Comenzamos por recordar el desfile del 5 de mayo del último año del sexenio del gobernador Mario Marín Torres.
Todos los poblanos comentamos los gestos y mala cara con la que estuvo en la tribuna de honor el entonces presidente Felipe Calderón, como si estuviera mal del estómago.
Todos los poblanos observamos poca educación y nula cortesía política del invitado presidencial durante los minutos que observó la parada cívico-militar.
A todos molestó que después de unos minutos se levantara intempestivamente de la tribuna para retirarse, con lo que abruptamente se dio por terminado el desfile, dejando a muchos contingentes sin desfilar.
La grosería no se la hizo al gobernador en turno que nos representaba, la interpretamos para todos los poblanos y muy especialmente a miles de escolares que con ilusión y orgullo se preparan para participar, al igual que los padres de familia que gastan y se sienten orgullosos y hasta vanidosos de que sus hijos participen para recordar la gesta heroica de los poblanos más humildes sobre el Ejército soberbio de aquel tiempo, el de Francia.
Los entendidos en la corriente política partidista interpretaron desde luego que había pugna entre el presidente panista y el gobernador priista porque se aproximaban las elecciones, y hay que decirlo sin hipocresías, los dos estaban metidos hasta el fondo apoyando a sus respectivos candidatos.
Los poblanos hoy todavía nos sentimos ofendidos por la actitud de Calderón Hinojosa cuya triunfo por la presidencia de la república aún queda en duda, si se averigua por qué se negó a que se hiciera el famoso “casilla por casilla” y el “voto por voto”.
Ahora no quisiéramos que se repitiera lo historia, pero qué decepción que cuando ya se afirmaba que el presidente estaría en la jura de bandera y en el desfile cívico militar, nos salga con que sólo acudirá a la jura de bandera.
¡Qué plantón!
¡Qué falta de sensibilidad!
¡Qué falta de visión política!
Orgullo de longevidad
El promedio de vida del hombre gracias al avance de la ciencia médica va en aumento. Pero lo importante de la longevidad no es vivir más años, sino la calidad de cómo se viven y para qué se viven.
Hoy citaremos dos casos que saltaron esta semana, los dos son artistas, pero de distintas especialidades: Porfirio García y Federico Silva.
Don Porfirio García toda su vida la ha dedicado a la música, la disfruta, la escucha, la escribe y la interpreta. Tiene un amplísimo repertorio de música escrita, boleros, pasos dobles.
Hoy tiene 92 años, y hace 50 cuando contaba con 42, participó y ganó el certamen convocado para hacer el himno de la batalla del 5 de mayo.
Su propuesta ganó y así el 5 de mayo de 1962 cuando Puebla “echó la casa por la ventana” con motivo de las fiestas del centenario de la heroica batalla, tuvo el honor de que su himno propuesto fuera interpretado por una orquesta ante el entonces Presidente de la República, Manuel López Mateos.
¡Cuánta gloria!
¡Cuántos honores!
¡Qué satisfacción!
Lamentablemente al paso de los años su himno se dejó de interpretar y se perdió.
Pero ahora el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes se dio a la tarea de localizar la partitura y para su sorpresa no sólo localizó la música, sino también al autor, a don Porfirio García que a sus 92 años declarados con el mismo entusiasmo de hace 50 años habla de sus convicciones y del orgullo de su obra para la que se mantiene al día y de acuerdo a los temas de los que todos hablan continúa la línea de la inspiración para hacer lo mismo pasos dobles que corridos y boleros.
Desempolvado el himno del centenario de la batalla, don Porfirio García tuvo la satisfacción de asistir a un concierto especial que organizó el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, en el que la banda de música del Cecamba volvió a interpretar su obra, lo que sirvió de marco para hacerle un merecido reconocimiento y homenaje 50 años después.
El otro caso es el del artista plástico, el maestro Federico Silva, quien también confiesa tener 90 años, y con orgullo presume hoy un conjunto de esculturas monumentales en la plancha del zócalo poblano.
Su exposición está desde el pasado fin de semana pero será inaugurada hoy y permanecerá ante el público hasta el mes de septiembre.
En los inicios de su carrera fue asistente del gran muralista David Alfaro Siqueiros. A lo largo de su prolífera trayectoria ha sumado innumerables reconocimientos, pero el más importante es el de la creación del primer Museo de Escultura Contemporánea en México en el 2003.
El tema de la exposición que tiene lista en el zócalo de Puebla es “Albeldrío” y cabe mencionar el dato de que cada una de sus obras es de mínimo 5 metros de altura, lo que a sus 90 años lo lleva a trabajar en andamios, en los que da rienda suelta a su creatividad que hoy disfrutaremos los poblanos y los visitantes.
Vistos estos dos casos hay que destacarlos por la calidad y creatividad con la que estos nonagenarios hoy dan muestra de que al mundo se viene a disfrutar el día a día con propuestas que contribuyen al entorno de todos.
El caso Audi
Apenas se prepara el acontecimiento histórico del arranque de las obras para la planta Audi en San José Chiapa, y los primeros impactos de esta empresa se comienzan a sentir en la región.
El flujo de alemanes que intervienen en el proyecto comenzó desde el año pasado. Estos se hospedan en hoteles poblanos. Comen en restaurantes poblanos que a su vez compran más productos a un mayor número de proveedores poblanos y productores.
En el Centro de Idiomas de Volkswagen de inmediato se disparó el número de alumnos ávidos de aprender el idioma alemán.
Y las necesidades de que los alemanes que vienen a Puebla aprendan a hablar español y que a la vez los poblanos que van a trabajar en la planta aprendan el alemán, ha creado la necesidad de que se cree el Centro de Idiomas Audi que operará en San José Chiapa.
Este ya en unos días comenzará a operar con los primeros alumnos mexicanos y alemanes que estarán involucrados en la planta y en el negocio automotriz con la firma Audi.
Si usted conoció San José Chiapa el año pasado, vuelva en unos meses más y verá que hay una nueva oportunidad para todos los de allá y también para los de acá, con un plantel de la BUAP para preparar a los técnicos que la planta y su industria proveedora requerirán.