Nueve de las víctimas mortales de la tormenta Earl fueron sepultadas este día en el panteón local de Xaltepec en el municipio de Huauchinango donde en medio de llanto y cantos, los más de 200 pobladores que acompañaron el cortejo fúnebre entre cerros, arroyos y las casas destrozadas por los deslaves.
La pequeña comunidad enlutecida con la muerte de once de sus vecinos, acompañaron el cortejo desde la casa de la familia Pérez Cruz de donde salieron las cajas de seis víctimas, dos adultos y cuatro niños, que fallecieron la noche del sábado cuando se derrumbó una vivienda de dos pisos.
A su paso se sumaron los miembros de la familia Orozco junto con los féretros de un adulto y dos menores, incluido un pequeño de apenas dos meses de edad enterado por un alud de tierra, partiendo todos juntos hacia el cementerio en la punta de uno de los cerros que rodea la humilde junta auxiliar.
Aunque de religiones distintas, las ceremonias de inhumación confluyeron en el pequeño panteón de escasas treinta tumbas a las que se sumarán las sepulturas de estas personas que forman parte de una lista de 32 decesos reconocidos por el gobierno estatal en los municipios serranos de Huauchinango, Tlaola y Xicotepec.