfico de influencias para entregarle a su tía los permisos de la gasolinera de la que ahora es dueña en 25 por ciento. Luego, la torre de departamentos que construyó en La Noria por medio de su empresa constructora y que tiene un valor catastral de 11 millones de pesos.

 

Ambos, #ConstructoraBlanca y gasolinera, son apenas la punta del iceberg de escándalos mayores que van a destruir la imagen pública de Alcalá, que hasta ahora ha sido pulcra. Decidió entrar al callejón de los chingadazos y salió rebotada. Ahora, se avecina lo peor.

 

Hugo Scherer Castillo no se va a tentar el corazón para hacer de la elección un batidero de mierda. Para eso le pagan. Al final, aunque Blanca pierda la minigubernatura y acabe desprestigiada, de todos modos cobrará su contrato de 10 millones de pesos en el CEN tricolor. Y ese dinero no se lo va a gastar en Puebla ni se va a quedar a lamerse las heridas, al contrario de todos los poblanos que sufrirán las consecuencias de lo que se avecina.

 

Ahora, tampoco es que el blanquismo tenga muchas opciones, puesto que todas las encuestas los ponen en el rango de 8-13 puntos, aunque como comentamos ayer, todo indica que la ventaja de Gali va a ampliarse. Así que prepárense para el baño de mierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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