Festeja la Iglesia Día de Reyes

 


Olivia López Pescador

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Con la Epifanía o día de Reyes la Iglesia Católica celebra la Solemnidad en la que Jesús se muestra como salvador de toda la humanidad, representada en los magos venidos de Oriente, quienes no eran ningunos hechiceros o  adivinos, sino sabios, es decir, estudiosos oriundos de Persia, expresó Rosendo Huesca, arzobispo de Puebla.


Monseñor explicó que en la encíclica Spe Salvi del Papa Benedicto XVI, quien cita a San Gregorio Nacianceno, comenta que el encuentro de los magos con Jesús significa el final de la creencia en la astrología, ya que en Cristo descubrimos que no son los elementos del cosmos lo que en definitiva  gobierna  el mundo y la vida humana, sino que es Dios quien gobierna las estrellas, es decir, el universo.


“La última instancia no son las leyes de la materia y de la evolución, sino la razón, la voluntad, el amor: Una persona, y si conocemos a esta persona y ella a nosotros, entonces el poder de los elementos materiales ya no es la última instancia, ya no somos esclavos del universo y de sus leyes, ahora somos libres”.


No obstante que muchos niños se levantaron el día de ayer con la grata sorpresa de haber recibido algunos regalos, los pequeños más que necesitar cosas materiales, requieren nuestra atención, respeto, afecto y tiempo, requieren que los adultos les comuniquen con su ejemplo, los valores, que hacen una posible una vida auténticamente humana.


Al cerrar el ciclo de la primera infancia de Jesús de Nazareth, se comienza con el ciclo de las promesas de salvación el día de la anunciación en Nazareth, el día de la fiesta de la encarnación del “Verbo”, es decir, el niño Jesús.


Como ya es tradición, el día de Reyes se parte una rosca, en donde se encuentra un muñequito escondido, que representa al Niño Jesús cuando la Sagrada Familia huyó a Egipto para salvar al hijo de Dios. La venida de los tres Reyes Magos el 6 de enero, nos debe recordar que la Epifanía es una oportunidad para fortalecer la esperanza y reconocer que Jesús se manifestó como salvador de toda la humanidad, por ello la Iglesia Católica  llama a toda la sociedad a regalar especialmente a los niños, un mundo de paz.


En aquella época, cuando los Reyes Magos encontraron al niñito Jesús, lo reconocieron como Dios y Salvador, por ello le ofrecieron oro, incienso y mirra; es de esta forma, que el domingo pasado celebremos este maravilloso acontecimiento con la Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la que Jesús se muestra como salvador de toda la humanidad, representada en los Magos venidos de Oriente (Cfr Mt 2,1-12).


Es preciso comentar que la palabra Epifanía significa manifestación, así como los tres Reyes Magos, los hombres y mujeres estamos llamados a reconocer en Jesús a Dios hecho hombre, que ha venido a mostrarnos su amor, a liberarnos del pecado y a darnos el poder de llegar a ser hijos de Dios, partícipes de su vida plena y eternamente feliz.


Después de la Epifanía y de que los tres Reyes Magos adoraron a Jesús, un ángel le  aviso a San José y a la Virgen que debían huir rumbo a Egipto, por que Herodes al enterarse del nacimiento del Rey, temió perder su lugar y decidió matar a todos los niños menores de dos años.

 

Es en ese momento cuando la Sagrada Familia huyó a Egipto y puso a salvo a Niño Dios, de igual forma algunas familias escondieron a sus bebes en tinajas de harina, para no ser vistos y salvarles la vida.

 

De ahí los primero cristianos tomaron de la tradición y de la visita de los Reyes Magos, la costumbre de celebrar el 6 de enero, con las tradicionales roscas circulares que simbolizan el amor eterno de Dios, que no  tiene principio ni fin. Esta tradición se fue proliferando desde Palestina, Europa, América y hoy en día, quien encuentra al niño, es quien está obligado a hacer la fiesta con tamales y atole.

 

 

 

 


 
 
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