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Jueves, 10 Septiembre 2015 02:59

Lastiri es ahora subsecretario en Sedatu




Written by  Gabriel Sánchez Andraca

La renuncia de Juan Carlos Lastiri Quirós, a la subsecretaría de Desarrollo Social, tuvo un motivo: una solicitud de Rosario Robles para que lo acompañara en un puesto similar al que tuvo en la Sedesol, en la secretaría que ahora preside, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

 


Era lógico que esto ocurriera. El desempeño de Lastiri como subsecretario de Desarrollo Social, fue bueno y hubo entendimiento entre él y su jefa, conformando un buen equipo de trabajo que seguirá funcionando en la nueva posición que ambos ocupan.

 

Frecuentemente ocurre en política, que por cambios de ubicación del titular de una dependencia, se desbaratan grupos o equipos de trabajo bien integrados que están dando buenos resultados. Al desintegrarse, las dependencias sufren un trastorno que lleva tiempo y esfuerzo recomponer y eso va en perjuicio de la ciudadanía que es la que sufre las consecuencias, mientras las cosas se arreglan.

 

 

Tampoco se vale que al cambiar al titular de una secretaría por ejemplo, este se jale a todo su equipo, pues eso la deja (a la secretaría) en completa desventaja y con serios problemas para su correcto funcionamiento.

 

El servicio público debe ser eficiente en todo sentido y quienes en él trabajan, deben tener además de la habilidad que el trabajo requiere, efectividad en los resultados.

 

El gobierno de Felipe Calderón pretendió adueñarse del servicio público, aunque el PAN ya no estuviera en el poder y no sólo llenó de panistas o “neopanistas” a las diversas dependencias gubernamentales, sino que expidió una ley de servicio profesional de carrera que ha hecho difícil remover a funcionarios, quienes debían ser de confianza, no importando que no se adapten a las nuevas formas o tengan un desempeño mediocre o francamente malo. Eso debe corregirse, pues de una buena burocracia, honesta y eficiente, depende en gran parte, la buena marcha del país.

 

A raíz del cambio de Lastiri Quirós, muchos preguntan sobre el destino de Juan Manuel Vega Rayet, como delegado de la Sedesol, pues es parte del equipo y su trabajo ha sido eficiente.

 

Hasta donde sabemos, él seguirá al frente de la delegación de Desarrollo Social, trabajando en los programas de esa secretaría, como lo ha venido haciendo, sin descuidar su actividad política, pues es uno de los aspirantes a la minigubernatura del estado.

 

Lo bueno es que está plenamente consciente de que las aspiraciones en política se pueden cumplir o no cumplir, y que la vida sigue adelante.

 

Él tiene un buen currículo político: presidente municipal de Izúcar de Matamoros, su tierra natal, diputado local, diputado federal, subsecretario de Desarrollo Social en el estado y presidente del comité directivo estatal del PRI.

 

Es uno de los nuevos políticos priistas, que como Enrique Doger, Alberto Jiménez Merino, Alejandro Armenta, Blanca Alcalá, Javier López Zavala y otros que se han mencionado, tienen una auténtica carrera política. Se han hecho en la brega diaria y han ocupado puestos de elección popular, puestos administrativos en el servicio público y posiciones de dirigencia partidista, es decir, son políticos completos, como afirmó Mario Marín Torres en reciente plática que tuvo con priistas de la región de Huejotzingo.

 

Un amigo nos hizo notar, el poco entusiasmo que ya en vísperas del 15 y 16 de septiembre, hay entre la población.

Eso se debe sin duda al problema económico: los padres de familia están gastados, pues hace unas semanas tuvieron que hacer los gastos tradicionales del inicio de clases en los planteles educativos a los que concurren sus hijos.

Pero además la situación general de la economía nacional y mundial, está a la baja.

 

El proyecto de presupuesto de egresos enviado al Congreso, es austero, según informes que han dado a conocer los medios de difusión y eso obliga a todos, a ciudadanos comunes y a funcionarios y representantes populares, a manejarse con austeridad.

 

Los derroches a que nos tienen acostumbrados muchos políticos, no van a ser tolerados por la sociedad, la cualya está irritada por los problemas que confrontamos, entre los que prevalece la falta de circulante, los bajos salarios, la inseguridad y el incremento de la delincuencia. Un político con sensibilidad, aunque gane mucho, debe ser austero para no irritar más a sus conciudadanos.

 

 

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