Hay signos de debilitamiento en la economía China


Keith Bradsher / Hong Kong


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Muchos chinos esperaban una desaceleración económica después de los Juegos Olímpicos, pero se produjo antes de que empezaran.


Las fábricas chinas informaron sobre la caída en pedidos nuevos el mes pasado. Las exportaciones apenas si están creciendo. Se está debilitando el mercado de los bienes raíces, ya que están bajando los precios de los departamentos en el sureste de China, la región más duramente golpeada por los problemas económicos.


Las tendencias, que en realidad tienen poco que ver con los Juegos Olímpicos, se están sintiendo en todo el mundo.


La desaceleración en el crecimiento de China es una de las razones por las que han caído los precios de la gasolina en Estados Unidos, por ejemplo. En forma similar, los precios mundiales de los metales como el cobre, el estaño, el zinc y el aluminio se han tambaleado en las últimas semanas, porque las voraces fábricas chinas han cerrado o han limitado su consumo.


Sin embargo, aun cuando las dificultades de China pueden reducir las presiones inflacionarias en todo el mundo, amenazan con desacelerar aún más el ya tenue crecimiento económico mundial.


“China ya se desaceleró muchísimo, pero lo va a hacer más”, dijo Hong Liang, principal economista senior para China en Goldman Sachs.


Los economistas esperan un descenso de su reciente ritmo de más o menos 11 por ciento anual, a uno tan bajo como nueve o 9.5 por ciento en el próximo año.


La mayoría de los países envidia esa tasa. Sin embargo, un crecimiento de 9 por ciento hará que sea mucho más difícil dar empleo a millones de chinos que se mudan de las zonas rurales a las ciudades en busca de trabajo. Y cualquier crecimiento más lento podría resultar ser un impacto para los trabajadores que han estado recibiendo incrementos salariales de dos dígitos cada año, ya que las compañías batallan para encontrar trabajo suficiente para mantener abiertas las fábricas.


El cómo las autoridades administren una economía más lenta y sus efectos en los 1.3 mil millones de habitantes de China, será una prueba para el gobierno. Al parecer, está respondiendo con rapidez.


En una reunión del Politburó el 25 de julio, se remplazaron las metas económicas nacionales con unas nuevas, previniendo un sobrecalentamiento de la economía y controlando la inflación. Como lo enunció el presidente Hu Jintao en apariciones recientes, los objetivos ahora son buscar un crecimiento rápido y sostenido, así como seguir manteniendo bajo control a la inflación.


“Debemos mantener un desarrollo constante, relativamente rápido, y controlar el aumento excesivo en los precios, como tareas prioritarias del ajuste macro”, dijo este mes en una rueda de prensa poco común.


Los formuladores chinos de las políticas que establecieron una serie de frenos a la economía en los últimos años para mantener controlada a la inflación, ahora están removiendo algunos para evitar que el crecimiento se desacelere demasiado.


Por ejemplo, tras permitir que la moneda aumentara drásticamente frente al dólar en la primera mitad de este año, la verdad es que el banco central de China lo hizo bajar este mes. Esto está ayudando a preservar la competitividad de los exportadores chinos en mercados extranjeros, aunque a riesgo de enojar a Estados Unidos y otros socios comerciales.
En los últimos días, las autoridades chinas también han incrementado las devoluciones fiscales para los fabricantes de ropa, una industria desdeñada anteriormente por los reguladores, más interesados en promover las de tecnología más elevada.


Se dice también que quienes formulan las políticas tomaron medidas para flexibilizar los límites bancarios a los préstamos.


La demanda débil de Estados Unidos en el último año, y ahora también la de Europa, es parte del problema que está surgiendo en China.


Este debilitamiento de las exportaciones ha sido particularmente cierto a la luz de las mercancías manufacturadas del sureste chino, una de las dos principales áreas de exportación del país, junto con la región del delta del río Yangtzé alrededor de Shanghái.


