El que mayores y más delicadas consecuencias arrojará.

Y sin embargo, es el que nadie se atreve a mencionar, mucho menos a abordar.

El tema lo abrió el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, cuando en pleno templete declaró que tres de sus candidatos en Tamaulipas están relacionados con la delincuencia organizada. El tema sólo quedó como un mero exabrupto, un arrebato. Los abanderados nunca fueron formalmente denunciados, ni acusados. En realidad sólo se trataba de exhibirlos y bajarlos del proceso electoral, porque habían mostrado abiertas adhesiones al candidato del PAN Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Luego recurrieron a un burdo montaje fotográfico utilizando una toma de las autodefensas michoacanas y colocando en su lugar el logotipo del abanderado albiazul.

El asunto ha quedado como un recurso de descalificación, pero no ha sido abordado con el rigor que merece un tema tan delicado como es la injerencia del crimen organizado en las campañas electorales.

Si en realidad tres ex candidatos priistas tienen nexos con los cárteles del narcotráfico (en este caso el Cártel del Golfo y los Zetas), la responsabilidad de Manlio Fabio Beltrones sería la de presentar las pruebas ante la Procuraduría General de la República. Por su parte, la titular de la fiscalía Arely Gómez debería iniciar el proceso de investigación para arraigar y consignar a los señalados.

Pero no; hasta el momento nada de eso ocurre. Todo quedó como el show de Manlio.

Beltrones acusa a sus ex candidatos de tener oscuros vínculos, pero todo queda en el regaño; mientras tanto el país está más ocupado en temas banales como #Lady100Pesos y todo tipo de Lores.

A estas alturas realmente debemos preguntarnos si las redes sociales como facebook y twitter están contribuyendo a crear una sociedad más informada y crítica. O muy al contrario, estamos frente a la “idiotización” de una nueva generación de mexicanos a los que sólo les interesa compartir videos frívolos y seguir “hashtags” ofensivos y denigrantes.

Si en otros tiempos se extendió la frase “Televisa te idiotiza”, hoy se hace obligado preguntarnos si las redes sociales no están ocupando esta función.

El tema de fondo es que estamos frente a la muy probable injerencia del crimen organizado en la proyección y financiamiento de candidatos en Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Veracruz e incluso en Oaxaca. Pero sobre este punto nada se toca; nada se profundiza.

No debe olvidarse la dolorosa lección de Iguala, Guerrero, en donde la delincuencia organizada creó, fabricó una figura política para colocarla en la Alcaldía y posteriormente fue uno de los artífices de la desaparición de los 43 normalistas.

Hoy, sin duda, hay otros “Abarcas” como candidatos; no sólo en el PRI, también en el PAN, el PRD o en cualquier otra sigla. Pero frente a esto el aparato de Procuración de Justicia ha mostrado una total y absoluta incapacidad para investigar, vigilar esos perfiles.

La gran crisis de esta nación es el maridaje entre autoridades y crimen organizado; ese híbrido que debe llamarse por su nombre: “narcopolítica”.

Frente a ese engendro, nada, absolutamente nada se está haciendo. Las consecuencias no se verán en junio próximo. Como en Iguala el terror tardará meses, años en incubarse.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.