Llegan turistas asiáticos a Japón


Martin Fackler / Parque Nacional Shiretoko, Japón


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Antes prohibitivamente caro, de pronto, Japón está atrayendo cantidades cada vez mayores de turistas asiáticos que derrochan dinero en las tiendas departamentales del país, se relajan en los centros turísticos de manantiales calientes o exploran los rincones remotos, como la franja virgen de montañas y bosques en el extremo más al norte de Japón.


Además de un beneficio para el tambaleante sector de turismo de Japón, los turistas nuevos también son un signo de cambios económicos mayores en una de las regiones más dinámicas del mundo.


Se conoció al propio Japón por sus turistas que gastaban mucho dinero llenando las boutiques desde Hong Kong hasta Manhattan. Sin embargo, conforme se fue estancando la economía japonesa en la última docena de años, más o menos, el desarrollo rápido elevó los niveles de vida en países como China y Corea del Sur.


Estos países están alcanzando a Japón por su crecimiento lento, el país que ha sido por mucho tiempo la potencia económica dominante en la región. En efecto, el liderazgo tecnológico, decreciente pero aún potente, es un importante atractivo para los turistas asiáticos; tan factible que visiten una fábrica automotriz Toyota como un templo budista zen.


Al mismo tiempo, ha bajado la cantidad de japoneses que salen al extranjero. El número de japoneses que viaja al extranjero descendió tres por ciento de su punto máximo de 17.8 millones en 2000, dijo la Organización Nacional de Turismo de Japón, una dependencia gubernamental.


El descenso fue particularmente pronunciado en los japoneses de veintitantos, cuyos viajes al extranjero se redujeron a 2.8 millones el año pasado, 40 por ciento menos que hace una década. Funcionarios de la organización de turismo atribuyen la caída en ese sector de la población a salarios más bajos y estilos de vida más modestos.


En contraste, la cantidad de visitantes de Corea del Sur, Taiwán, China y Hong Kong casi se duplicó el año pasado en comparación con cinco años antes, a 5.36 millones, según la organización de turismo. Tan sólo esas cuatro regiones representaron casi dos terceras partes de todos los visitantes extranjeros del año pasado, dijo la dependencia.


Sin embargo, lejos de inquietarse por otro signo más del estatus en descenso de su país, muchos japoneses parecen adoptar este cambio. El gobierno ayudó a abrir las puertas hace cinco años al anular el requisito de visa para los turistas de Taiwán y Corea del Sur.


Un número cada vez mayor de japoneses considera ahora a los visitantes asiáticos como una inyección financiera en el brazo de Japón, cuya vitalidad se ha minado con la madurez económica y una población que envejece.


“Asia ha cerrado la brecha en poderío económico”, dijo Yukiko Fukagawa, catedrática de economía y política de la Universidad Waseda de Tokio. “Y lentamente, Japón se está dando cuenta de que quizá no sea algo tan malo”.


En el distrito comercial Ginza en Tokio, la excitación actualmente es por las grandes cantidades de turistas asiáticos ricos, en su mayoría chinos. Esto ha impulsado a las tiendas a contratar empleados que hablen chino, y siempre tienen pilas de billetes chinos junto a las cajas registradoras.


En la tienda departamental Mitsukoshi, con sus columnas de mármol, y una de las más elegantes de Tokio, chinos acaudalados compran ropa y bolsos de marcas japonesas y europeas por docenas, y gastan cientos de miles de dólares, al parecer por capricho, en relojes pulsera o pinturas, dijo Shoji Saito, gerente de negocios relacionados con el extranjero.


Saito dijo que la tienda no había tenido clientes que gastaran tanto desde la propia era de gran afluencia en Japón en los años de 1980. “Los turistas asiáticos son nuestro nuevo mercado en crecimiento”, comentó.


Muchos turistas asiáticos entrevistados dijeron que les gustó comprar aquí porque Japón siempre tiene primero lo último en la moda, y a precios muy por debajo de los de otros países del continente, donde son altos los aranceles. También dijeron que les gustó visitar este país porque está cerca, es seguro y más limpio que gran parte del resto de Asia.


Sin embargo, muchos también dijeron que los atrajo una fascinación profunda por Japón. Ahora, pueden darse el lujo de venir, porque quieren ver el país que ha sido por mucho tiempo el puntero en la tecnología avanzada, la moda y otros aspectos de la cultura popular. Dijeron que sintieron envidia y respeto por Japón como el único país totalmente desarrollado de la región, aun si no siempre hablan con franqueza sobre asuntos como lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial.


“Nos sentimos muy cercanos a Japón culturalmente, pero aún están muy adelante”, dijo Kao Yu-jeng, un maestro de escuela de 50 años que visitaba el parque Shiretoko con un grupo taiwanés, en la norteña isla de Hokkaido. “Queremos saber más sobre cuáles son sus motivaciones básicas”.


Según la Oficina de Turismo del Gobierno taiwanés, Japón rebasó el año pasado a Macao como el segundo destino extranjero más popular para los turistas taiwaneses, después de Hong Kong.


“Japón solía ser una presencia muy distante”, dijo Hsu Ya-shan, subdirector en la oficina en Tokio de la Asociación de Visitantes de Taiwán, un organismo de promoción turística del gobierno de ese país. “Ahora, se siente mucho más cerca”.


Funcionarios de la Organización Nacional de Turismo de Japón manifestaron que el aumento en los visitantes asiáticos es un resultado inesperado de su programa Visite Japón, una campaña publicitaria de 2003, cuyo objetivo general era duplicar el turismo extranjero para llegar a los 10 millones de turistas en 2010. Mientras que al principio esperaban aviones repletos de occidentales, fueron los asiáticos los que se presentaron, dijeron funcionarios. En los 1980, los estadounidenses fueron el grupo más grande de turistas extranjeros en Japón, pero ahora están en el cuarto lugar, después de Corea del Sur, Taiwán y China.


“Japón siempre tuvo este desequilibrio enorme y anormal de enviar muchísimos más turistas de los que recibía”, dijo Daisuke Tonai, subgerente de la organización de turismo. “La situación se está normalizando, por fin”.


Tonai dijo que estudios han mostrado también que los turistas asiáticos llegan a Japón por razones diferentes a las de los occidentales. Mientras que los estadounidenses dijeron que llegaban para ver atractivos culturales como los templos, los asiáticos mencionaron las compras, seguidas por los manantiales calientes y la naturaleza. “También son populares las visitas a las fábricas”, comentó.


Desde hace poco, un importante atractivo es Hokkaido, la menos desarrollada de las islas grandes de Japón, por sus espacios abiertos y granjas pintorescas.


Kao, el maestro taiwanés, se refirió a su belleza natural como un cambio bien recibido con respecto a las ciudades contaminadas de Taiwán y China que conoce.


Mientras el autobús serpenteaba por la costa accidentada de Shiretoko, la guía Yu Li-fang informó a los viajeros de los peligros de meterse a un área verdaderamente boscosa.


—¿Qué harían si ven un oso?— dijo ella.
—Correr— dijo una voz.
—Matarlo— dijo otra.
—¿Saben cómo matar a un oso?— preguntó Yu, bromeando a medias.


Aun cuando el grupo no se topó con un oso, muchos miembros sí experimentaron un impacto de tipo diferente en una tienda de regalos, donde los precios eran muchísimo más altos que en Taiwán.


“Taiwán se está acercando, pero Japón todavía lleva la delantera cuando se trata de precios”, dijo riéndose Lin Hsiao-ching, una ama de casa de 44 años. “Todavía tenemos que cuidar cada billete”.

 

 

 

 

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