Las primeras horas de la tragedia se agotan y tras la desesperación, los damnificados comienzan a expresar su indignación en contra de las autoridades estatales y municipales, a quienes reclaman que nunca fueron avisados del riesgo que corrían ni fueron traslados a un albergue. En la búsqueda de sus seres queridos, claman por apoyos además de los féretros que les han entregado.
Es el caso de Valeria Garrido, quien sufrió la pérdida total de su vivienda en la junta auxiliar Xaltepec y a sus dos hijos, Marco Antonio de 10 años y Alexis Gael de tan sólo un año cuatro meses. Aunque el mayor ya fue localizado y enterrado la tarde de este martes, el pequeño de la casa continúa desaparecido entre el lodo que arrasó a la junta auxiliar.
Con lágrimas en el rostro y huellas visibles de los golpes provocados por las ramas y rocas que formaban el alud de tierra que destruyó su hogar, Valeria narró a CAMBIO el martirio provocado tras la catástrofe en su localidad y específicamente en su familia, quienes también padecieron la muerte de Irene Mata Roldán y de su bebé recién nacido de nombre Manuel Orozco Mata.
“Sólo sentimos el golpe y el lodo nos sacó de la casa”
La lluvia del sábado sorprendió a la gran mayoría de los habitantes de Xaltepec, dado que ninguna autoridad les comentó que existían riesgos. Valeria recuerda que eran aproximadamente las 21:30 horas cuando escucharon un crujido y decenas de metros cúbicos de lodo piedras y ramas entraron por las ventanas de su casa.
Alexis Gael, de apenas un año y cuatro meses de edad, se encontraba sentado en su andadera color roja con azul. El pequeño que andaba por la casa beneficiada con el programa Piso Digno de administraciones pasadas, fue arrastrado junto con su madre y su hermano fuera de la vivienda sin poder sacar ninguna de sus pertenencias.
“Sólo sentimos el golpe, había mucha tierra y nos quedamos fuera de la casa. Yo como pude me agarré de lo que había pero no veía a mis hijos. Los vecinos nos ayudaron a mí y a otros vecinos pero a mis hijos se los había llevado al agua del río”, narró entre lágrimas a este medio.
A mí hijo Marco lo encontramos muerto en el río, Alexis no aparece
Sin tregua por parte de la lluvia y con los restos de al menos una decena de casas que sucumbieron ante las inclemencias climáticas provocadas por la tormenta Earl, Valeria junto con sus vecinos lograron sortear la crecida del río que les llegaba hasta el pecho y brincar los cúmulos de lodo para comenzar la búsqueda de las personas desaparecidas.
Los vecinos de la junta auxiliar, una de las más pobres y rezagadas de la región, se organizaron para buscar entre los cimientos devastados de las casas, bajo los árboles y en el afluente a los pobladores desaparecidos hasta que finalmente encontraron a Marco Antonio, el hijo de Valeria quien horas antes fue arrastrado por el río hasta que unas ramas lo detuvieron.
En tanto, su hijo Axel no ha sido ubicado ni por los pobladores que han formado brigadas voluntarias ni por el personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que lleva a cabo labores de limpieza y remoción de basura y lodo en la zona.
Con ayuda de algunas de las pocas pertenencias que lograron rescatar de entre los escombros, los perros del grupo K9 han estado buscando el rastro del pequeño sin éxito alguno hasta el cierre de esta edición.
Perdieron todo y el Ayuntamiento sólo les ha dado féretros
A pesar de reconocer el apoyo brindado con la donación de féretros por parte del Ayuntamiento de Huauchinango, la familia Orozco se muestra inconforme por no tener un respaldo económico ni la búsqueda del cuerpo del pequeño Alexis, ya que aseguran que las labores de rescate se iniciaron hasta este martes, perdiendo horas vitales posteriores a los embates de la tormenta tropical.