Saturday, 27 de July de 2024

Miércoles, 27 Enero 2016 02:51

Si el PRD no va, el morenovallismo debe salir a buscar otros aliados




Written by  Arturo Rueda

El morenovallismo está urgido de aliados, porque si como afirmó Carl Schmitt, la política es la dualidad amigo/enemigo, queda claro que el grupo que llegó al poder luce muy disminuido, y ahora puede enfrentar a una coalición que no imaginó. En 2010 eran PAN + PRD + MC + PANAL. Intereses locales y nacionales confluyeron en la alternancia. Pero esa coalición de intereses hoy luce debilitada, aunque no muerta.


Claro que la negativa del Comité Nacional del PRD para aliarse con Acción Nacional en Puebla es una primera sacudida para el morenovallismo. Para qué negarlo. La versión 3.0 de la megacoalición siempre fue considerada como la piedra angular sobre la cual retener Casa Puebla. Se dijo en público y se dijo en privado. Todos los escenarios de competencia estaban planteados así, y con base en ellos se diseñó la personalidad de un candidato no afiliado a ningún partido, con un perfil netamente ciudadano. Esta primera llamada llega en un buen momento, pues el morenovallismo todavía tiene tiempo para revisar su estrategia y hacer los cambios pertinentes, especialmente en la revisión de alianzas y compromisos para evitar otra traición como la de Luis Miguel Barbosa.

 

El tema del PRD es la primera llamada, pero se avecinan potenciales malas noticias que requieren ser procesadas con frialdad. El morenovallismo puede dar por perdido al Sol Azteca —aunque se organiza una rebelión de panistas en Oaxaca—, con lo que Acción Nacional solamente tiene seguros al PSI y a Compromiso por Puebla para una coalición light. El desenlace de las lealtades de Nueva Alianza se vuelve decisivo. Gerardo Islas se mantiene en la dirigencia del PANAL, pero fuentes del CEN tricolor dan por hecho que el partido magisterial no va a jugar a favor de Tony Gali, sino en contra.

 

Si creemos a los mismos rumores, tal como ocurrió en Colima, al profesor Alberto Anaya va a pagar los favores para que su partido superviviera aliándose al tricolor. Si esto se consuma, ahora resulta que la megacoalición va a ser la que arrope a Blanca Alcalá: PRI + PVEM + PANAL + PT. Prácticamente, andarían amarrando arriba del 40 por ciento de la votación y dejando contra las cuerdas al morenovallismo. Un escenario con fuertes nubarrones.

 

 

Todo indica que el PRD va a presentar su propio candidato, por lo que los morenovallistas incrustados en el Sol Azteca tendrán la misión de impedir que Roxana Luna tome la bandera. Pese a su fracaso en la Ex Hacienda de Chautla, Luis Maldonado y Jorge Cruz tienen trabajo pendiente para cerrarle el paso a los “odiadores” del gobernador poblano.

 

 

Los movimientos del tablero también deben observar a Movimiento Ciudadano. Dante Delgado le hizo el favor a su amigo Beltrones de poner a un panista en la elección de Colima que acabó llevándose 12 por ciento de los votos, quitándole una buena tajada a Preciado. Ambos, Dante y Beltrones, fueron parte del equipo de Fernando Gutiérrez Barrios, así que es previsible que la franquicia naranja arrope a Ana Teresa Aranda.

 

¿Cuántos frentes abiertos puede resistir la candidatura de Antonio Gali?

 

¿Cuántos simulan apoyar al régimen, pero en realidad son pasivos observadores?

 

¿Cuántos aliados pueden recuperarse?

 

¿Cuál es la estrategia con el panismo tradicional?

 

Porque la ruptura con el PRD le pega a la situación al interior de Acción Nacional, ya que siempre se afirmó que los votos perredistas compensarían el alejamiento de los adictos de la ultraderecha, por lo que no debía temerse su huelga de brazos caídos como la realizada en 2015. ¿Habrá una amnistía total para Lalo y una negociación con su grupo? ¿Los van a llamar en una urgencia desesperada? ¿Podrán superarse los agravios entre ambos bandos?

 

El escenario de una reconciliación con el panismo tradicional pasa por recomponer la salida de Gali del Ayuntamiento capitalino. La mesa estaba puesta para que Luis Banck se quede con la silla del edil, pero la ultraderecha le va a poner precio a una posible reconciliación. Y con ocho regidores en el Cabildo, su petición puede ser la de quedarse con la principal silla de Palacio Municipal.

 

El morenovallismo está urgido de aliados, porque si como afirmó Carl Schmitt, la política es la dualidad amigo/enemigo, queda claro que el grupo que llegó al poder luce muy disminuido, y ahora puede enfrentar a una coalición que no imaginó. En 2010 eran PAN + PRD + MC + PANAL. Intereses locales y nacionales confluyeron en la alternancia. Pero esa coalición de intereses hoy luce debilitada, aunque no muerta.

 

 

Tampoco nadie debe imaginar un escenario desastroso. Pero el gobernador poblano y su delfín tienen la obligación de procesar con rapidez y frialdad la nueva información disponible. Si el tren de la alianza PRD-PAN ya partió, de nada sirve necear. Es mejor construir en otros frentes para no entercarse. Explorar potenciales alianzas que ya se pensaban cerradas y abrir canales de comunicación con grupos resentidos. Un gran trabajo de tejido político. Nadie puede negar que el morenovallismo necesita más aliados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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