Fue el estigma que persiguió a los mandatarios poblanos. Bajo la lápida de “gobernador no pone gobernador” muchos sueños transexenales se vieron fracturados, derruidos.

Tuvo que llegar el sexenio de Rafael Moreno Valle para borrar aquella premisa. Luego de la victoria contundente e inapelable de Tony Gali Fayad es clara la supremacía, la hegemonía y el liderazgo que el ejecutivo saliente mantiene en casi todo el estado. Subrayamos, casi todo; insistimos, casi todo.

Y es que ni siquiera el aguerrido e inflexible mandatario puede evitar tener detractores con los que libra una batalla permanente, constante. El caso lo representa el municipio de Tehuacán donde el gobernador Moreno Valle ha encontrado una roca en el camino.

El tema de fondo no tiene pierde.  En 2001 fue precisamente Moreno Valle quien impulsó y apoyó las aspiraciones políticas de un comerciante de la región de Tehuacán llamado Ascensión Álvaro Alatriste Hidalgo.

Para el fin de hacerlo presidente municipal de la segunda ciudad del estado el entonces Súper Secretario de Finanzas envío a todo su equipo de batalla. En el Hotel Casa Cantarranas se hospedaron Antonio Peniche García, Marcelo García Almaguer, Fernando Manzanilla Prieto, Luis Banck Serrato, Erick Zhiel Loera. Todo el aparato de la secretaría se volcó en la otrora ciudad de las granadas en esa gran alianza que sostenían Moreno Valle y Alatriste. Y así fue durante años.

Pero la política es un escenario de encuentros y desencuentros. Y algo pasó en el año 2010; algo que solo ellos dos conocen. De aquella sólida alianza surgió un áspero distanciamiento. La lejanía se convirtió en encono en 2013 cuando Álvaro Alatriste declaró sus aspiraciones de volver a buscar la presidencia municipal de Tehuacán.

Entonces su viejo aliado, Moreno Valle lanzó toda la fuerza del estado en su contra: La Secretaría General de Gobierno; la Procuraduría de Justicia y la Contraloría del estado volcaron una enorme campaña para detener al aspirante priista, quien al verse imposibilitado colocó a su esposa Ernestina Fernández Méndez como formal candidata. Semanas más tarde derrotó al panista René Lezama Aradillas, entonces delfín del gobernador.

Desde ese momento comenzó una guerra política que hoy ha llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

A principios del mes de mayo el Secretario General de Gobierno Diódoro Carrasco Altamirano declaró que por deficiencias técnicas y administrativas en el departamento del catastro de Tehuacán, la dependencia estatal asumía las funciones, dejando sin efectos legales cualquier trámite realizado en el municipio.

La primera respuesta fue un desplegado firmado por todos los regidores del cabildo tehuacanero dirigido al presidente Enrique Peña Nieto en el que fustigan -con términos corrosivos-, al gobernador Moreno Valle.

La segunda respuesta del ayuntamiento fue interponer una Controversia Constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para impedir la acción del gobierno del estado.

El recurso jurídico fue aceptado por el más alto tribunal del país y se concedió la “suspensión provisional” con lo cual, por el momento, queda cancelada la acción del gobierno estatal. Todos los trámites del catastro seguirán surtiendo efectos legales en la comuna.

Ante este primer resolutivo de la Corte el Secretario Díodoro Carrasco Altamirano ha guardado un completo silencio. Esta es la primera vez que un conflicto político entre el gobierno del estado y un ayuntamiento escala hasta la Corte. Aún falta por desarrollarse todo el litigio; faltan meses de desahogos jurídicos y alegatos. No será durante el gobierno de Moreno Valle cuando este asunto se resuelva de manera definitiva, sino hasta el periodo de Gali Fayad.

Pero sí, definitivamente el Ayuntamiento de Tehuacán ha sido la piedra en el zapato de Moreno Valle.

Como siempre quedo a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.