En Union Bags, fabricante de equipaje en Dongguan, a unos 65 kilómetros río arriba del Perla desde Hong Kong, cayeron 20 por ciento las ventas a Estados Unidos en el último año.


“Hemos tenido que recortar nuestros propios pedidos a nuestros proveedores locales de cremalleras, nylon y poliéster”, dijo Jim Jiang, el gerente de ventas de la compañía.


Está empezando a debilitarse la demanda de adquisiciones de precios elevados. J.D. Power and Associates acaba de reducir sus proyecciones de ventas de coches en China este año a 5.95 millones de dólares, aún por encima de los 5.42 millones de dólares del año pasado, pero un incremento mucho menor con respecto a la proyección anterior de 6.2 millones de dólares.


Más serios para la economía más amplia son los signos de que se está debilitando el mercado de bienes inmuebles, tras años de precios en ascenso que habían generado advertencias de una posible burbuja. De nuevo, el mayor problema parece estar en el sur.

 

Min Hwa, un agente inmobiliario en Shenzhen, una ciudad con al menos 12 millones de habitantes, cercana a Hong Kong, dijo que los precios de los bienes raíces residenciales bajaron 10 por ciento en el último año en barrios atractivos cerca del centro de la ciudad y cayeron en picada hasta 40 por ciento en los de la periferia.


“Hemos visto menos posibles compradores en los últimos meses”, dijo.


El norte de China tiende a producir una proporción más alta de productos industriales y menos bienes de consumo que el sur, y parece que le va mejor. Las exportaciones siguen aumentando, por ejemplo, en el puerto de Tianjin, cerca de Beijing.


Sin embargo, ahí, unas cuantas provincias como Shandong y Shanxi están padeciendo escasez de electricidad. Esto está obligando a las fábricas a limitar sus horarios de operación porque no se extrae suficiente carbón para alimentar muchas de las plantas nuevas que se abrieron en los dos últimos años.


Andy Rothman, un economista especializado en China en CLSA, una correduría de Hong Kong, dijo que casi la mitad de las provincias tuvo escasez aislada de electricidad este verano. Sin embargo, la desaceleración de la economía evitará que el problema se generalice antes de que el clima más fresco termine la temporada de aire acondicionado, dijo.


Beijing representa poco más de uno por ciento de la población de China y menos de cinco por ciento de su producción económica. Así es que es poco probable que un gasto intensivo en el área de la ciudad, en los recintos olímpicos, haya tenido un gran efecto para levantar el crecimiento en los últimos meses o en deprimirlo ahora que ya terminaron las construcciones.


Sin embargo, los temores de una desaceleración después de los Juegos Olímpicos se han convertido en parte de la cultura popular en China, y un tema de gran interés entre los inversionistas del mercado de valores. Las acciones chinas han caído en más de la mitad, tras cifras récord en el aumento en octubre.


Parece ser que el terremoto de mayo en la provincia de Sichuan no afectó a la economía, e, incluso, pudo haber ayudado al rendimiento económico ya que las ciudades del área empezaron la reconstrucción con un gasto gubernamental fuerte.


Más ampliamente, las enormes inversiones de China en caminos, puertos, líneas ferroviarias y otras redes para el transporte están empezando a mostrar logros en la productividad que podrían ayudar al país a hacerle frente el bajón económico mundial mejor que la mayoría.


Y sigue llegando la inversión extranjera, cada vez más dirigida a las industrias de alta tecnología, aunque otros países asiáticos también están atrayendo más inversiones.


Chris Woodward, el director administrativo para China de Ryder, la gran compañía de logística, activa particularmente en el embarque de partes para coches, dijo que las empresas estadounidenses se siguen expandiendo y se centran cada vez más en el mercado interno de China, incluso mientras se desaceleran las exportaciones chinas.


“La gente ha hecho grandes inversiones en infraestructura, y no sólo se trata de la infraestructura física”, dijo. “Es toda la capacitación y el desarrollo de las personas”.

 

 

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