El primer álbum en el que apareció el nombre de David Bowie (1947-2016) fue editado el uno de junio de 1967 por la discográfica Deram, un sello subsidiario de Decca, en la época una de las grandes compañías inglesas del sector.
El mismo día en que la cara de un eduardiano Bowie con pelo a la taza debutaba en un larga duración apareció también en los estantes el disco de los Beatles Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, publicado por Parlophone, del grupo EMI, la compañía que había fichado a los Fab Four después de que Decca los rechazara porque, según dijo para vergüenza eterna y bromas infinitas un alto ejecutivo, "el sonido de guitarras está en decadencia".
Nunca más Davie Jones
Aunque a esas alturas, recién cumplidos los 20 años, ya tenía claro que quería dedicarse a la música y había editado algunos discos sencillos bajo el nombre de Davy Jones —y Davie Jones—, Bowie había pasado por muchas dudas vocacionales: quiso ser actor, mimo e incluso monje budista.
El álbum era inconsistente pero contenía el embrión del genio Aunque los primeros discos pasaron casi desapercibidos, en el álbum, demasiado inconsistente y con poca personalidad, latía en forma embrionaria el genio de quien llegaría ser uno de los grandes músicos del siguiente medio siglo.