Si hay que ningún gamer, sea hombre o mujer, pueda perdonar es que le borren sus archivos de juego; de un momento a otro todo el esfuerzo y dedicación que se le ha puesto a un interactivo desaparecen de un momento a otro.
Por ello no es de sorprender que un niño llore y se enoje de manera exacerbada cuando descubre que su hermana le borro Pokémon Go de su iPod; bajo el argumento de que vio La Rosa de Guadalupe y se espantó de que el pequeño fuera a ser secuestrado o se saliera caminando al desierto.
Hasta donde se sabe, todo esto se trató de una broma por parte de la joven para con el pequeño; una muy cruel desde nuestro punto de vista.
Fuente: SDP