Guillermo Jenkins de Landa cuantificó el desfalco millonario de parte de su familia a la Fundación Jenkins por más de 720 millones de dólares y ubicó el traspaso de casi todos los bienes inmuebles, terrenos, acciones y dinero de cuentas bancarias a una nueva fundación con sede en Aguascalientes denominada Fundación Bienestar de la Filantropía.
En entrevista con CAMBIO, Jenkins de Landa reveló que desde diciembre del 2014 los patronos de la Fundación Jenkins, integrada por sus padres y hermanos, donaron a la Fundación Bienestar de Filantropía todos los activos de la fundación, entre los que se incluyen terrenos de la UDLAP, Colegio Americano y los Club Alpha, así como inmuebles como el edificio Reforma Bicentenario, Triángulo Las Ánimas, un helicóptero y dinero en efectivo que había en las cuentas.
Señaló que la Fundación sólo se quedó con un patrimonio de 90 millones de pesos, pues en los estatutos de la organización filantrópica se establece que ésta no puede quedarse sin tener al menos el capital constitutivo, pero que esos 90 millones es el capital con el que iniciara en 1954 cuando la creó su abuelo Guillermo Oscar Jenkins.
Relató que por ello desde el pasado 16 de marzo interpuso la cuarta denuncia ante la Junta de Beneficencia de Puebla por el desfalco millonario a la fundación, aunque dijo que no espera una resolución a favor, ya que en las tres querellas anteriores la Junta no hizo nada para proteger el patrimonio que heredó para apoyar acciones benéficas principalmente en Puebla.
Por ello, Jenkins de Landa anunció que sólo esperará a que la Junta de Beneficencia de Puebla le responda por la denuncia para continuar su lucha ante los tribunales federales, pues dijo desconfiar de las autoridades locales ya que presume un contubernio con los integrantes del patronato de la fundación, sus padres Guillermo Jenkins Anstead, su madre Elodia de Landa, y sus hermanos Roberto, Juan Carlos, Margarita y María Elodia, quienes aprobaron traspasar todos los bienes a la fundación con sede en Aguascalientes.
Guillermo Jenkins no dudó en calificar el hecho como “el atraco del siglo a un dinero que estaba destinado principalmente para apoyar acciones benéficas para los poblanos y en menor medida para otros estados. Pero es un atraco ya consumado en detrimento de la Fundación Jenkins, quien ahora tiene el mismo capital con el que se fundara en 1954, 90 millones de pesos, cuando la fortuna que administraba está valuada en por lo menos mil millones de dólares”, concluyó.