Con una multa ridícula de 1.5 millones de pesos, el ex secretario marinista Alfredo Arango García recuperó su libertad y dejó en ridículo al morenovallismo, quien lo había exhibido como su principal y única presa en la lucha contra la corrupción del sexenio marinista tras la fuga de Javier García Ramírez.
El ex titular de Salud recobró su libertad en pleno Día de los Inocentes, la mañana del 28 de diciembre, por lo que pudo pasar el Año Nuevo con su familia.
En el periodo vacacional recibió una mini sentencia de cuatro años de prisión por el delito de enriquecimiento ilícito, pena que pudo conmutar por tratarse de un primodelincuente mediante el pago de una multa de 1.5 millones de pesos. La Procuraduría General de Justicia, a través del Ministerio Público, no impugnó la mini sentencia, con lo que Víctor Carrancá Bourget se dio por bien servido.
El ex secretario de Salud fue aprehendido el 12 de enero de 2012 por el delito de enriquecimiento ilícito por 54 millones de pesos, por lo que la Procuraduría General de Justicia le decomisó cerca de 30 propiedades, cuyo valor ascienden a 79 millones de pesos.
Seis meses después, el Congreso del estado a través de la Comisión Inspectora que presidía el panista Mario Riestra Piña, le fincó responsabilidades al marinista por más de 8 mil millones de pesos.
Sin embargo, estas anomalías no fueron motivo suficiente para que Arango recibiera una pena más alta por parte del juez encargado del proceso penal, y se evitara que alcanzara su libertad pagando una suma económica.
A punto de cumplir dos años en el Centro de Readaptación Social —tiempo en el que gozó de innumerables beneficios—, el ex secretario de Salud fue condenado a cuatro años de prisión por el enriquecimiento ilícito que se detectó; sin embargo, al ser una pena baja, y al ya haber cumplido la mitad de la sentencia, uno de los “peces gordos” del marinismo y trofeo del morenovallismo, recobró su libertad al pagar una multa de un millón y medio de pesos.
Los lujos del marinista en San Miguel
En diciembre de 2012, bajo el pretexto de requerir cuidados médicos por una hernia discal que padecía, el reo Arango fue trasladado de su celda al hospital de la UPAEP en el Centro de la ciudad, en donde pasó las festividades de fin de año, y tras 19 días regresó al penal de San Miguel.
Todo ello fue contemplado por la PGJ, cuyo titular es Víctor Carrancá Bourget, pues sin una orden judicial de por medio, el ex funcionario estatal podía dejar el penal sin problema alguno.
En septiembre del año pasado, las autoridades volvieron a permitir que fuera ingresado a una unidad médica privada, para que pudiera ser atendido de un nuevo problema médico.
Al interior de San Miguel, Arango no pasó algún tipo de molestia, pues los propios presos narraban que él tenía una celda apartada de la demás población, en la que no tenía que compartir la cama, como normalmente ocurre con casi todos los reos.
Incluso, algunos medios de comunicación documentaron que por este beneficio pagaba alrededor de 3 mil pesos mensuales.
Las observaciones de la Comisión Inspectora
La Auditoría Superior del Estado (ASE) y la Comisión Inspectora documentaron 225 observaciones en la cuenta pública 2010 de Alfredo Arango, las cuales ascienden a 8 mil 464 millones 383 mil pesos, de los cuales 6 mil 658 millones 675 mil pesos corresponden a daño patrimonial y mil millones 805 mil pesos a deficiencias administrativas.
Dentro de las observaciones se encuentran gastos sin comprobar, adjudicaciones sin justificación, compras sin factura y el sobrecosto en la compra de medicamentos, así como bienes patrimoniales no inventariados, cuyas irregularidades representan mil 500 millones de pesos.
En la lista negra de Arango se encuentran el pago sin facturas a las farmacias Fénix por 32 millones de pesos; gastos sin documentación comprobatoria en servicio de lavandería, limpieza, higiene y fumigación por 73 millones de pesos.