De acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), el juez quinto de distrito de Nuevo León halló culpables a Edwin Rubén Alejo Ávila y Sandra Viridiana Acuña Claudio de los delitos de homicidio calificado y privación ilegal de la libertad.
El 3 de diciembre de aquel año, estas dos personas que se desempeñaban como “halcones” de Los Zetas detectaron a un soldado en su día de descanso, mientras efectuaba compras navideñas en el centro de esta capital.
Por teléfono móvil, Edwin Rubén y Sandra Viridiana dieron la información a sus cómplices, quienes casi enseguida abordaron a la víctima que caminaba por la alameda Mariano Escobedo, en el primer cuadro de la ciudad, y se lo llevaron con rumbo desconocido.
Más tarde, el cadáver del soldado vestido de civil fue localizado con impactos de bala en el cruce de las calles Jiménez y Tapia, lo que ocasionó una búsqueda inmediata de los presuntos responsables.
El 23 de diciembre del mismo año, Edwin y Sandra fueron recluidos en el Penal del topo Chico, donde cumplirán el resto de la condena dictada por el juez.
Al momento de su detención él contaba con 18 años y ella con 25.