Thursday, 25 de April de 2024


El auditorio y el tercer informe




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A propósito del paquete de obras que se preparan en torno al tercer informe del gobernador Rafael Moreno Valle el próximo 15 de enero, se afirma que el auditorio de la Reforma quedará listo para ser declarado la sede de la primera sesión de la LIX Legislatura local, que invitará al gobernador a ofrecer su informe de labores.

Pues bien, va de historia del cajón de los apuntes.

 

 

La última vez que estuvo de visita en la ciudad de Puebla el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, ante un grupo de colegas no pudo esconder su sorpresa al ser informado de que dicho auditorio que fue una de sus primeras obras emblemáticas, se mantenía en pie más de cuatro décadas después.

 

 

Hay que recordar que el auditorio de la Reforma fue construido con motivo de las celebraciones del centenario de la batalla del 5 de mayo, en el año de 1962.

 

 

En esta obra, quien fungía como pagador por parte de la Federación, era un joven talentoso de nombre José López Portillo, que apenas incursionaba en la administración pública.

 

 

El representante de la Federación, que en sus horas libres se relajaba como pintor y escultor, convenció al constructor Pedro Ramírez Vázquez para que le permitiera hacer la escultura en piedra del presidente Juárez, que de acuerdo al proyecto sería colocada en la explanada del auditorio.

 

 

Y así los nombres del responsable de la obra y del escultor quedaron inscritos para la posteridad.

 

 

Pero volviendo a la última visita de Ramírez Vázquez a Puebla, antes de fallecer, mostró sorpresa al ser informado y después observar en pie el recinto, a lo que explicó que al contrario de los mexicanos los norteamericanos destruyen edificios o estadios cada cierto tiempo —entre 20 y 30 años— para dar paso a nuevos conceptos arquitectónicos y entregar obras funcionales que respondan a las necesidades del momento.

 

 

En cambio en México tenemos construcciones que se planearon por tiempo indeterminado y continúan de pie después de 50 años, como este caso.

 

 

Ojalá que el auditorio de la Reforma, ahora que es objeto de un proceso de remodelación, se encuentre desde sus cimientos en perfectas condiciones y que queden descartados los riesgos que pongan en juego su estabilidad y la seguridad de quienes lo visitan y ahí laboran.

 

 

Y es que hace unos sexenios se dio el diagnóstico de que la obra enfrenta daños estructurales desde sus cimientos, por lo que el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez hace más de 10 años había propuesto su demolición.

 

 

Otra situación se enfrenta con el estadio Cuauhtémoc que se anuncia que será remodelado para dejarlo con el equipamiento de los mejores estadios internacionales, los declarados estadios VIP que se construyen en los países del primer mundo.

 

 

De éste es hora de recordar que en su entrada principal lucía un mural, obra del arquitecto y artista poblano Jesús Corro Ferrer con motivo del mundial de 1986, el cual quedó oculto.

 

 

Las protestas por este agravio a un mural en aquel tiempo no se hicieron esperar, pero para acallar las inconformidades se prometió que posteriormente se destaparía, por lo que se confía en que ahora con la restauración se puede dar la satisfacción al artista poblano sensible y generoso que supo callar.

 

 

Si bien los constructores de 1986, en el sexenio de don Guillermo Jiménez Morales, cometieron este atropello, esperamos que ahora los responsables de la obra no fallen y el gobierno de Rafael Moreno Valle pueda enmendar el gravísimo error.

 

 

 

 

 

 

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