Tuesday, 30 de April de 2024

Jueves, 26 Mayo 2016 02:18

Narcodetención patea el avispero en Tehuacán




Written by  Javier Arellano Ramírez

Tres mil años antes de nuestra era, en la antigua Babilonia ya se usaba.


Papiros egipcios dan cuenta de su consumo lúdico y uso medicinal.

 

Pensadores griegos como Hesíodo, Heródoto, Hipócrates citaron sus propiedades. Homero la menciona en “La Odisea” y señala “hace olvidar cualquier pena”.

 

Estas culturas y sus personajes conocieron la goma de opio y sus características cotidianas.

 

En el continente americano, las civilizaciones prehispánicas conocieron el peyote; los huicholes, lo mismo que los aztecas y las tribus de los navajos al norte de Mesoamérica recurrían a los efectos psicoactivos de esta cactácea. En sus crónicas de 1560, el monje franciscano Bernardino de Sahagún detalla sobre el uso frecuente del peyote en la vida cotidiana de los pueblos prehispánicos.

 

Los enervantes como el alcohol están indisolublemente ligados a la historia de las grandes civilizaciones. En las décadas recientes las drogas han sido parte esencial de transformaciones artísticas y culturales.

 

Hago el repaso histórico con la única finalidad de hacer la siguiente pregunta: ¿Algún día desaparecerán las drogas y los enervantes de los hábitos del ser humano?

 

Es claro que en las próximas décadas esto no sucederá. Al contrario, las tendencias parecen indicar un incremento; sobre todo en las nuevas drogas llamadas “de diseño”, como las metanfetaminas y sus múltiples variantes que pueden fabricarse en laboratorios y ya no es necesario el cultivo de plantas como la amapola, la marihuana o la coca.

 

Toda comunidad civilizada debe enfocar sus esfuerzos políticos y sociales para evitar que el consumo de esas drogas afecte a sectores altamente vulnerables como son los casos de niños y adolescentes.

 

Un gobierno debe velar y usar todos sus recursos para impedir que esos enervantes tradicionales y las nuevas “drogas de diseño” lleguen a esos probables consumidores que son los estudiantes.

 

En el mundo contemporáneo las drogas están presentes en todas las ciudades del orbe; en Nueva York o en Buenos Aires; en Madrid o en Monterrey; en Miami o en Kabul. Son parte de la nueva realidad global.

 

Lo que pretenden los gobiernos que tienen una estructura eficiente es que el tema del consumo de drogas no se convierta en un tema de inseguridad pública. En París se consumen tantas drogas como en Melbourne, pero en esas ciudades no hay balaceras de dos horas, ni extorsiones a comerciantes y mucho menos “levantones” o decapitados.

 

Sin embargo, en México y en Honduras ocurren más crímenes relacionados con drogas, que en todo el resto del globo terráqueo. En Fráncfort, Alemania o en Denver, Colorado se mueven más cantidades de enervantes que en el municipio de Ecatepec; pero allá no hay la narcoviolencia desbordada que padecemos en México.

 

El tráfico de drogas en México ha dejado de ser un tema de salud, para convertirse en un asunto de seguridad pública e incluso de seguridad nacional.

 

El tema viene a cuenta porque en horas recientes la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Puebla anunció la detención del principal comerciantes de enervantes en Tehuacán.

 

Este agente de la delincuencia fue detenido cuando llevaba consigo una subametralladora 9 milímetros con un cargador abastecido; una pistola 9 mm con un cargador y una pistola calibre .32 milímetros con un cargador.

 

Además un kilogramo de polvo blanco con las características de la cocaína, tres bolsas de plástico que suman medio kilogramo de cocaína en piedra, una bolsa de plástico con medio kilogramo de piedras amarillentas también con características de cocaína.

 

Y, por si fuera poco, una bolsa con 2 millones 318 mil 580 pesos en efectivo.

 

Luego de la acción policiaca conviene preguntarse: ¿Acaso pensarán que con esta detención se detendrá el consumo de drogas? ¿Piensan que luego del arresto otros agentes no sustituirán al inculpado?

 

El asunto que busca presentarse como un gran triunfo de la Secretaría de Seguridad Pública debe analizarse con detenimiento.

 

Porque debe subrayarse que hasta este momento no se han imputado otro tipo de delitos contra el detenido. El inculpado, quien efectivamente controlaba la venta de enervantes en Tehuacán no está involucrado en extorsiones, ni en asesinatos, tampoco en “levantones” o secuestros.

 

Es decir, sólo era un vendedor de enervantes; vendía a quien quería consumir, y a quien no, pues no.

 

En el México contemporáneo, en el “México Rojo”, en el llamado “Estado Fallido” se hacen necesarias, obligadas las siguientes preguntas: ¿La detención de este narco-comerciante no desatará una guerra por la “plaza” de Tehuacán? ¿No estarán interesados algunos cárteles poderosos en tomar control de la segunda ciudad del estado? ¿A quién o a quienes beneficia la detención del narco tehuacanero?

 

En este México de balaceras y enfrentamientos cotidianos, donde se pelean plazas bajo la ley de “plata o plomo” no debe perderse de vista que en ese ámbito de las drogas y enervantes Tehuacán gozaba de una paz y tranquilidad singulares.

 

Hoy la detención de este vendedor de narcóticos solo representa que la Secretaría de Seguridad Pública llegó a “patear el avispero” en Tehuacán.

 

Si el avispero ahí estaba, pero tranquilo y sereno. Y esta detención solo llegó a patearlo.

 

Esperamos y deseamos que estas acciones no desaten consecuencias que posteriormente serían incontrolables.

 

Así lo esperamos.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

  

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