Después del cambio de seis directores del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tehuacán y tres paros laborales de los custodios en lo que va de la administración municipal, la alcaldesa Ernestina Fernández por fin acudió a escuchar las demandas de los inconformes.

Ayer por la mañana más de 40 custodios del penal suspendieron labores, en esta ocasión por el sorpresivo anuncio de que 20 trabajadores tendrían que presentar el examen de Control de Confianza de forma aleatoria, ya que señalaban que no tenían sus papeles a la mano, así lo informó el regidor de Gobernación, Abraham Aguilar Sánchez.

El oficio sobre la evaluación fue enviado por correo electrónico y no de forma oficial con sello y rúbrica, emitiéndolo la Dirección de Evaluación y Confianza del Estado y no la instancia competente, en este caso la Dirección de Ceresos, señaló el cabildante.

Durante el paro de labores, los familiares de los internos se inconformaron y cerraron por más de media hora la Calzada Adolfo López Mateos, debido a que no pudieron ingresar a tiempo para entregarles alimentos.

Ante estas movilizaciones la presidenta municipal arribó al Cereso y según el regidor de Gobernación se acordó que se otorgará el 5% de aumento salarial, uniformes nuevos y respeto en la antigüedad para el aguinaldo de los trabajadores de este lugar. 

Álvaro se abre paso entre manifestantes con su camioneta

Álvaro Alatriste Hidalgo ex presidente municipal y esposo de Ernestina Fernández Méndez, se abrió paso con su camioneta entre manifestantes, poniendo en riesgo la integridad física de las personas que bloqueaban la vialidad.

Al arribo de la alcaldesa al Cereso de Tehuacán, a bordo de su camioneta Suburban Gris, manejada por su esposo, éste se abrió paso entre los manifestantes “echándoles la unidad”, para que se hicieran a un lado y acelerando de forma constante, hasta que llegó un elemento de Seguridad Pública para retirar a la gente.

Cabe señalar que entre los manifestantes se encontraban personas de la tercera edad y niños, a quienes Álvaro Alatriste en su función de ‘chofer’, puso en riesgo su integridad física.

A pesar que la distancia para llegar a las oficinas del Cereso era de escasos 10 metros de distancia,  Ernestina Fernández no tuvo la sensibilidad para bajarse de la unidad y atender a los manifestantes que solicitaban audiencia con ella, a quienes sólo atinó a decir “A eso vengo”.