A menos de 50 días de haber iniciado el 2016, en Puebla ya se han registrado al menos 10 feminicidios tras el deceso de Ingrid Vázquez Sánchez, quien feneció internada en el Hospital General del Sur a causa de las lesiones provocadas por un disparo en la cabeza realizado por su novio, quien posteriormente usó la misma arma para suicidarse de un tiro en la cabeza.
Pese a que son del conocimiento público a través de medios de comunicación estos 10 violentos asesinatos contra mujeres, la Fiscalía General del Estado sólo ha reconocido como feminicidio los casos de Brenda Tlatelpa, hallada sin vida en un hotel de Tepeaca; Adriana Santos quien fuera asesinada por su novio en una discusión por celos; Ángeles Leyva quien fue ultimada por un menor de 16 años y Laura Rodríguez, estrangulada por su pareja en la colonia Ladrillera de Benítez.
Tras discutir, la mató de un balazo en la cabeza
Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana cuando vecinos de una vecindad situada en la calle Olivos esquina con Tabachines de la colonia Lomas de Castillotla, reportaron varios disparos en una de las viviendas, provocando la movilización de los cuerpos de emergencia.
De inmediato arribaron paramédicos del Grupo Relámpagos de Protección Civil Municipal, así como técnicos en urgencias médicas del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA) a bordo de ambulancias y motocicletas, quienes ingresaron al departamento donde se suscitó el conflicto.
En el tercer piso del inmueble los especialistas en rescate encontraron tirada a una mujer identificada como Ingrid Vásquez Sánchez de 25 años de edad, quien presentaba una lesión por disparo con arma de fuego en el costado izquierdo de la cabeza, por lo que tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital General del Sur, donde horas más tarde se dio cuenta de su fallecimiento.
En la misma habitación fue encontrado un hombre identificado posteriormente como Agustín García, cuyo cuerpo estaba tendido en el piso y presentaba un impacto de bala en la mejilla izquierda con orificio de salida en la cabeza. Esta lesión imposibilitó que el sujeto pudiera ser salvado por los rescatistas, por lo que se dictaminó su muerte.
Aunque de forma oficial no se han proporcionado mayores datos, los testigos de los hechos mencionaron que el victimario arribó al cuarto que Ingrid rentaba para iniciar una pelea, tras unos minutos de estar gritando se escucharon dos disparos, y el arma de fuego con la que ambos murieron se encontraba en manos de Agustín.