Siempre Ramos, siempre en los últimos minutos. El Real Madrid sacó un importante empate 1-1 ante un Barcelona que no supo liquidar al rival y que se mantiene a seis unidades de la cima de la Liga española.
Cuando parecía que el equipo de Luis Enrique estaba cerca de poner el segundo tanto que habría matado el partido, apareció un certero cabezazo de Sergio Ramos para poner el empate ante un resbalón de Javier Mascherano que lo convirtió en espectador de primera fila para el empate.
El Barça se había encontrado con un buen gol de Luis Suárez, su cuarto en cinco clásicos, y con el regreso de Andrés Iniesta que dejó claro que es el "cerebro" blaugrana y los amplios motivos por el que la pelota lo extrañaba.
Siempre Ramos, siempre en los últimos minutos. El Real Madrid sacó un importante empate 1-1 ante un Barcelona que no supo liquidar al rival y que se mantiene a seis unidades de la cima de la Liga española.
Cuando parecía que el equipo de Luis Enrique estaba cerca de poner el segundo tanto que habría matado el partido, apareció un certero cabezazo de Sergio Ramos para poner el empate ante un resbalón de Javier Mascherano que lo convirtió en espectador de primera fila para el empate.
El Barça se había encontrado con un buen gol de Luis Suárez, su cuarto en cinco clásicos, y con el regreso de Andrés Iniesta que dejó claro que es el "cerebro" blaugrana y los amplios motivos por el que la pelota lo extrañaba.
